Sus primeras palabras fueron en español: “Mi amor”.
En el cementerio del moshav Tsojar se llevó a cabo este mediodía el funeral de Shiri, Ariel y Kfir Bibas, cerrado a los medios y al público en general. Las emotivas palabras de Yarden Bibas, de Dana Biton Silberman (la hermana de Shiri) y de Ofri Bibas, hermana de Yarden, así como de los amigos más cercanos y de una representante del kibutz Nir Oz, fueron transmitidas a todo el país.
Estas son las emotivas palabras que dijo Yarden dirigiéndose a su esposa y sus hijos. Lo tradujimos del original en hebreo.
“Mi Amor.
Recuerdo la primera vez que te dije “mi amor”. Fue al comienzo de nuestra relación. Y tú me dijiste que te llame así solamente si estaba seguro que te amaba, que no te lo diga a la ligera. Yo no te lo dije entonces porque no quería que pienses que me estaba apurando a decirte “te amo”. Shiri, ahora te confieso que ya en aquel momento de amaba, cuando te dije “mi amor”.
Shiri, te amo y te amaré siempre.
Shiri, eres todo para mí.
Eres la mejor esposa y la mejor madre que puede haber.
Shiri, eres mi mejor amiga.
Mishmish…¿quién me ayudará ahora a tomar decisiones? ¿Cómo se supone que podré tomar decisiones sin ti?
¿Recuerdas la última decisión que tomamos juntos?
En la pieza de seguridad, pregunté si debemos “luchar o rendirnos”. Tú dijiste “luchar”, así que yo luché.
Shiri, perdón por no haber podido protegerlos. Si hubiera sabido lo que sucedería, no habría disparado.
Pienso en todo lo que hemos pasado juntos. Hay tantos recuerdos hermosos.
Recuerdo los nacimientos de Ariel y Kfir. Recuerdo los días que solíamos sentarnos en casa o en un café, nosotros dos solos, hablando durante horas sobre todo . Era maravilloso. Extraño profundamente aquellos tiempos.
Me hace mucha falta tu presencia.
Quiero contarte sobre todo lo que está ocurriendo en el mundo y aquí en Israel.
Shiri, todos nos conocen y nos aman, no puedes imaginarte cuán surrealista es toda esta locura.
Shiri, la gente me dice que siempre estará a mi lado, pero no son tú. Así que por favor, quédate cerca de mí, no te vayas lejos.
Shiri, esto es lo más cerca que he estado de ti desde el 7 de octubre, y no puedo besarte ni abrazarete, y eso es desgarrador.
Shiri, por favor cuídame.
Protégeme de tomar malas decisionse. Protégeme de cosas dañinas y protégeme de mí mismo. Cuídame para que no me hunda en la oscuridad.
Mishmish, te amo”.
Yarden le habló luego a su primogénito, Ariel:
“Chuki, Ariel,
Tú me convertiste en padre. Tú nos transformaste en una familia.
Tú me enseñaste qué es lo que realmente importa en la vida, y qué es la responsabilidad.
Cuando naciste, maduré al instante gracias a ti. Me enseñaste tanto sobre mí mismo, y quiero decirte gracias. Gracias amado mío. Espero que no estés enojado conmigo por no haber logrado protegerlos como debía y por no haber estado allí para ustedes. Espero que sepas que pensé en ti todos los días, a cada minuto.
Espero que estés disfrutando en el paraíso. Estoy seguro que haces reir a todos los ángeles con tus bromas y tus imitaciones. Espero que haya allí muchas mariposas que puedas mirar como hacías en nuestros picnics.
Chuki, cuidado cuando te bajas de la nube, que no pises a Toni.
Enséñale a Kfir todas tus imitaciones y hagan reir a todos allí arriba.
Te amo “lo más en el mundo siempre en el mundo”, exactamente tal cual nos decías”.
Y por último, Yarden se dirigió a su hijo menor, Kfir.
“Pupik, yo no pensaba que nuestra familia podría ser más perfecta y entonces tú llegaste y la hiciste más perfecta aún. Recuerdo tu nacimiento. Recuerdo que en medio del parto, la partera detuvo todo y nosotros nos asustamos. Temimos que había ocurrido algo. Pero era sólo para decirnos que tenemos otro pelirrojo. Mamá y yo reímos y nos alegramos.
Introdujiste más luz y felicidad a nuestro pequeño hogar. Llegaste con tu risa conquistadora y tu sonrisa dulce y yo quedé prendado en un segundo. No podía dejar de darte “mordiscones” todo el tiempo.
Kfir, lamento no haberlos cuidado mejor. Pero me es importante que sepas que te amor mucho y que te extraño muchísimo. Echo de menos oírte reír. Nuestros juegos de mañana cuando mamá me pedí que te cuide antes de irme al trabajo. Me gustaban tanto esos pequeños momentos, que hoy me hacen más falta que nunca.
Kfir, te amo lo más del mundo y siempre en el mundo. Tengo muchas cosas más para decirles, pero las guardo para cuando estemos solos”.