Acabamos de escuchar las declaraciones que el designado Ministro de Relaciones Exteriores Mario Lubetkin formuló a la prensa, recabadas por Leo Sarro y reproducidas en sus redes sociales. Y quedamos muy preocupados en lo relacionado al tema Israel, el mundo árabe y Uruguay.
No nos alegra hacer un comentario negativo, faltando tan solo una semana para asunción de Yamandú Orsi como Presidente de la República . Pero como lo hacemos con ánimo de crítica constructiva, no por mera crítica sino para tratar de ilustrar, nos tiramos al agua.
Conociendo que quien será el nuevo Canciller uruguayo tiene experiencia y conocimiento de temas internacionales, nos cuesta creer que desconoce temas básicos sobre los que se manifestó. No puede ser. Pues bien, nosotros sentimos la responsabilidad de poner algunos puntos sobre las íes.
Es bueno que Lubetkin haya destacado la importancia de haber recibido a una delegación de familiares de israelíes secuestrados y que haya mencionado “lo que pasó el 7 de octubre en las fronteras israelíes”.
Autoridades nacionales, entre ellas el Presidente electo @OrsiYamandu y próximo Canciller @mariolubetkin recibieron a una delegación de familiares de secuestrados en Gaza junto a @IsraelinUruguay @michalhershko Importante gesto ante tanto e indescriptible dolor#Liberenlos pic.twitter.com/VoOlgUgyLu
— CCIUruguay (@CCIUruguay) February 21, 2025
Como él no lo explicó, recordamos a quienes no saben, que “lo que pasó” fue un salvaje ataque de más de 6.000 terroristas al territorio soberano de Israel en el sur, el asesinato de más de 1200 personas, la mayoría civiles, incluyendo niños y ancianos y el secuestro de 251, a Gaza. Esa es la única razón por la que Israel lanzó una guerra contra Hamas en Gaza, para neutralizar esa monstruosa amenaza que los terroristas prometían repetir.
Mencionar primero a esa delegación de familiares de secuestrados y como equilibrio, enseguida, como poniendo en el mismo plano, a una delegación de “los principales embajadores de países árabes, entre ellos Palestina”, está fuera de lugar. ¿Qué tiene que ver? ¿Tenía que equilibrar, para que no lo critiquen por haber recibido a los israelíes? No está de más recordar que Palestina, por más que el gobierno del Presidente Mujica lo haya reconocido como Estado, al igual que numerosos países del mundo, en la práctica no es un Estado, porque para eso tiene que negociar con Israel y llegar a un acuerdo, algo que absolutamente siempre rechazó, dejando sobre la mesa las diversas propuestas que fueron presentadas a su liderazgo. Dicho sea de paso, nunca existió un Estado palestino independiente.
Rechazar el equilibrio que Lubetkin planteó entre el ataque terrorista a Israel y “lo que está pasando en Gaza”, no significa ni minimizar el sufrimiento palestino, que lo hay, ni alegrarse por él. Pero es importante recordar lo inaceptable de que el mundo haya juzgado a Israel en base a las cifras mentirosas difundidas por los terroristas, que tanto medios como organismos internacionales repitieron vergonzosamente sin pedir prueba ninguna. Pero además, no habría habido ninguna guerra y ni un muerto palestino, si los terroristas no hubiesen lanzado su ataque con prácticas nazis contra la ciudadanía israelí. No hay punto de comparación y no corresponde plantear ningún equilibrio. En una guerra de supervivencia, las cosas no se miden por la cantidad de muertos sino por las intenciones. En los bombardeos aliados sobre Dresden, en la lucha contra los nazis, murieron enormes cantidades de civiles alemanes. Pero a nadie se le ocurrió que los aliados eran los victimarios y los nazis las víctimas.
Suena muy emocionante hablar del espíritu de los uruguayos “que queremos la paz, que buscamos la dignidad, que estamos contra la violencia”, pero con eso no se combate el terrorismo. Y una corrección : lo que hay no es “intercambio de rehenes”. Israel no tiene “rehenes”. Tiene terroristas presos, mientras que los terroristas tienen secuestrados. Hay un abismo entre unos y otros.
El designado Canciller recuerda “nuestra posición histórica” en referencia al tema de los dos Estados, o sea un Estado palestino junto a Israel, aunque no usa ese término sino que dice “dos pueblos, dos naciones”, y agrega que “ es algo que continuará y lo estimularemos en el futuro”. Es legítimo por cierto. Pero recordemos, por las dudas, que la razón por la que no hay aún un Estado palestino es que los palestinos han rechazado todas las propuestas que les fueron presentadas. Ahora, teniendo Israel un gobierno de derecha encabezado por Netanyahu, se les hace fácil presentar todo como resultado de un “gobierno ultra” en Israel, pero la verdad es otra. Rechazaron todo mucho antes de ser él el adversario/interlocutor.
Otro punto, la oficina de Innovación de Uruguay inaugurada recientemente en la Universidad Hebrea de Jerualem. Si bien tiene razón Lubetkin al aclarar que esa oficina nada tiene que ver con la idea de trasladar la embajada uruguaya a la capital israelí – que es lo que constituye Jerusalem- y que lo que hay es un acuerdo de desarrollo científico y universitario , es increíble el agregado que hace: “Justamente uno de los temas que hablamos ahora de tarde, que fue una de las cosas más interesantes con los países árabes, es el interés que ellos demostraron, los sauditas y otros, de ver cuáles pueden ser los modelos de cooperación desde el punto de vista científico a partir del conocimiento de eso. Eso lo vamos a ensanchar hacia todo el mundo”.
Ante todo, habló en un tono que minimiza absolutamente la importancia de esa oficina, aún sabiendo- no tenemos dudas que lo sabe- cuánto tiene para aportar Israel en el tema de innovación, cuánto se puede ganar con esa cooperación. ¿Acaso alguien dijo o condición la oficina a una promesa de mudar la embajada? Claro que no. ¿Entonces? Si el nuevo gobierno quiere aportar al país y su desarrollo ¿no sería lógico explotar las mejores vías para ello?
Pero parece que tendremos que empezar a averiguar esos tesoros escondidos en los países árabes a nivel universitario como para que les valgan la pena a Uruguay. ¿De qué cooperación tecnológica y científica realmente podrá estar hablando el próximo Canciller? Que Uruguay les aporte, claro que sí. Pero en el mundo árabe, donde la democracia no existe, donde no son respetados debidamente los derechos de las mujeres y las minorías, donde homosexuales son perseguidos o asesinados y el libre pensamiento es un peligro diario, no parecería que el desafío de la investigación científica y tecnológica sea un gran atractivo para Uruguay. Indudablemente hay especialistas sumamente capaces en distintos temas. El problema no es con el ciudadano árabe, en ningún lado, sino con la forma de educar y criar a una sociedad. Una gran excepción serían los Emiratos Árabes –Unidos, porque allí apuestan al desarrollo. Es cierto que tampoco es una democracia a nivel de gobierno, en absoluto. Pero no se educa al odio sino al respeto a las distintas religiones, al diálogo, al desarrollo.
El futuro Canciller habló antes también de cooperación con universidades en el mundo árabe…¿será como Catar, que pone fortunas en universidades norteamericanas y europeas, que se han convertido en caldo de antisemitismo feroz? Esperemos que no.
No se puede quedar bien con Dios y con el diablo. Uruguay no tiene por qué arruinar en absoluto sus relaciones con el mundo árabe, cuya dimensión central es económica. Israel no lo concibe siquiera y por supuesto tampoco nosotros. Pero entre eso y los paralelismos artificiales que se desprenden de las declaraciones de futuro ministro Mario Lubetkin, creemos que hay una distancia sideral.
Esperemos que esta forma de intentar plantear paridades y equilibrios irreales no sea la política exterior del nuevo gobierno uruguayo. Es que en la guerra actual es claro quiénes fueron los agresores y quiénes se defendieron. En Oriente Medio en general es notorio desde hace décadas quién educa al odio y quién a la paz. Uruguay lo sabe. Cabe esperar que la ideología de turno, que es más que legítimo que cada gobierno tenga, no altere la percepción de la realidad.