A su avanzada edad, Shlomo Margalit ya ha visto de todo, pero nada como el 7 de octubre del año pasado, el terrible día de la masacre en el sur de Israel, también en su kibutz Nir Oz. Logró sobrevivir pero ha perdido amigos de toda la vida. Algunos murieron en Gaza y otros no se sabe si están vivos o muertos.
Conversamos con Shlomo hace unos días, al anunciar Nir Oz que en una votación de los miembros, se decidió por amplia mayoría reconstruir el kibutz. Él, miembro durante muchos años del movimiento sionista de izquierda Hashomer Hatzair, fue uno de sus fundadores, por lo cual no podíamos dejar de pedirle su opinión.
La entrevista es extensa. A nuestro modo de ver, es un documento de resiliencia imperdible.
P: Shlomo, gracias por atenderme. Comencemos por el princpio de la historia. Usted nació antes de la fundación del Estado de Israel, en Haifa. Y después llegó a Nir Oz.
R: Así es. En 1957, con el grupo inicial (garín fundador). Estuvimos juntos en ese grupo con Arié Zalmanovich, que fue secuestrado a Gaza el 7 de octubre del año pasado y asesinado allí. Con él estuvimos juntos desde quinto grado de escuela. Éramos almas gemelas, su casa era mi segundo hogar.
P: Cuántas dimensiones tiene el dolor causado por aquel día terrible.
R: Sin duda ninguna.
A cargo del cementerio
P: Entiendo que usted está muy ocupado. ¿A qué se dedica?
R: Como imaginará, estoy jubilado, pero en efecto estoy muy ocupado. Estoy viviendo con toda la comunidad en Carmei Gat pero dos días a la semana estoy en Nir Oz. Me dedico al cementerio.
En tiempos de rutina, se trata del mantenimiento. Conservarlo en forma digna y estética en lo posible y, por supuesto, acompañar también el tema de los entierros. En años normales, hay unos 3 al año. Pero este año es un trabajo a tiempo pleno, es simplemente devastador.
P: Más de un cuarto de la población de Nir Oz fue asesinada o secuestrada, o sea 117 personas en total.
R: Así es. Hasta el momento que estamos hablando, fueron enterrados 45 miembros del kibutz, cifra que no incluye a los 11 tailandeses que estaban trabajando con nosotros y fueron asesinados en Nir Oz. De los 45 que ya fueron sepultados, 30 en el kibutz y el resto en otros lugares. Aparte hay 9 cuerpos sin vida, de miembros de Nir Oz secuestrados a Gaza ya después de asesinados. Aproximadamente, unos sesenta fueron asesinados. Hay otros 20 en Gaza, no sabemos su situación.
P: Me imagino que parte de la explicación de la diferencia entre los asesinados y los entierros en Nir Oz es que al principio no era posible enterrar, por la guerra, y que en algunos casos fueron sepultados en otro lado y luego trasladados.
R: Hubo de todo. Nosotros, desde un principio, enterramos en Nir Oz, de un modo completamente surrealista. Imagínese. Estábamos en Eilat, el primer lugar al que nos evacuaron. Todos los cuerpos de Nir Oz los llevaron a Shura, la base militar en la que se hizo el reconocimiento de los cuerpos con ADN, todo un proceso. Fueron liberando de a uno, informando a las familias, y nosotros nos ocupamos del entierro. En la mayoría de los casos , de acuerdo a la voluntad de la familia, la ceremonia del funeral era en Lahav a unos 45 minutos de Nir Oz. La gente llegaba a la ceremonia proveniente de todo el país. Nosotros vinimos desde Eilat. Y desde Lahav la familia
viajaba en un minibús a Nir Oz, donde tenía lugar el entierro.
P: ¿Por qué dijo surrealista? Aunque me lo imagino…
R: La situación en sí, todavía en tiempos de guerra, en una zona de guerra, lo era. Era cavar una tumba, con soldados sentados allí, todos ellos con chalecos antibalas y armas, el entierro se hacía bien rápido. Se enterraba y se partía, porque era zona de guerra. Y teníamos dos miguniót, o sea las estructuras protectoras. Recuerdo que en uno de los entierros, mientras levantaron un ataúd para colocarlo en la tumba se oye “Tzeva adom” (la alarma)….Y como sabe, ahí tenemos sólo 15 segundos para refugiarnos. Bajaron el ataúd a un costado, corrieron a los refugios, esperaron oír el impacto de la explosión y unos minutos después volvieron al funeral. ¿Eso no es surrealista?
P: La verdad que sí. ¿Cuáles fueron las razones por las que algunos no fueron enterrados en Nir Oz?
R: Varios motivos. Si un miembro de la familia temía llegar a Nir Oz, no se enterraba en el kibutz. Hasta hoy, hay personas que no se atreven a llegar a Nir Oz.Este era el principal motivo. En un caso así, optaron por un entierro temporal, y llegado el momento, los trasladaremos. Tuvimos ya dos casos así. Otros casos, los enterraron en otro sitio porque no tenían familia en Nir Oz.
P: Y claro que están aquellos que se sabe que están muertos pero aún se hallan en Gaza, como su amigo Zalmanovich.
R: Exacto. Su esposa, que falleció hace muchos años, lo espera. Será enterrado a su lado.
P: ¿Qué simbolismo ve usted en el entierro en Nir Oz?
R: Volver a casa, a tu tierra. Indudablemente.
P: Supongo que usted realmente teme tener que abrir muchas más tumbas.
R: Por supuesto. Después de todos los entierros dije que si no paraba iba a colapsar. En la parte física del cementerio continúo, pero otra persona se ocupa del tema frente a las familias. La gran dificultad en lo emocional es que todos son personas conocidas, cercanas, mis propios amigos. Y saber cómo murieron, es muy difícil.
La esperanza, mirando hacia adelante
P: Recientemente Nir Oz, desde su sitio temporario en Carmei Gat, votó por reconstruir el kibutz. Se aclaró que el regreso a vivir allí dependerá de la decisión de cada uno.Y de todos modos llevará años¿Qué significado tiene para usted esta decisión? Me atrevo a suponer que usted estuvo entre los que votaron a favor.
R: Por supuesto. Una gran mayoría de los javerim, de los miembros del kibutz, casi todos, votaron a favor.
P: O sea que también quienes no piensan volver, por distintas consideraciones personales, en muchos casos votaron a favor.
R :Así es.
P: ¿Por qué votó usted a favor?
R: Hay una respuesta general, pero hay también una que es también personal. Durante toda mi vida adulta, me dediqué y fui partícipe de una empresa sionista: una población judía en la frontera, labrando hasta el último surco, con todos los superlativos que eso implica, transformando un desierto en un oasis. Para mí esto representa mi proyecto de vida, al que le dediqué 67 años. Llegué a los 20 de Haifa. Ver con tus propios ojos, la destrucción del proyecto de vida del que fuiste partícipe de su construcción, es demasiado duro. Esto, en lo personal.
P: Y está también lo nacional.
R: Así es. Nir Oz es la única población que fue ocupada por completo, llegaron miles de personas de todas las aldeas, robaron, violaron… todo, miles… destruyeron el lugar…. No podemos no recuperarnos, no podemos no reconstruir este lugar por completo. Quiero que reconstruyamos este lugar y que sea mañana lo más parecido a nuestro sueño. Le cuento que dos semanas después del 7 de octubre había un grupo de “garin toraní” , jóvenes religiosos volutarios, que estaba dispuesto a instalarse así, pero eso habría sido muy distinto del carácter de nuestra comunidad. Claro que no será exactamente lo mismo, porque no todos volverán ni todos volverán como eran antes…no será lo mismo. Pero que sea lo más parecido posible. Espero que mejor. Para mí es importante que vuelva a ser una población viva, efervescente, en la medida de lo posible.
P: Así que esa votación es algo de enorme significado.
R: Sin duda ninguna. Esa declaración votada, que no obliga a nadie personalmente, para mí es comparable con la declaración de la independencia: una visión, un sueño, ahora. Ahora debemos comenzar a transformarlo en realidad.
P: Y en su caso y en el de su esposa ¿significa también volver a vivir en Nir Oz?
R: La respuesta es “no necesariamente”. Yo sé que quiero, pero para que esto sea posible se tendrán que cumplir varias condiciones. Lo básico es que la situación de seguridad permita vivir en Nir Oz. Y existe otra, moral: el regreso de los secuestrados. Sabemos que 9 de ellos están muertos. Esperamos que el resto, ojalá, estén con vida. Son parte de nosotros.
La vivencia del 7 de octubre
P: ¿Cómo fue su 7 de octubre?
R: Comenzó por supuesto a las 6.30 cuando sonó la alarma y oímos “tzéva adóm”. Saltamos con mi esposa de la cama y fuimos enseguida a la habitación protegida. En pocos minutos comprendimos que no era una alarma habitual… poco tiempo después, oímos que hablaban árabe detrás de nuestra casa - nosotros vivimos junto a la cerca. Desde mi ventana, a menos de 2 kilómetros se ve la aldea vecina.
P: Es decir, se infiltraron por un punto junto a su casa.
R: Irrumpieron desde varias entradas, pero la principal era de nuestro lado por ser la más cercana a la aldea. Horas después parecía una carretera llena de gente. Tras los terroristas “Nujba” vino la muchedumbre: asesinaron, secuestraron, robaron, destruyeron, quemaron, dispararon. En nuestro kibutz no hubo secuestros, pero en otros lados, como bien se sabe, sí. No es que yo lo haya visto con mis propios ojos porque estuve 12 horas en la habitación protegida. Pero sí oí lo que estaba pasando. Y además, volvieron secuestrados de allí, hay muchos testimonios. En uno de ellos una chica contó que cuando estaba entrando a Gaza, secuestrada, miles de personas se abalanzaban sobre ella y otros secuestrados, también niños y gente mayor.Tengo una buena amiga que estuvo en cautiverio. Con lo que ella me dijo, me basta.
P: ¿No lograron entrar a su casa?
R: Claro que entraron. Pero no sé por qué, no quemaron ni dispararon hacia el refugio. Al comienzo fueron los “nukhba”, dispararon en la entrada, en el salón, pero no al refugio, aunque sí intentaron abrir la puerta y no lo consiguieron.
P: ¿Usted sostenía el picaporte?
R: Sí.. .construí una estructura…Entraron y salieron varias veces. En las últimas etapas eran las masas de civiles. Entraron, robaron, destruyeron.
P: ¿Hubo momentos en los que pensó que era el fin y no podría contar la historia?
R: Supongo que sí, pero no estaba en condiciones de empezar a reflexionar. Actuaba en forma automática.
La convivencia con los vecinos palestinos
P: Usted creció en Hashomer Hatzair, un movimiento que siempre apoyó la idea de la convivencia en paz. ¿En qué ha quedado ese sueño, ese ideal?
R: Ante todo, hay una seria fractura en esa idea. Yo no soy el mismo Shlomo que era hace dos años, eso seguro. Tengo claro que es necesario llegar a un acuerdo. No sé si ahora podemos decir, como yo decía antes, “dos estados para dos pueblos”. En oros tiempos, estaba inmerso a fondo a ese tema. Pero no tengo energías para entrar en ello y mi fe se ha aplastado.
P: Es realmente muy difícil….
R: No lo sé. Por un lado, no estoy a favor de matarlos ni tirarlos al mar ni nada de eso porque no somos como ellos. Pero no tengo energías y mi fe se ha hecho completamente trizas. No es lo único que siento que se ha hecho trizas, hay cosas muy más cercanas a mí que se han hecho trizas. Por lo cual, hace falta mucha fuerza mental y mucha ayuda, para dar los primeros pasos que permitan abordar esta cuestión. El tema de los secuestrados, entre ellos amigos cercanos míos, es insostenible.
Las crisis de confianza
P: ¿Siente que el gobierno no hace lo suficiente y que perdió oportunidades para lograr un acuerdo?
R: Por supuesto. Ese es el primer círculo de desconfianza.
P: ¿Y el segundo?
R: Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel. Vivíamos junto a la cerca, y hubo familias que, trajeron niños al mundo, y criaron niños pequeños, con un sistema educativo maravilloso, con la fe de que nosotros vivimos 95% del tiempo n el jardín del Edén, 5% en el infierno. Cuando es el 5%, pensamos siempre que el equipo de emergencia del kibutz, lo que en hebreo se llama kitát konenút, puede hacerse cargo del desafío si hay un ataque de un grupo de 5 personas, o de una sola persona aislada, lucha 15 minutos, máximo media hora, y entonces llega el ejército. En esa situación, con esas premisas, se puede vivir, uno tiene fe. Pero a Nir Oz el ejército no llegó nunca.
P: Los terrorista se fueron solos.
R: Así es. Los miembros de la “kitat konenut” combatieron con gran valentía, lograron matar a decenas de terroristas, pero pagaron con sus vidas. Entonces, ¿dónde estaba Tzahal?
P: Shlomo, sin duda que se trata de un fracaso político, conceptual y militar… pero Tzahal logró recuperarse y luchar como leones desde el 7 de octubre. El gobierno, en cambio, no asumió todavía la responsabilidad. ¿Ve usted alguna diferencia entre ambos ?
R:Veo una enorme diferencia. Una pequeña corrección: Tzahal no se recuperó de inmediato pero es cierto que apenas se recuperó, actuó a lo grande; volvió a ser el Tzahal que conocemos. Me resulta difícil enfadarme con Tzahal, porque no llegó antes a rescatarnos, Por eso es necesario establecer una comisión de investigación.
No son sólo números
P: ¿Puede traducirme los números, los nombres que conocemos, en términos de sus vínculos personales en el kibutz? Ademas de Arie Zalmanovich, o Zalman como usted lo llama, que se sabe está muerto en Gaza, su amigo de infancia, con quien construyó Nir Oz.
R: Desde quinto de escuela estuvimos juntos no sólo con Zalman sino también con Oded Lifshitz , que sigue en Gaza, y sobre quien no se sabe nada. Vinimos cuatro de Haifa a Nir Oz. Y quedé sólo yo. Zalman está muerto, Abraham Cooper también, Oded no sabemos. También está Gadi Mozes, yo fui su madrij, su guía en el movimiento juvenil. Tiene 80 años, estaba en el grupo de mi esposa. No se sabe nada de él. Su esposa murió el 7 de octubre. También puedo hablar de mi vecino David Cunio, puerta por puerta , un chico joven, con hijas chicas. Cada uno me toca en un “vector” diferente. Es que un kibutz es una “jamúla”, un clan, una gran familia. Mencioné a algunos, pero con cada uno había alguna relación.
P: Uno de los símbolos de esta tragedia es la familia Bibas, ¿qué conexión tenía con ellos?
R: No tenía un vínculo personal, pero su casa estaba junto a la nuestra. Y Shiri trabajaba en la contaduría del kibutz y la veía con frecuencia, unas dos veces por semana. Un kibutz es un sitio tan pequeño que obviamente se tiene cierto vínculo.
P: ¿Y se puede seguir adelante después de tantas pérdidas?
R: Es una pregunta de orden moral. ¿Continúo esto sin Gadi? ¿Renuncié a él? Es una pregunta muy difícil. Por otro lado, no se puede esperar a que lleguen para empezar a planificar y pensar.
Pasar lo que hemos pasado hay también es una cuestión que concierne al Estado. Para recuperar a Nir Oz se necesita mucho dinero. Muchísimo más que los demás kibutzim, por el grado de la destrucción. Solo 6 casas no fueron destruidas o seriamente dañadas.
¿Estará el gobierno a la altura del desafío? Aún no lo sé. Pero nosotros votamos y decidimos que empezamos el proceso de recuperación de Nir Oz.
Un mensaje especial
P: ¿Tiene algún mensaje al mundo?
R: La verdad es que al único mundo para el que tengo un mensaje es para el mundo judío.Cuando salimos de los refugios y fuimos trasladados a un hotel en Eilat, fuimos envueltos por una calidez extraordinaria, del pueblo judío, en Israel y en el mundo, de todas partes. Si hubo algo que nos dio las energías para empezar a recuperarnos y la asistencia psicológica, más que cualquier psicólogo y trabajador social, etc., fue el corazón cálido de nuestros hermanos en todo el mundo. Y considero que eso es lo más importante. Es el bien más valioso que tenemos. Gobierno a la altura de la situación, no tenemos. Pero un pueblo, tanto en Israel como en el mundo, es lo que tenemos, es nuestro futuro.
El pueblo judío, “Am Israel”, pasó esta prueba. Y nos brindaron diez veces más de lo que necesitábamos. Estaban dispuestos a darnos de su pan, hasta tal punto, que uno se siente incómodo de tanta bondad. Pero es simplemente maravilloso: zapatos, cepillos de dientes, ropa… puesto que salimos de allí, sin nada, en camiseta. Es simplemente increíble. Esta casa que tenemos aquí, el apartamento, lo prepararon, amueblaron, lo llenaron de comida, con todo. Este es el pueblo de Israel.
Si tengo algo para decirle al mundo, es decirle a nuestro mundo judío ¡gracias!
P: Shlomo no tengo palabras. Gracias mil por todo esto.
R: A usted por el interés.