El Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (TZAHAL) Teniente General Herzi Halevi, hizo bien al anunciar que dimitirá dentro de aproximadamente un mes y medio, por su responsabilidad por la catástrofe del 7 de octubre. Indudablemente, como quien está desde enero del 2023 al frente del ejército israelí, carga sobre sus hombros con una gran responsabilidad operativa por el hecho que no se supo prever, frenar, impedir el asalto terrorista y que durante horas en muchos sitios no hubo suficiente presencia de efectivos israelíes que pudieran enfrentarse a los terroristas.
Hace ya meses que Halevi dio a entender claramente que dimitiría. Y ahora, confirmó que al comenzar el regreso de los secuestrados, al haberse alcanzado grandes logros militares en la guerra y al acercarse el momento en que haya culminado la investigación interna, puede concretarlo.
También anunció su dimisión el jefe de Comando Sur General Yaron Finkelman , una figura que no tiene sólo responsabilidad por su rango sino por el cargo concreto que desempeña, a cargo de toda la zona atacada.
La decisión de Halevi no puede menos que dejar en evidencia lo increíble del hecho que el Primer Ministro Biniamin Netanyahu no haya dicho nada aún sobre su intención de dimitir. Y ni siquiera de investigar los errores cometidos que condujeron al horror.´Tzahal comenzó a investigar, mientras que el gobierno no da ningún paso al respecto, vergüenza absoluta.
Aún sin analizar la política que Netanyahu llevó adelante, que en la práctica fortaleció a Hamas al permitirle recibir dinero de Catar con el que convirtió a Gaza en una base terrorista enorme, Netanyahu es responsable, ante todo, por ser la figura número uno en el país, quien está al frente del sistema todo, también a cargo de la defensa nacional. El tiene la última palabra. Las FDI hacen lo que el gobierno dice, no deciden solas.
Después de la guerra de Iom Kipur de octubre 1973, que estremeció a Israel porque Egipto y Siria lograron sorprenderlo y hubo más de 2.000 caídos, se estableció la comisión de investigación Agranat, que llevó el nombre del Juez Supremo que la encabezó. La comisión criticó al jefe de Tzahal Teniente General David Elazar, elogió a la Primer Ministro Golda Meir por su desempeñó y no criticó al Ministro de Defensa Moshe Dayan. Pero tanto Dayan como Golda Meir decidieron renunciar.
Estas fueron las palabras del entonces jefe de la oposición Menajem Begin, un poco antes de la decisión de ambos de dimitir: “¿Puede ser que el Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel se vaya y quien está a su cargo, el ministro de Defensa, se quede? Es una pregunta en serio. Y hay que seguir preguntando. ¿Puede ser que el ministro de Defensa se vaya y quien está a cargo de él, la Primer Ministro, se quede? La verdad es que así como le dicen al Ministro de Defensa un super jefe del ejército, pues al Primer Ministro se le considera un super Ministro de Defensa”.
Michael Shemesh (@shemeshmicha) January 21, 2025
Begin tenía clarísimo qué quería decir responsabilidad.
Netanyahu parecía también entenderlo…cuando se refería a otros, no a él.
El periodista Ben Caspit recordó, en una fuerte nota en el diario Maariv, declaraciones que el propio Netanyahu formuló años atrás, como jefe de oposición, sobre este tema.
El próximo párrafo es de la mencionada nota.
"Si el concepto de responsabilidad tiene algún significado, el primer ministro también debe irse", dijo Netanyahu en un discurso en la Knesset tras la publicación del informe de la Comisión Winograd sobre la Segunda Guerra del Líbano (2006). "Si el concepto de responsabilidad no tiene sentido, el jefe de Tzahal Dan Halutz y el Ministro de Defensa Amir Peretz deben ser devueltos inmediatamente a sus puestos", añadió (A.J: ambos habían dimitido). "Al negarse a abandonar su puesto, el Primer Ministro huye de su responsabilidad y, señores, todas las excusas no ayudarán", concluyó Netanyahu, mirando a Ehud Olmert (el Primer Ministro).
Hasta aquí la cita.
El brazo operativo, que debía cuidar las cosas en el terreno, falló el 7 de octubre. Nadie lo duda. Pero también, y ante todo, el gobierno, por el que el Primer Ministro tiene responsabilidad. Y lo más inaceptable, no es sólo que ni hablan en la coalición de investigar sino que ha sido notorio el intento de dar a entender que toda la culpa la tienen las fuerzas de seguridad. Vergonzoso.
Es incomprensible cómo es que el Primer Ministro y el Ministro de Defensa tienen el tupé de presionar a la cúpula de seguridad a dimitir, sin que ellos piensen siquiera que tienen que dar explicaciones. Al menos, después de la catástrofe, las fuerzas de seguridad lograron levantarse y desde entonces no han cesado de luchar con gran éxito y enormes sacrificios. Esto, mientras la coalición no sólo no dice “investiguremos para entender dónde fallamos”, sino que sigue en sus intentos de promulgar una ley que llaman de reclutamiento pero es de exención de los jóvenes ultraortodoxos, presentando criterios y proponiendo números que están lejísimo de las necesidades del país, aún en guerra. Todo, para preservar la coalición de gobierno.