El pueblo de Israel y el mundo judío en su mejor expresión
El voluntariado fue desde siempre un pilar de la sociedad israelí. A distintos niveles, jóvenes y adultos ponen el hombro en distintos sectores para aportar al prójimo. Hay numerosas instituciones cuyo nervio motor es el espíritu de todos aquellos que están dispuestos a dar de su tiempo y energías para aportar a la sociedad. Pero indudablemente, lo que se está viviendo ahora en este sentido, por la guerra contra Hamas y todo lo derivado del horror del ataque terrorista al sur de Israel, cruza límites al parecer sin precedentes.
El pueblo en armas, no es solamente la movilización de los reservistas para luchar contra Hamas en Gaza, sino las múltiples iniciativas surgidas espontáneamente en la sociedad civil, de norte a sur, para apoyar, alentar y atender necesidades concretas que son resultado de esta situación de emergencia: desde donaciones de ropa y todo lo que uno se pueda imaginar a la población del sur que fue desalojada de su casa y está viviendo en hoteles, hasta preparación de comida para las familias que están en la semana de duelo por sus caídos, o para los soldados reclutados y mucho más.
Un tema recurrente es la necesidad de atender vacíos que surgen debido a la movilización de cientos de miles de hombres al servicio de reserva, tanto en los puestos que ellos tuvieron que dejar, como en el apoyo a sus familias, inclusive yendo a casas en las que la mujer quedó sola con varios niños y precisa un respiro con alguien que le ayude. Las ideas son numerosas y variadas y no dejan de sorprender.
Y un tema realmente urgente es el de la agricultura, ya que para siembra y cosecha hay tiempos que si se pierden, pueden echar por la borda el esfuerzo de muchos meses. En el sur ya hay en algunos sitios daños irreversibles en este sentido, porque además de la falta de mano de obra- muchos trabajadores extranjeros dejaron el país- también hay estructuras que quedaron destruidas. La ayuda es necesaria no sólo en el sur sino en diferentes partes de Israel, por los vacíos creados por todos los movilizados y la faltade trabajadores extranjeros.
Ciudadanos de diferentes partes del país están dando de su tiempo en campos donde precisan manos que trabajen para salvar las cosechas. Y en tambos del sur también hay numerosos voluntarios de todo Israel que ayudan a ordeñar .
La sensación general es que la mayoría de la ciudadanía está atenta a ver dónde puede ayudar.
Y la diáspora judía, que también sigue con angustia los sucesos en Israel, aporta de diversas maneras, tanto con donaciones como con voluntariado directo. Estos días precisamente comenzaba un plan de voluntariado de diversos países de América Latina en el que participan personas llegadas de distintos países que estarán en Israel hasta el 18 de diciembre aportando en lo que sea necesario, se agricultura, o acompañamiento de familias desalojadas y trabajo con niños. Además, los participantes llegaron “armados” con obsequios para los niños.
Nos consta personalmente que eso es lo que han hecho por ejemplo Jaco Levi y Jorge Buenavida de Uruguay, quien llegaron a Israel este domingo embargados por la emoción por participar en el programa y por el hecho que traían consigo inclusive dibujos que les hicieron llegar alumnos de las escuelas judías uruguayas. La intención, que los niños israelíes que tuvieron que dejar sus casas por la situación, y que desde hace años lidian con el terrorismo desde Gaza, sepan que no están solos y que también lejos físicamente de Israel, hay hermanos judíos que piensan en ellos y los apoyan.
Aquí nos place compartir una pequeña muestra de israelíes que dan de su tiempo para aportar al esfuerzo nacional. Concretamente, de varios uruguayos israelíes, varios de ellos- no todos- egresados de la Escuela Integral. De más está decir que hay muchísimos más, tanto sabras nacidos en Israel como llegados de todos los confines del mundo, que hoy son parte integral del país.
Cada iniciativa aporta lo suyo. Días atrás, equipados con alfajores caseros, Dafna Stern, Noemí Myszne, Mauricio Slivinski y su esposa Silvia se hicieron presentes en un cruce carretero por el que hay pasan muchos soldados , para convidarles con un buen postre tradicional. Para que quede claro, fueron bien vestidos.