Gerardo Sotelo tiene en su haber varias décadas de exitoso periodismo de prensa, radio y televisión y ahora inició una nueva vida, como legislador. Es el representante del Partido Independiente en la Cámara de Representantes del Parlamento uruguayo.
Tuvimos el gusto de conversar con él ampliamente días atrás tanto sobre la interna de la política uruguaya como lo que ve ya ahora en relación a la política exterior del nuevo gobierno.
Este es un resumen del diálogo mantenido.
P: Gerardo, comencemos con mis mejores deseos de éxito en esta nueva etapa como legislador. ¿Cómo vivís el cambio del periodismo a esto?
R: Yo diría que el cambio es dramático. Si bien hace cinco años que dejé el periodismo para dedicarme a la actividad política, pasé estos cinco años en un cargo político, pero gestionando los medios públicos, o sea que los temas me eran familiares. O sea que fue una especie de transición. Y ahora estoy de cabeza en la gestión parlamentaria que apunta ni más ni menos que a trabajar para hacerle la vida a la gente un poco mejor.
P: ¿Cómo estás viviendo el cambio?
R: Fue un cambio muy drástico en mi vida. Yo dejé prácticamente 40 años de carrera periodística, en la que había logrado cierto nivel de notoriedad, pero que además tenía muy buenos trabajos y por la naturaleza de mi profesión un día tuve que cortarla y dedicarme a las actividades políticas. Ahora, solo lo hubiera hecho, más allá de que tuve otras ofertas, en el partido al cual votaba desde que existe.
P: Esa es una cuestión de principios.
R: Por supuesto. A veces me llama la atención como alguna gente, sobre todo en redes sociales, con el ánimo de insultar, como ocurre habitualmente, me reprocha que estoy en esto “por un carrito”, cuando en realidad si hay algo que yo no precisaba era trabajo.Además, en esto vivís con más estrecheces, con más notoriedad y con más “haters” de los que vivía antes. Y es por eso no resulta un buen negocio. A la política solo se debe llegar por vocación de servicio.
P: En la Cámara de Diputados hay una situación especial…
R: Así es. Desde el Frente Amplio, que no tiene mayorías en diputados, están tratando de tender puentes hacia la coalición para ver si en algunos temas puede haber acuerdo. Yo lo dije el día que asumí, trabajaremos intensamente en lograr todos los acuerdos que sean necesarios y posibles con el nuevo gobierno, pero seremos inflexibles en la defensa de los derechos fundamentales, de la laicidad, en el manejo del Estado, y obviamente en el control de los dineros públicos y en la transparencia y la gestión pública.
Seguro que no le vamos a pagar con la misma moneda. O sea, no vamos a estar convocando a una caceroleada apenas asuma el gobierno, por ninguna razón.
Ni vamos a salir a juntar firmas para bloquear leyes por cualquier razón. Eso no lo vamos a hacer. Eso es seguro.Vamos a trabajar con responsabilidad. Los vamos a enfrentar en todos aquellos asuntos que consideremos regresivos o perjudiciales para el uruguayo. En eso vamos a ser inflexibles, pero en todo lo demás y en lo que el país lo precise, por supuesto que estaremos colaborando.
ORSI, UNA PERSONA MODERADA
P: Gerardo, yo conocí a Orsi personalmente cuando visitó Israel. El 7 de octubre me llamó horrorizado al haber visto las noticias sobre lo que estaba pasando. Claro que lejos estoy de conocerlo a fondo, pero me pareció sin duda mucho más moderado y equilibrado que otros políticos latinoamericanos que quizás ahora parezcan sus aliados naturales. ¿Estoy equivocada?
R: No lo estás. Comparto. Él es mucho más moderado que alguno de sus eventuales socios latinoamericanos, el Frente Amplio es mucho más moderado que sus amigos del barrio, y el Uruguay es un país mucho más moderado y más estable, o sea, eso en todo caso es sistémico. No lo digo en desmedro de las cualidades personales de Yamandú Orsi, que es efectivamente un hombre moderado y de diálogo. Pero yo no creo que sea decisiva su personalidad en el escenario interno que tiene el Frente Amplio.
Uruguay es un enclave, es el último bastión del wokismo, de esa cosa espantosa en la que se ha convertido la izquierda en Occidente. En Uruguay todavía proponen sandeces, cursilerías de la dimensión de cambiarle el nombre al Ministerio de Educación y Cultura por el Ministerio de las Culturas, las Ciencias, los Saberes, blablabla.
Se quedaron en un mundo de ONGs de izquierda, de burocracia pobre, que se alimenta a sí misma, cuando el mundo ya lo descubrió y va para otro lado, porque ahí no se podía esperar nada bueno. Bueno, el Uruguay todavía va a tener que lidiar los próximos cinco años con ese tipo de discursos reaccionarios, para mi gusto.
A FUTURO- LA POLÍTICA EXTERIOR
P: ¿Cómo ves el tema de la política exterior?
R: Es otra señal de preocupación en el mundo en el que estamos viviendo. Porque un país como Uruguay, al margen del partido que esté en el gobierno, debería dinamizar el centro político regional y mundial para generar una voz alternativa .Están los sectores revolucionarios que todavía sobreviven y que además en América Latina aparecen en el Grupo de Puebla, en el Foro de San Pablo.
El gobierno de Lacalle Pou ha operado dentro de la defensa de los valores de la libertad, de los valores democráticos, de la soberanía de los países, en medio de esa locura de tensiones extremistas en la que se está convirtiendo el mundo. Uruguay debería seguir teniendo esa voz y obviamente, y voy derecho a un tema que no me has planteado, pero que seguramente te vas a plantear, claramente en defensa del derecho del Estado de Israel a sobrevivir y a vivir en paz dentro de lo que son o lo que deberían ser algún día sus fronteras definitivas.
P: Justamente, por supuesto te lo iba a plantear. Pero ya antes de eso entiendo que tenés dudas.
R: Así es. Tengo dudas porque los antecedentes de gobierno del Frente Amplio en manos del MPP son espantosos. En el mundo actual, que es bastante más incierto y peligroso del que era hace 10 años, como no lo han explicitado, tengo derecho a darle el beneficio de la duda, que es lo que estoy planteando.
Por ejemplo, ¿qué va a ser cuando Argentina plantee, en términos que aún no conocemos, la posibilidad de tener un trato comercial preferencial con Estados Unidos? ¿Cómo va a impactar eso en el Mercosur? ¿Nos vamos a poner, como dijo Yamandú Orsi, como un furgón de cola de Brasil? ¿Eso es lo que nos depara el futuro gobierno del Frente Amplio? No lo sabemos. ¿Cuál va a ser el rol en conflictos internacionales? Bueno, por supuesto que no sabemos, pero no tenemos muchas esperanzas con respecto a que el lugar va a ocupar Uruguay en la denuncia permanente de la dictadura en Venezuela. De los crímenes, de la dictadura, de la violación de los derechos humanos allí, de la invulnerabilidad de la sede diplomática. ¿Cuál va a ser la voz de Uruguay? De la lucha de Israel contra el terrorismo yihadista . Y sobre Irán. Y tanto más.
P: El Canciller Mario Lubetkin ya ha formulado declaraciones polémicas, tanto sobre Israel y Gaza como sobre Venezuela.
R: Bueno, te diré. Yo no tengo ninguna crítica personal para hacerle a su gestión porque la desconozco, pero es evidente que nadie que haya llegado a ese lugar tan relevante, la FAO, lo hace porque se haya enfrentado a los vicios que están corroyendo a Naciones Unidas.
Es uno de los grandes problemas que tiene la paz mundial y la convivencia entre los pueblos. Es que Naciones Unidas se ha convertido, no toda, pero en muchas zonas de sus instituciones, en un nido de burócratas o, lo que es peor, en un ámbito donde prosperan los países más retardatarios, autoritarios y las peores dictaduras del mundo, por una razón muy elemental. En el mundo hay 180 países y hay solo 22 o 24 que son democracias plenas.
VENEZUELA
P: Hablamos hace poco y tenías dudas sobre Venezuela, cuál sería la política del gobierno. Y luego salió el Canciller Mario Lubetkin a decir que Uruguay no reconoce ni a Maduro ni a quien dijo haber ganado, o sea Edmundo González. ¿Cómo lo ves?
R: Es lamentable. Por supuesto que no se puede reconocer el gobierno actual de Venezuela, que es una dictadura y una banda criminal que se ha adueñado de un país. El problema es que el gobierno uruguayo no puede ponerse en equidistancia entre la víctima y el victimario.
No es que Edmundo González dice que ganó, es que tiene las pruebas de que ganó y es así reconocido por la comunidad internacional. Esa posición supuestamente neutral lo que hace es convalidar tácitamente a quien se dice condenar y dejar desvalido a quien merece nuestro apoyo, porque además de que es la víctima de una dictadura salvaje, tiene las pruebas de que ganó.
ISRAEL Y LA REGIÓN
P: ¿Qué esperás en el tema de Israel? Las declaraciones que ha formulado hasta ahora el Canciller Mario Lubetkin han sido muy problemáticas. Si bien condenó por supuesto el 7 de octubre, enseguida pasó casi a equiparar entre esas muertes y las de Gaza cuando Israel tuvo que responder. Y no lo digo minimizando en absoluto lo trágico de cuando mueren inocentes.Lubetkin destacó que el espíritu de paz de los uruguayos no lo puede aceptar. Y me pregunto si es ingenuidad o qué.
R: Yo creo que no podemos decir de Lubetzki que sea ingenuo.
Lo que dijo puede ser fruto del hecho que estaba por ocupar un rol diplomático, el más relevante, como Ministro de Relaciones Exteriores, y que sabía que tendría que manejarse con las tensiones especialmente en su partido, donde hay sectores claramente anti-israelíes, claramente anti-israelíes, e incluso hay sectores claramente anti-judíos, antisemitas.
La muerte de un ciudadano israelí o gazatí como consecuencia de una acción violenta, bélica, es horrible. Una muerte, 50 muertes, es peor y 100 o 1000, siempre es una tragedia humanitaria. Toda guerra, toda acción bélica es una tragedia humanitaria y toda la vida vale lo mismo, pero decir eso es no decir nada. Por algo la guerra está legislada y si se desarrolla con determinadas características, hasta está reconocida como legítima por la comunidad internacional.
No es lo mismo una intrusión para masacrar a la población civil de manera salvaje que la reacción del ejército de ese país para evitar que eso vuelva a ocurrir. Hay una diferencia de legitimidad que no se puede igualar nunca. Después te encontrás con que los soldados que tienen que defender a ese territorio que fue invadido por su vecino como represalia para proteger a su población, en vez de salir a combatir, que es lo que hace todo ejército normal del mundo, para proteger a su población civil, se pone debajo de su población civil para que el ejército que está defendiendo a su propia población cargue sobre su espalda con el peso de matar a miles de personas.
Pero es que si no se entiende esta lógica monstruosa del terrorismo yihadista, no se entiende nada. Claro que lo de Gaza es una tragedia humanitaria, por supuesto que es espantoso y por supuesto que muere gente... Pero sólo en el caso de Israel se cuestiona su derecho a tratar de evitar que eso vuelva a ocurrir. Eso me parece que hay que decirlo fuerte y claro.
P: Gerardo te agradezco mucho por todo tu tiempo. Y te deseo mucho éxito en tu nueva responsabilidad.
R: Muchas gracias Ana.