Mundo Judío

MiSinai

El Nuevo Tú - Llevando la Creación a su Realización - El Sastre Sin Matzá - Cuando la Víspera de Pesaj Cae en Shabat

 

 

 

 

 

                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

No. 302

Tzav

Horario de velas  en Montevideo 

11 de abril 18:07

 

                                                                                        

EL NUEVO TÚ

Por Menachem Feldman

Cada mañana, la primera orden del día en el Templo Sagrado era que el kohen (sacerdote) retirara una pequeña porción de las cenizas del altar y las colocara en el suelo, justo al lado. El versículo de la porción de la Torá de Tzav dice:

“El kohen se pondrá su túnica de lino y se pondrá sus pantalones de lino sobre su piel. Levantará las cenizas en las que el fuego haya consumido la ofrenda quemada sobre el altar y las depositará junto al altar.” (Vaikrá 6:3).

El propósito de este ritual no era simplemente recoger las cenizas que quedaron del fuego que había ardido toda la noche, pues de haber sido así, el mandamiento habría sido retirar más que una cantidad simbólica de ceniza. De hecho, después de que el sacerdote retiraba una pequeña porción de cenizas, los demás sacerdotes colocaban el resto en un gran montón en el centro del altar.

¿Cuál es, entonces, la importancia de levantar y retirar las cenizas? ¿Por qué es tan importante que sea el primer ritual que se realiza en el Templo, el primer paso en el servicio a Dios?

Las cenizas son lo que queda del servicio del día anterior. Ayer, tu servicio pudo haber sido perfecto. Ayer, pudiste haber desarrollado el potencial que D-os te dio. Ayer, pudiste haber logrado todo lo que podrías haber logrado con tus oportunidades, talentos y fortalezas.

Eso fue ayer.

Sin embargo, si ofreces el mismo servicio hoy, si no creces espiritualmente. Si no te vuelves más amoroso, más compasivo, más paciente, más considerado, más comprometido, entonces estás estancado en el pasado. El primer paso para servir a D-os cada mañana es comprender que las cenizas que representan al "viejo yo" deben ser removidas para dar paso al "nuevo yo", al yo que materializará el potencial aún mayor de hoy.

Por eso, cada noche, los jasidim del Alter Rebe, Rabino Schneur Zalman de Liadi, fundador del movimiento Jabad, se decían a sí mismos: "Mañana será totalmente diferente". No decían "un poco diferente", sino "totalmente diferente". No se sentían culpables por no alcanzar el potencial de ese día, porque sí lo alcanzaron; al contrario, comprendían que el potencial del día siguiente sería mucho mayor.

La parashá de Tzav siempre se lee cerca de la festividad de Pésaj. De hecho, el mensaje de las cenizas es la razón por la que recordar el éxodo de Egipto es tan central para el judaísmo.

En hebreo, Egipto es Mitzrayim, que significa "restricciones". Puede que seas una gran persona, pero si hoy te encuentras en el mismo estado espiritual que ayer, estás en Egipto. Por eso, la Torá insiste en que “recuerdes el día en que saliste de Egipto todos los días de tu vida”. Cada mañana, al despertar, recuerda limpiarte las cenizas. No te limites a la persona que eras ayer.

Recuerda el Éxodo y libérate.

LLEVANDO LA CREACIÓN A SU REALIZACIÓN

[Moshé le dijo a Aharón y sus hijos] “[D-os] los instalará [con estos rituales] durante siete días.” (Vaikra 8:33)

Cuando el mundo fue creado, la Presencia de D-os reposaba sobre la tierra. Pero las malas acciones de sucesivas generaciones lo expulsaron a ámbitos espirituales cada vez más lejanos. Este proceso comenzó a ser revertido por Abraham, y fue consumado por medio de la construcción del Tabernáculo.

Resulta, entonces, que los siete días de los ritos de instalación devolvieron al mundo a su estado original de completitud y santidad, tal como era durante los siete días originales de la Creación.

Sin embargo, si miramos más profundamente, podemos ver que los siete días de ritos de instalación llevaron al mundo a un nivel mayor de completitud que el que poseía durante los siete días de la Creación. La revelación Divina que acompañó la construcción del Tabernáculo fue capaz de sobreponerse a la oscuridad espiritual que se esparció en el mundo como resultado del alejamiento progresivo de la Presencia Divina, sin mencionar la oscuridad espiritual en la que entró el mundo por el incidente del Becerro de Oro.

Similarmente, enfocando nuestra atención en nuestra misión Divina de hacer de nuestras vidas un “Tabernáculo”, un ambiente donde D-os se pueda sentir como en casa, nos llevamos a un nivel más alto de consciencia Divina que el que poseíamos originalmente. Nuestro retorno a D-os afecta nuestras siete emociones básicas, tal como los ritos de instalación de los sacerdotes tenían que tener lugar durante siete días completos.

Séfer HaSijot 5748, vol. 1, pág. 363.

Levítico (Vaikrá) 6:1 – 8:36

La segunda sección del libro de Levítico es la continuación y conclusión de la sección anterior, y abre con D-os diciéndole a Moshé que ordene (Tzav en Hebreo) a Aharón y sus hijos los procedimientos a seguir para la ofrenda de los sacrificios. La segunda mitad de la sección describe los ritos de la semana de instalación a través de los cuales los sacerdotes y el Tabernáculo fueron inaugurados.

EL SASTRE SIN MATZÁ

Por Hillel Baron

La víspera de Pésaj es ajetreada. Además de las innumerables tareas necesarias para prepararse para la alegre festividad, esa noche es el momento en que los judíos de todo el mundo revisan sus casas en busca de restos de levadura (jametz), que recogen cuidadosamente y queman a la mañana siguiente.

Esa noche, el rabino Dov Ber, el Maguid de Mezritch, solía rezar el servicio vespertino rápidamente para poder comenzar la importante mitzvá de limpiar su casa de jametz lo antes posible.

Un año, sin embargo, rezó con intenso fervor durante varias horas, casi como si fuera Yom Kipur. Después, se recluyó en su habitación durante un largo rato, sumido en sus pensamientos.

Los alumnos del Maguid estaban perplejos y esperaban ansiosamente a que su maestro saliera de su habitación para realizar la mitzvá de la noche. Finalmente, algunos de los estudiantes más cercanos se atrevieron a llamar a su puerta para preguntar: «Rebe, ¿qué ocurre? ¡Ya es pasada la medianoche!».

«No es bueno», respondió el Rebe, «el Cielo me impide realizar la búsqueda».

Varias horas después, el Maguid finalmente salió de su habitación y anunció: «Hay un judío en nuestra zona que no tiene matzá para Pésaj, ¡y no puedo buscar jametz hasta que lo encontremos y lo cuidemos!».

Los jasidim organizaron grupos de inmediato y comenzaron una búsqueda exhaustiva por la ciudad. Lamentablemente, regresaron con las manos vacías, sin encontrar a un solo judío sin matzá.

El Rebe guardó silencio un rato y luego respondió: «¡No puedo realizar la búsqueda hasta que encuentren a ese judío! Busquen por todas partes, incluso fuera de la ciudad».

Finalmente, lo lograron. Dos jasidim habían llegado a una pequeña aldea y encontraron al único judío de la aldea. Cuando lo despertaron y le preguntaron si tenía matzá, suspiró profundamente y les contó su historia.

Sastre de profesión, ahorraba su dinero extra para dárselo a los necesitados. Todos los años, antes de Pésaj, iba a la ciudad y contribuía con una suma considerable al Maguid para que la distribuyera entre los necesitados. Además, él mismo distribuía fondos para ayudar a otros a cubrir sus necesidades durante la festividad.

Ese año, había estado postrado en cama durante muchos meses y sus ahorros habían menguado tanto que ya era víspera de Pésaj y no tenía absolutamente nada para celebrar la festividad, ni siquiera matzá.

Para su sorpresa, los jasidim se rieron aliviados e insistieron en que los acompañara al Maguid.

En cuanto llegó el sastre, el Maguid lo recibió con entusiasmo y le entregó una gran suma de dinero para que comprara provisiones para la festividad y las distribuyera a otros, como era su costumbre. Entonces, por fin y con gran alegría, el Maguid realizó la búsqueda de jametz junto con sus estudiantes.

CUANDO LA VÍSPERA DE PESAJ CAE EN SHABAT

Cuando Pésaj comienza el sábado de noche se generan una serie de leyes y lineamientos únicos.

Shabat por la Mañana: Los servicios en la sinagoga se realizan más temprano que lo usual para que la comida de Shabat se pueda terminar antes de la hora límite (10:50 en Montevideo).

Las comidas de este Shabat se cocinan en utensilios de Pésaj sin ningún ingrediente Jametz. La vajilla y cubiertos que usemos deben ser de Pésaj o descartables.

Como en las comidas de Shabat debemos comer pan (ya que no se puede comer Matzá en la víspera de Pésaj), compramos lo mínimo indispensable de jalot o pan (preferentemente pan pita que no hace migas), que consumiremos el viernes de noche y sábado de mañana.

 

En el almuerzo del sábado de mañana hacemos  Kidush en una mesa apartada, comemos allí el pan, quitamos el mantel (preferentemente descartable) y tiramos las migas con cuidado por el inodoro. Nos sentamos a la mesa solo después de haber limpiado todas las migas de pan.

 

Debemos asegurarnos de haber comido todo el jametz que dejamos para Shabat antes de la hora límite, dado que no podemos vender, quemar ni sacar el jametz a la calle en Shabat.

 

Anulación de Jametz: Una vez eliminado lo último del jametz, recitamos la segunda declaración de Kol Jamirá, anulando todo resto de jametz:

“Toda levadura o cualquier comestible leudada que esté en mi posesión, que yo haya visto o no, la haya observado o no, la haya eliminado o no, sea considerada nula y sin dueño como el polvo de la tierra.”

 

Seudá Shelishit: Para la tercer comida de Shabat debemos comer carne, pescado o frutas. Debe ser temprano en la tarde y no debemos comer demasiado, ya que hay que comer la matzá del Séder con apetito.

 

Shabat Hagadol: El Shabat anterior a Pésaj es conocido como Shabat Hagadol, “el Gran Shabat”. La costumbre de Jabad en años como este, es leer únicamente la Haftará especial de Shabat Hagadol, aunque coincida con la víspera de Pésaj.

 

Como en todo Shabat Hagadol, después de Minjá el sábado de tarde, es costumbre leer una selección de textos de la Hagadá, comenzando con las palabras avadim hainu, “Esclavos fuimos...” y terminando con al kol avonoteinu.

 

Shabat es un día de descanso, por lo que no podemos empezar a preparar en Shabat nada para después de Shabat. Por lo tanto, poner la mesa, cocinar y otros preparativos para el Séder solo los podemos realizar una vez que hayan salido tres estrellas el sábado de noche (19:02 en Montevideo).

 

Antes de comenzar estas tareas debemos decir:

Baruj hamavdil bein kódesh lekódesh,

“Bendito es Quien divide entre lo santo (Shabat) y lo santo (Festividad).”

 

 

 

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193

2709 0405 , CP1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
Para recibir MiSinaí por email o por whatsapp, contactar por teléfono al 2628 6770 o por mail: Info@jabad.org.uy.

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