Como era de esperar, el anuncio del visto bueno dado por Israel al acuerdo de alto el fuego con Hezbolá, ha despertado reacciones contradictorias. Aunque son variados los matices, el común denominador es la falta de confianza en Hezbolá y la convicción que era necesario golpearlo más duramente aún de lo hecho, para neutralizarlo y hacerlo desaparecer de la arena libanesa, donde opera como enviado de Irán, a servicio de su agenda.
Consultamos sobre el tema a diversos expertos y también a habitantes del norte que deberán decidir si acaso y cuándo volver a sus hogares. Iremos publicando las distintas notas. En esta entrega, nos habla el Brigadier General (retirado) Assaf Orion, experto en el tema del Líbano y Siria y en diversos temas de seguridad nacional. Es investigador en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) y en el Washington Institute.
P: Asaf , le pediría ante todo su opinión general sobre el alto el fuego. ¿Está a favor?
R: Creo que es razonable, aunque obviamente no perfecto. La prueba estará en su implementación. Lograr más en el acuerdo, no necesariamente significaría tener otro resultado. En las circunstancias actuales (más de un año de guerra, desgaste, muchos reservistas reclutados y otros elementos) no es seguro que los precios que pagaríamos por alcanzar un logro militar mejorado serían justificados o nos conducirían a un mejor acuerdo.
P: ¿A qué atribuye entonces que haya quienes, como por ejemplo autoridades de localidades fronterizas, estén diciendo que es “una rendición ante Hezbolá”?
R: Eso deriva de quienes crearon expectativas de victoria total. El acuerdo no es ni rendición ni derrota, porque de entrada no habíamos definido la eliminación de Hezbolá ni su desarme como objetivo de la guerra. Las palabras son gratis, pero la guerra tiene precios.
P: ¿Cómo resumir los logros militares en la guerra contra Hezbolá?
R: Las Fuerzas de Defensa de Israel lograron infligir un duro golpe a la organización, claro que pagando un precio como siempre en una guerra. La amenaza de fuego estratégico contra Israel se ha reducido considerablemente , la propia Beirut está siendo bombardeada mientras hay pocas alarmas en Tel Aviv, que Hezbolá había planteado como dos partes de una misma ecuación. Irán ha perdido el elemento de disuasión contra nosotros desde el Líbano. Eliminar la amenaza de invasión de la fuerza Radwan que estaba apostada junto a nuestra frontera y hacer retroceder 20 años a Hezbola en la construcción de su poderío en el sur libanés., son elementos muy importantes. Recordemos que Hezbolá sostenía repetidamente que no cesará el fuego hasta que no termine la guerra en Gaza. Y finalmente, tuvo que renunciar a eso.
P: ¿Cómo evalúa la forma en que el gobierno ha manejado la guerra en el norte?
R: A partir de setiembre, cuando pasó a la ofensiva fuerte contra Hezbolá, actuó bien. De hecho, se llevó a cabo una guerra totalmente limitada: inclusiva en el plan de fuego, pero llevada a cabo durante semanas en lugar de días, y limitada en las maniobras terrestres. En la práctica, hizo que Hezbolá no escalara hasta que ya era demasiado tarde: su liderazgo fue eliminado y muchas de sus armas destruidas. Pero en mi opinión, hubiera sido correcto hacerlo unos meses antes y ahorrar parte del desgaste.
Lo que me parece un error es que en el acuerdo se hable de correcciones en la frontera terrestre.
P: ¿Qué estima que hará Hezbolá? ¿Ha comenzado la cuente regresiva a la próxima guerra?
R: Creo que al principio habrá algunas fricciones quizás. Después quizás haya cierta calma,porque Hezbolá lo cumplirá para abocarse a su reconstrucción y fortalecimiento. En el futuro habrá dilemas más serios. Al fin y al cabo, el motor de toda esta guerra es Irán, y mucho depende de sus decisiones. Mientras tanto, no hay señales de que se haya recuperado de su obsesión por la destrucción de Israel.
