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El ataque de Israel a Irán: lo bueno, lo malo, lo seguro y lo incierto

 

Este sábado 26 de octubre de madrugada se concretó finalmente el ataque de Israel a blancos en diferentes partes de la República Islámica de Irán, detonado por el lanzamiento de más de 190 misiles balísticos por parte de Irán hacia territorio israelí el 1 de octubre, 25 días atrás. Todos los aviones regresaron a salvo a sus bases. Participaron más de cien aviones y hay informes según los cuales se trató de cientos. Israel dio por terminada su respuesta a la agresión iraní de semanas atrás, determinó oficialmente que sus objetivos fueron logrados y ya dio nombre al operativo: “Días de arrepentimiento”.

El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel Daniel Hagari , a las 6.30 de este sábado,dijo ante cámaras que “hemos atacado objetivos precisos y específicos en diferentes zonas de Irán”. Entre ellos, instalaciones en las que fabrican misiles como los que Irán lanzó contra el Estado de Israel en sus ataques durante el año pasado y sistemas de misiles tierra-aire y las capacidades aéreas de Irán. 

Hagari se detuvo al respecto: “El objetivo de esos sistemas era  limitar la libertad de acción aérea de Israel para operar en Irán. Ahora el Estado de Israel tiene también una mayor libertad de acción aérea en Irán”.

En otras palabras: se neutralizó una parte importante de los sistemas de defensa anti aérea de Irán lo cual deja en manos de Israel una capacidad de maniobra importante en caso de necesitar volver a atacar.

 “Irán atacó a Israel dos veces, incluso en lugares que ponían en peligro a los civiles, y pagó el precio por ello”, recalcó Hagari. Y dejó en claro que esto ocurre porque “Irán es el que sigue presionando por una amplia escalada regional”.

Para Israel,  la ofensiva de esta madrugada contra Irán es una expresión de su derecho a defenderse, y deja en claro que puede volver a hacerlo si es necesario. “Los objetivos que fueron atacados fueron seleccionados de un amplio banco de blancos de varios tipos, y sabremos cómo seleccionar blancos adicionales entre ellos y atacarlos si es necesario”, declaró Hagari.

Y por las dudas, destacó el mensaje principal: “Quien amenace al Estado de Israel pagará un alto precio por ello. Hoy hemos demostrado una vez más nuestra capacidad de atacar donde y cuando querramos. Las Fuerzas de Defensa de Israel hacen y harán todo lo necesario para proteger a los ciudadanos del Estado de Israel”.

Mucho se especuló en los últimos 25 días sobre la entidad que tendría el ataque israelí de respuesta a los 190 misiles balísticos lanzados por Irán a comienzos de mes. El Israel oficial no entró  realmente en ello aunque sí formuló todo tipo de declaraciones sobre la contundencia que tendría el ataque.  

Lo hecho fue contundente pero al parecer menor de lo que cabía esperar.

Uno de los puntos centrales sobre los que se informó en las últimas semanas fue lo relacionado a las presiones de Estados Unidos para que Israel no ataque instalaciones nucleares ni petrolíferas de Irán dado que eso podría haber desencadenado una nueva conflagración que causara más escalada en lugar de poner fin a la crisis actual.

Y así fue. Pero quizás, no sólo por las presiones norteamericanas sino porque Israel no tiene interés en una conflagración regional que se amplíe más aún.

También se habló y escribió mucho sobre las razones de la demora, del hecho que no se respondió en forma inmediata o al menos sin esperar. Y hay quienes consideran que eso fue negativo, como el ex Jefe del Estado Mayor y ex ministro en el gabinete de seguridad Gadi Eizenkot, quien declaró que “tendríamos que haber contestado enseguida”.

 Las autoridades israelíes no comentaron los motivos de la demora. La llegada gradual, pero rápida, desde Estados Unidos del sistema anti misiles THAAD destinado a ayudar a Israel a interceptar misiles con los que Irán podría responder al ataque israelí, dio parte de la respuesta, sin que se haga referencia explícita a ello.

 

La gran pregunta ahora es si el ataque de Israel alcanzó su objetivo en términos de “darle una lección a Irán”, en el sentido de dejarle en claro sus capacidades y disuadirlo-que es lo central para impedir nuevos ataques iraníes- o si fue insuficiente. Esto, sin olvidar que al tratarse de un régimen de ideología fundamentalista extremista motivado por el odio a Israel, sus consideraciones son muy distintas de las de un gobierno democrático. Pero aun así, suele decirse que dentro de su extremismo, Irán es capaz de un análisis racional y de entender que tirar más de la cuerda ante Israel puede conducir a una respuesta que conduzca, con intervención interna, al desmoronamiento del régimen.

Al evaluar la intensidad y calidad del ataque, en comparación con lo que se esperaba a distintos niveles, distintos expertos muy conocedores del tema sostienen que el operativo fue un éxito. 

“Israel ha demostrado esta noche que sabe combinar estrategia, diplomacia, inteligencia, tecnología y la capacidad de llevar a cabo operaciones aéreas complicadas”, escribió el analista de asuntos militares de Ynet Ron ben Yshai. Destacó la importancia y el significado de los blancos atacados, el mensaje que eso transmitió a Irán y la medida en que esos ataques causaron daño a Irán.

No hay duda que lo atacado, fue importante y lo logrado es positivo. La única duda es si acaso no se perdió la oportunidad, después del ataque iraní del 1 de octubre, de reducir las capacidades nucleares de Irán, aún si no se destruía todo el programa atómico. 

Es que un Irán nuclear es indudablemente el gran peligro de Israel. Y falta poco tiempo para que la República Islámica sea un poder atómico, y ya sea tarde para detenerlo. Eso incidiría claramente en toda la dinámica regional , del sistema de tentáculos iraníes que atacan a Israel, a los que sería mucho más difícil atacar si tienen de fondo a un Irán nuclear.

Ana Jerozolimski
(26 Octubre 2024 , 09:18)

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