Las dos primeras fases de la implementación del alto el fuego entre Israel y los terroristas de Hamas dejaron en claro cuánto esfuerzo pone Hamas en presentarse como fuerte, organizado y poderoso. Así fue el domingo 19 de enero al ser liberadas Emily Damari, Romi Gonen y Doron Steinbrecher, y así fue este sábado 25 de enero con la liberación de Naama Levy, Daniella Gilboa, Karina Ariev y Liri Elbag.
En ambos escenarios-muy distintos uno del otro, casi fuera de control el primero y más ordenado el segundo- Hamas ubicó a numerosos hombres armados y enmascarados como elemento central de toda la actividad. Lo hizo de modo que daba la sensación que había miles en el lugar elegido para la liberación. Pero ya al día siguiente de la primera tanda, en las propias fuentes palestinas circuló una foto que mostraba la realidad, que se trataba de un escenario mucho más limitado y que en realidad había mucho menos gente que lo que parecía en la toma antes difundida.
Y este sábado, tuvo otro estilo, con la misma intención: en la plaza Falestin, un gran escenario con carteles y banderas de Hamas, el “certificado” de liberación que preparó para entregar a la Cruz Roja-aunque es un invento suyo, no parte del proceso-, la firma de la Cruz Roja y de uno de los terroristas, con sello y todo para dar imagen de oficialismo y orden burocrático.
Pero las jóvenes israelíes les arruinaron los planes. Hamas las vistió de uniformes y las hizo subir al estrado frente a la multitud. Cabe suponer que la intención era mostrarlas como soldadas israelíes vencidas por Hamas, pero las cuatro, subieron erguidas y firmes al escenario, sonrientes, levantaron los brazos en alto y dejaron una clara imagen de victoria.
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— roi kais • January 25, 2025
Israel sabe que no logró hacer desaparecer a Hamas, que a pesar del duro golpe asestado a su infraestructura armada y de la eliminación de no menos de 20.000 terroristas, Hamas sigue al frente como único elemento de poder en la Franja de Gaza. Es más: la organización terrorista ha reclutado a unos nuevos 15.000 terroristas en los últimos meses.
Sin embargo, hay una gran distancia entre todos estos elementos y la situación exacta de Hamas. Aunque no haya desaparecido, hay una diferencia enorme entre Hamas hoy y lo que era el 7 de octubre. Perdió la mayor parte de la infraestructura armada de la organización, en gran medida se puede decir que ya no tiene como fuertes aliados a Hezbolá e Irán a los que Israel también ha golpeado muy seriamente e impuso una enorme destrucción a la Franja de Gaza al convertir casi todos los espacios civiles en blancos militares a los que Israel destruyó.
Los nuevos reclutados-con el dinero que Hamas ganó de la reventa de la ayuda humanitaria – son jovencitos de 15-16 años, no terroristas con experiencia como los eliminados por Israel.
Hamas nunció el regreso a clases dentro de unos días, aunque el 86% de las escuelas de Gaza, a las que Hamas había convertido en comandos de guerra y escondite de armas, están destruidas. En realidad, estos mensajes están dirigidos no a Israel-que sabe la verdad, con sus luces y sombras- sino a la población palestina de Gaza. Quieren fijar la imagen de que nadie ose desafiarlos, que aún son el poder. No es casualidad que 10 palestinos presentados como sospechosos de colaborar con Israel, fueron asesinados públicamente por Hamas en los últimos días.
