Oficial en la reserva, habitante del norte, apoya el alto el fuego pero está seguro de que habrá otra guerra

Para el Teniente Coronel (retirado) Gidi Harari, analizar las probabilidades de éxito del alto el fuego entre Israel y Hezbolá hace unos días, no es sólo cuestión de estrategia sino de la vida propia. Si bien trata de minimizar ese aspecto personal y se concentra en el significado de lo logrado y lo vivido a nivel nacional, es ineludible recordar que reside en la localidad Shaar Yashuv, parte del consejo regional Mevoot Ha-Hermon. Si bien no ha sido de los sitios más atacados en esta guerra, ha estado repetidamente bajo alarmas y ha sufrido impactos de misiles y daños materiales.

Estas son sus impresiones y su evaluación de la nueva etapa.

P: Gidi, se ha pactado un alto el fuego, está claro que no se ha destruido a Hezbolá, algo por lo que mucha gente del norte ha reaccionado en tono muy crítico . ¿Cómo lo ve usted?

R: El declarado objetivo de la guerra era alejar la amenaza, hacer que Hezbola se retire más allá del río Litani , neutralizar la amenaza de la unidad Radwan que planeaba invadir la Galilea para conquistarla, frenar la amenaza directa a los poblados fronterizos, con los misiles anti tanque. Todo eso era clave. Nunca se habló de destruir totalmente a Hezbolá. Ni tampoco de poner fin totalmente a la amenaza de lo cohetes y misiles ya que para eso habría sido necesario conquistar el territorio de todo el Estado libanés y eliminar hasta el último terrorista de Hezbolá.

P: Entiendo entonces que usted adopta una postura, digamos, realista…no sale en contra del acuerdo.

R: No es el acuerdo ideal que yo habría querido, pero es, creo yo, el mejor acuerdo que podíamos conseguir ahora. Pero es importante recordar que no es un acuerdo de paz sino solamente de alto el fuego por 60 días  tras los cuales podemos tener uno, dos, cinco, seis, siete años para reconstruir al ejército, para entrenarnos debidamente para la próxima guerra. Es que seguro habrá una próxima guerra. Y en esa sí, el objetivo será eliminar a Hezbolá y la amenaza de Irán.

P: Es muy duro que inclusive quien, digamos, apoya el acuerdo logrado, está seguro de que habrá otra guerra.

R: Por supuesto. Mientras exista el régimen de los Ayatollas en Irán y mientras exista Hezbolá, sabemos que habrá otra guerra.

P: Pero usted habló de 5, 6, 7 años…o sea que considera que a pesar de todo, el alto el fuego será estable y finalmente se convertirá en un acuerdo de fin de la guerra.

R: Sí, así lo creo.Y explico. Ante todo, Hezbolá ha recibido un golpe sumamente duro. Si alguien tiene dudas sobre quién ganó la guerra, entonces no entiende lo que ha pasado acá. Nuestra victoria ha sido categórica. Pero hemos quedado muy cansados, con la lengua afuera. La carga sobre los reservistas ha sido enorme, han sido 14 meses de guerra y nuestro ejército no está  concebido para guerras tan largas. Hay que rehabilitar al ejército, al servicio de reserva, hay que construir muchas cosas de nuevo en el país. Seguro el norte.

P: Y dice que ahora hay que dedicar energías a eso…

R: Sin duda. Podemos hacerlo. Y este acuerdo nos da tiempo, nos da la calma que precisamos para hacerlo.

P: A lo largo del último año se ha hablado mucho de la resiliencia de la población. Pero eso no quita que la gente esté cansada, muy especialmente en el norte, donde las alarmas indicando que hay cohetes en camino, fueron constantes, todos los días, varias veces por día, dependiendo dónde por supuesto.

R. Claro que la gente está cansada. El que sea resiliente no significa que haya que agotarla al máximo. 

P: Sobre la victoria, como sabemos, Hezbolá dice otra cosa, que ellos ganaron. Y me pregunto cuánto es una puesta en escena artificial, para su público, y cuánto es realmente cuestión de ideología, porque ellos tienen valores distintos que Israel.

R: Mira, yo creo que hoy en día cuando los hombres de Hezbolá se miran unos a otros y hablan entre ellos, tienen claro cuántos golpes recibieron en esta guerra, saben que fueron derrotados, digan lo que digan.

P: Aunque de por medio hay un problema sicológico, la diferencia entre la verdad y lo que presentan.

R: Mira, hace unos días se publicó una entrevista que concedió el ex Presidente de Líbano Amin Gemayel . Parece que los libaneses se acostumbraron a que nosotros hagamos el trabajo por ellos, pero esa era se terminó.  Gemayel no está satisfecho con el acuerdo de alto el fuego porque considera que no es suficiente para terminar con Hezbolá. Pues si los libaneses quieren volver a tener un Líbano gobernado por los cristianos, deben trabajar por ello.  

P: Formalmente, el acuerdo es entre Israel y Líbano, pero está claro que sin luz verde de Hezbolá y de hecho del propio Irán, esto no se concretaba.

R: El problema es que en el entorno interno libanés, Hezbolá es un partido político miembro del Parlamento, con 29 legisladores. Yo creo que ellos cumplirán este acuerdo porque hoy entienden que no tienen más remedio. El problema con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad que puso fin a la guerra del 2006, que como sabemos fue  cumplida sólo un tiempo, fue que Israel no respondió como debería haber respondido cuando los terroristas se acercaban al cerco fronterizo, no los frenamos. Si hacemos lo mismo ahora, no logramos nada.

P: Justamente quería plantearle este punto. Yo siento que hubo siempre una diferencia muy grande entre el tono del Primer Ministro Netanyahu en numerosos discursos, siempre muy tajante y firme, y las acciones en el terreno. Durante años adoptó una política de gran contención y moderación, algo que suena muy bien pero que cuando permite que terroristas construyan las infraestructuras que hicieron Hezbolá en Líbano y Hamas en Gaza, es un peligro, no señal de responsabilidad.

R: Estoy de acuerdo con tu análisis y por eso digo que esa actitud tiene que terminar. Si no, no habremos conseguido nada. 

Y a nivel personal

P: Gidi, sé que no quiere hablar de lo personal, pero eso también muestra cómo son las cosas. Usted vive en Shaar Yashuv, en el consejo regional Mevoot  HaHermon. ¿Cómo resumir lo que ustedes han vivido en esta guerra?

R: En mi zona somos unos 9.000 habitantes en aproxidamente 13 localidades, parte de los cuales fueron evacuados y parte no. Hubo impactos de misiles en la localidad en la que yo vivo y en otros no pero por ejemplo en Margaliot que es parte del mismo consejo local, fue terrible.  A nivel personal, yo diría que la tranquilidad vendrá no por no oir alarmas sino cuando vea que el alto el fuego se mantiene y que el gobierno de Israel hace todos los esfuerzos necesarios para reconstruir el norte.

P: Ese el gran desafío ¿verdad? Hay muchísimo trabajar por hacer.

R: Por supuesto. Yo diría que la guerra ha devuelto al norte de Israel 40 años para atrás.

P: En una de las municipalidades dijeron que cuando la gente vuelva y vea la destrucción, muchos volverán a irse.

R: Yo no estoy de acuerdo con el tono de algunas de las autoridades municipales del norte. Es perjudicial. Ahora es hora de mostrar liderazgo, de organizar a la población, ser activos y no estar quejándose todo el tiempo.

P: Pero de todos modos no hay duda que los desafíos son numerosos y que no será fácil para la población. ¿Usted cree que la mayoría de la gente va a volver a sus casas y pueblos en el norte? Quizás ya sabe qué pasa en su propio pueblo, en Shaar Yashuv.

R: Evidentemente no tengo datos estadísticos pero tengo claro que el regreso no se dará en un día y no de todos será inmediato. Fíjate que familias que se mudaron a otro lado por la guerra, anotaron a sus hijos en escuelas fuera del norte, y me imagino que nadie querrá agregar a los niños otro problema sacándolos de donde están estudiando ahora. . Además, mucha gente precisa que se reconstruya sus casas, o que se haga muy serios arreglos, especialmente en Kiryat Shmona, Metula, Manara y muchos otros lugares que fueron escenario de gran destrucción. Eso no ocurrirá de un día para otro.  Además en estos momentos falta trabajo, muchos negocios y empresas han cerrado, se desmoronaron, o sea aunque mucha gente quiere volver, necesitará que las condiciones se vayan recomponiendo.  Esperemos que todo vuelva debidamente a su lugar. 

P: Muchas gracias, así debe ser.

R: Así es.