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El robo y publicación de documentos clasificados lleva a arrestos en la oficina de Netanyahu

En medio de la guerra con la  que lidia Israel desde hace más de un año, estalló una dramática tormenta sobre riesgos a la seguridad nacional y supuestos intentos de bloquear la posibilidad de un acuerdo para la recuperación de los secuestrados aún en Gaza, a raíz del robo de documentos clasificados y su filtración a medios internacionales.

El Juzgado de Paz que trató una apelación de varios medios pidiendo que se levante la censura impuesta al caso, accedió a hacerlo respecto a parte de los datos. 

Empezando por el resumen de lo principal: hay cuatro detenidos en la oficina del Primer Ministro y en el sistema de seguridad, al parecer en el ejército, por el robo de documentos militares altamente clasificados, que fueron filtrados a medios de prensa extranjeros. El crimen que está siendo investigado, no es la filtración sino la sospecha que documentos que no debían salir a la luz, fueron en alguna circunstancia aún no aclarada entregados  indebidamente al parecer a miembros de la oficina de Netanyahu desde donde llegaron en un caso al  periódico judeo británico The Jewish Chronicle y en otro, por separado, al alemán Bild.

Cabe recordar que al tratarse de documentos cuya publicación estaba prohibida, los medios de prensa israelíes no los habrían podido usar. Pero si ya salieron en el exterior, sí pueden hacerlo citando las fuentes correspondientes.  Cuando salieron los informes en los dos medios extranjeros aquí citados, tuvieron después que aclarar que habían recibido información falsa. 

Hay un gran misterio de por medio.

El gran desafío es quién organizó eso y para qué, y si se puso en riesgo distintos aspectos de la seguridad nacional-como ser cuidar a fuentes de Inteligencia- por consideraciones políticas. 

El juez autorizó publicar que uno de los sospechosos detenidos es Eli Feldshtein, que trabajaba desde hace cerca de un año como asesor de medios en la oficina del Primer Ministro, aunque no  pasó exitosamente todos los controles de seguridad que deben ser exigentes para poder confiarle materiales secretos y el trabajo muy cerca de Netanyahu.

Esto en sí es una falla de seguridad por la que alguien debe responder, que en una oficina ordenada y manejada con responsabilidad, no debe suceder. De todos modos, la lógica indica que el tema no fue idea del vocero en cuestión sino que alguien por sobre él le indicó hacerlo. Y es imperioso entender con qué objetivo.

Las sospechas sobre algo indebido surgieron en abril en el servicio de seguridad Shin Bet, cuando el Primer Ministro Netanyahu mostró públicamente en una transmisión a la nación, un documento que dijo había sido hallado por soldados en Gaza, en el que Hamas determinaba claramente su oposición a un acuerdo para liberar a los secuestrados y su táctica sicológica ante Israel. Según Netanyahu, Hamas dejaba en claro que las manifestaciones de las familias de los secuestrados presionando por un acuerdo, le beneficiaban, por lo cual exhortaba a incentivarlas. No era un documento cuya publicación había sido autorizada y ello llevó al comienzo de una investigación encubierta que recién ahora se ha hecho pública. 

Periodistas israelíes comentaron que ese mensaje presentado por Netanyahu, ayudaba a quienes desaprueban dichas manifestaciones y las presentan como ayuda a Hamas.

El jefe de la oposición Yair Lapid y el otro líder opositor Beni Gantz, dieron este domingo un paso casi sin precedentes y se plantaron juntos ante las cámaras lanzando duras acusaciones al Primer Ministro en relación a su deseo de socavar un acuerdo para prolongar la guerra y permanecer en el poder. En este mismo tono se pronunciaron algunas familias de secuestrados que manifiestan duramente contra Netanyahu desde hace mucho tiempo. 

Cabe recordar que Netanyahu recalca repetidamente que no hay acuerdo porque Hamas no quiere lograrlo. Que Hamas no lo quiere, es indudable, a menos que Israel se retire por completo de Gaza y ponga fin en forma absoluta a la guerra. Pero la pregunta siempre de fondo es si también del lado israelí hubo bloqueos intencionales de un acuerdo, por consideraciones políticas internas.

Indudablemente, este caso agudizará la de por sí intensa polémica interna en Israel sobre el manejo de la guerra y el esfuerzo por recuperar a los secuestrados. Pero la investigación continúa y cabe esperar nuevas revelaciones claves para entender lo sucedido.

Pero más allá del análisis político del tema que sin duda será motivo de fuerte polémica dentro de Israel, el hecho confirmado es que alguien robó o recibió indebidamente documentos clasificados, lo cual es considerado un crimen, un peligro a distintos niveles para la seguridad nacional.

Ana Jerozolimski
(04 Noviembre 2024 , 07:09)

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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