Cobardes del Mundo ¡Unanse! - Refugio Temporal y Final - Medio Kilo de Velas - La Teshuvá
No. 216
Shoftim
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Horario de velas en Montevideo, viernes 18/8 17:58 hrs
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COBARDES DEL MUNDO ¡ÚNANSE!
Por Yossy Goldman
¿Qué hace a un héroe?
En la parashá de esta semana, la Torá habla de las leyes de guerra y algunos de los imperativos morales que se aplican aun estando bajo fuego. Específicamente, leemos las exenciones que le permiten a un soldado dejar el frente de batalla. Una de ellas es “alguien que tiene miedo o está desanimado”. La Torá establece que “vuelva a su casa” y se una al servicio civil, “para evitar que su cobardía desanime a sus compañeros” (Devarim 20:8). Interesantemente, Maimónides establece que esta exención solo se aplicaba a guerras que eran opcionales por razones políticas o territoriales (miljémet hareshut), pero no a guerras obligatorias donde la Torá misma ordena que salgamos a la batalla (miljémet mitzvá), como una guerra en autodefensa.
Pero ¿cuál es la lógica aquí? ¿Por qué esa distinción? Si el problema es que el miedo del cobarde tendrá un efecto negativo en sus compañeros combatientes, ese es un hecho psicológico de la vida. ¿Qué diferencia hace si la guerra es ordenada por D-os o por el liderazgo judío del momento? Seguramente, ¡un cobarde es un cobarde en cualquier guerra!
Pero Maimónides está compartiendo con nosotros un análisis notable de la naturaleza humana. El miedo y la ansiedad se magnifican cuando hay más de una opción abierta ante nosotros. Cuando tenemos la opción de pelear o no, cuando la guerra no está estrictamente ordenada por D-os y es una decisión del gobierno, entonces yo bien puedo elegir retirarme. Pero cuando no hay opción, cuando es una mitzvá no negociable de D-os que esta guerra se pelee, entonces aun los cobardes se convierten en héroes.
Me gusta citar a aquel famoso filósofo americano, John Wayne, quien una vez dijo “El verdadero coraje no es la ausencia de miedo. El verdadero coraje es estar terriblemente asustado y seguir adelante de todas formas”. Los pocos valientes que sin atención se zambullen en todo desafío que se presenta son excepciones extrañas. La mayor parte de la gente normal experimenta miedo en situaciones temibles. Aquellos con coraje reconocen el miedo y lo enfrentan.
Le puedo contar muchas historias de personas comunes que se convirtieron en héroes. ¿Cómo? Superando sus miedos y haciendo cualquier cosa que tenía que ser hecha. El amigo de mi padre, Pinne Merkel, una vez corrió dentro de una sinagoga en el viejo barrio de Doornfontein en Johannesburgo para rescatar los séfer Torá del arca. El bombero le advirtió que no lo hiciera, pero él entró de todos modos. Pinne no era un hombre religioso. Pero para él, salvar los rollos de la Torá era algo que había que hacer, así que un judío común se convirtió en un héroe.
El hijo del socio de nuestra comunidad, Hugh Raichlin, no es médico. Es abogado. Pero cuando su esposa estaba en trabajo de parto y de repente las cosas empezaron a suceder demasiado rápido, él dio a luz a su propio hijo dentro del auto en el estacionamiento del hospital. No estaba buscando heroísmo. No tenía opción y el heroísmo lo encontró a él.
Cuando algo tiene que suceder si o si, encontramos la forma de que suceda. Tomamos coraje y actuamos valientemente.
Mi propio padre solía ser un fumador empedernido. Frecuentemente me asombraba que la misma persona que nunca estaba sin un cigarrillo entre sus dedos seis días a la semana pudiera abstenerse cada Shabat. Durante seis días no podía esperar dos minutos, ¡pero una vez por semana esperaba 25 horas! ¿Cómo? La respuesta es que para él cuidar Shabat simplemente era un compromiso no negociable, así que no tenía opción y lo hacía. Tan pronto como terminaba el Shabat, sin embargo, él y sus compañeros fumadores que observaban el Shabat se arremetían a la cajilla más cercana.
Esto se aplica a la vida, al matrimonio, a los negocios, a todo. Si algo es tan importante para nosotros que perderlo sería impensable, descubrimos que realmente podemos encontrar la forma, después de todo. En nuestras vidas judías, también, cuando aceptamos que una mitzvá en particular es un principio sagrado e inviolable, la cumpliremos no importa cual sea el desafío.
Así que, cobardes del mundo únanse. Hagamos lo que sabemos que hay que hacer. Es así como las personas comunes se convierten en héroes.
REFUGIO TEMPORAL Y FINAL
[Dijo Moshé al pueblo judío:] “Debéis designar tres ciudades de refugio.” (Devarim 19:2)
En sentido alegórico, la búsqueda, por parte de los parientes, de vengar la sangre de la víctima representa nuestra propia inclinación al mal. Esta intenta engañarnos para conducirnos al pecado y hacernos sufrir algún tipo de “muerte” espiritual, es decir, la pérdida de intensidad en nuestra vida espiritual. La Redención Mesiánica será nuestro mayor refugio de este perseguidor, porque el futuro Mesiánico habrá de anular toda inclinación al mal. Asimismo, la futura reanudación del servicio en el Templo permitirá alcanzar la expiación a todos aquellos que la necesiten.
Mientras tanto, el estudio de la Torá constituye nuestro refugio ante nuestra inclinación al mal, porque la santidad de la Torá tiene el poder de neutralizar el efecto que tiene el mal sobre nosotros.
Likutei Sijot, vol. 34, págs. 121-122.
Deuteronomio (Devarim) 11:26 – 16:17
La cuarta sección del Deuteronomio continúa el segundo discurso de despedida de Moshé al pueblo judío. Moshé comienza urgiendo al pueblo a ver (reé, en hebreo) que D-os da a elegir entre una vida de bendiciones y otra de maldiciones, y que la elección depende de cada uno.
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Deuteronomio (Devarim) 16:18 – 21:9
La quinta sección del Deuteronomio continúa el segundo discurso de despedida de Moshé al pueblo judío. Moshé comienza instruyendo al pueblo judío en la designación de jueces (shofetim, en hebreo) por toda la Tierra de Israel para juzgar casos en litigio y garantizar el cumplimiento de la ley. Luego provee instrucciones acerca de los demás líderes del pueblo judío: el rey, los sacerdotes y los profetas.
MEDIO KILO DE VELAS
Por Shlomo Yosef Zevin
En su juventud, el famoso Magid de Zlotjov, el Rabino Yejiel Michel, vivía en cierta ciudad, donde se sentaba todo el día en el Beit Midrash local (sala de estudio y sinagoga) y se dedicaba a sus estudios.
En ese pueblo vivía un judío simple que se ganaba la vida transportando viajeros y mercancías en su carreta. Un día, fue al rabino local en un estado de gran angustia. - "¡Ayúdeme, Rebe!", lloró. "He cometido un pecado terrible. He profanado el sagrado Shabat. ¿Cómo puedo expiar mi transgresión?"
- "¿Cómo ha sucedido esto?", preguntó el rabino. - "El viernes pasado", explicó el hombre, "regresaba del mercado con un carro lleno de mercancías cuando me perdí en el bosque. Para cuando encontré el camino a las afueras de la ciudad, el sol ya se había puesto. Tan preocupado estaba con mi preocupación por la mercancía, que no me di cuenta de que el Shabat había llegado hasta que fue demasiado tarde..."
Al ver el corazón quebrantado del hombre, el rabino lo consoló y le dijo: "Hijo mío, las puertas del arrepentimiento nunca se cierran. Dona medio kilo de velas a la sinagoga y tu transgresión será perdonada".
El joven prodigio, el Rabino Michel, escuchó este intercambio y estaba disgustado por el enfoque del rabino. "¿Medio kilo de velas para expiar por violar el Shabat?", pensó para sí mismo. "El Shabat es una de las mitzvot más importantes de la Torá. ¿Por qué el rabino trata el asunto con tanta ligereza?"
Ese viernes por la tarde, el carretero llevó las velas a la sinagoga. Mientras el Rabino Michel observaba con desaprobación desde su mesa contra la pared del fondo, los colocó en el atril para que el asistente de la sinagoga los encendiera en honor del Shabat. Pero esto no iba a suceder. Antes de que llegara el asistente, un perro callejero se llevó las velas y se las comió.
El penitente angustiado corrió a informar el incidente al rabino. - "¡Ay de mí!", lloro "¡Mi arrepentimiento ha sido rechazado en el Cielo! ¡¿Qué debo hacer?!" - "Estás exagerando el asunto", le aseguró el rabino. "Estas cosas suceden: no hay razón para deducir que D-os está rechazando tu arrepentimiento. Trae otro medio kilo de velas a la sinagoga la próxima semana y todo estará bien".
Pero cuando el asistentente encendió las velas el viernes siguiente por la tarde, inexplicablemente se derritieron, de modo que cuando comenzó Shabat, no quedó nada de ellas. Y en su tercer intento en la semana siguiente, un fuerte viento repentinamente apagó las velas justo cuando comenzaba Shabat y no fue posible volver a encenderlas.
El rabino también se dio cuenta de que algo andaba mal y aconsejó al conductor del carro que buscara el consejo del gran maestro jasídico, el Rabino Israel Baal Shem Tov.
- "Hmm..." dijo el Baal Shem Tov, al escuchar la historia del hombre. "Parece que cierto joven erudito de tu ciudad encuentra fallas en el camino del arrepentimiento que el rabino te ha prescrito. No importa. La próxima semana, dona otro medio kilo de velas a la sinagoga. Esta vez, te prometo que todo saldrá bien. Y dile al Rabino Michel que me sentiría honrado si pudiera tomarse la molestia de venir a visitarme".
El Rabino Michel no perdió tiempo en cumplir con la solicitud de Baal Shem Tov. Pero tan pronto como él y su cochero partieron, todo tipo de problemas acosaron su viaje. Primero, el carro cayó en una zanja. Luego, un eje se rompió a muchas millas del pueblo más cercano. Después de lo cual se perdieron por completo. Cuando finalmente encontraron el camino a Mezhibuzh, era viernes por la tarde y el sol estaba a punto de ponerse. Se vieron obligados a abandonar el carro y continuar a pie.
El Rabino Michel llegó a la puerta de Baal Shem Tov una hora después de Shabat, cansado y traumatizado por su casi violación del día sagrado. "Buen Shabat, Reb Michel", lo saludó el Rabino Israel, "entra y caliéntate junto al fuego. Tú, Reb Michel, nunca has probado el pecado, por lo que no comprendes el remordimiento que siente un judío por haber transgredido la voluntad de su Padre Celestial, confío en que ahora comprendas algo de la agonía que experimentó nuestro amigo. Créeme, su remordimiento por sí solo compensó con creces su transgresión involuntaria.
LA TESHUVÁ
Teshuvá significa arrepentirte de algún error que hiciste, y resolver no volver a hacerlo nuevamente.
No te podemos decir como sentirte arrepentido o tomar la decisión de no repetirlo, es algo que sucede dentro tuyo. Pero te podemos dar algunos pasos sobre como limpiar el lio que un error deja en su camino. Verás que el sentimiento de teshuvá interior te da fuerza para arreglar el lio. Esta es la forma:
Paso Uno: Dilo en voz alta.
Cómo: En la noche o en cualquier momento en que estes solo, di en voz alta: "Querido D-os estoy arrepentido por el pecado que hice en tu presencia al (di aquí tu pecado)". Hay una plegaria específica para esto en el libro de rezos llamada vidui, que la decimos en Iom Kipur. Puedes decir vidui y agregar esta linea en cualquier lugar.
Por qué: De alguna forma, cuando escuchas tu propia voz diciendo cuanto te arrepientes de lo que hiciste, esto llega mucho más profundo dentro tuyo. Tus palabras ayudan a sacar ese embrollo de ti, de forma que lo puedas expulsar de ti para siempre.
Paso Dos: Arregla lo que hiciste.
Cómo: Pide perdón y compensa a quien haya sido afectado por tu error. Si al comienzo no te perdonan, sigue intentándolo hasta que se pongan irrazonables.
Por qué: Si tu error fue algo entre tú y alguien más, entonces no sería justo para D-os perdonarte sin implicar a esa otra persona.
Paso Tres: Tzedaká
Cómo: Sólo da un poco más de lo que estás acostumbrado a dar.
Por qué: Un error disminuye vida; la tzedaká significa dar vida. La tzedaká cura al mundo, y a tu alma también.
Paso Cuatro: Progresa en la vida
Cómo: Compensa por lo que haya sucedido. Hazlo mejor la próxima vez, actua más amablemente, aprende más.
Por qué: El error actua como con inercia para tirarte hacia abajo. Tiene que ser dado vuelta para convertirse en un incentivo para hacerte ascender.
La Teshuvá es poderosa. De acuerdo a nuestros sabios, un pecado te puede elevar más alto de lo que cualquier mitzvá te pueda llevar si haces teshuvá por amor. Amor por D-os, por Su Torá y por tu alma preciosa.
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