Fuente: el Universal
Por Beatriz de Rittigstein
Durante los lanzamientos de miles de cohetes que, desde hace años, Hamas y Yihad Islámica, disparan sobre ciudades israelíes, un 30% falla y estalla en Gaza, causando daños a los gazatíes; peor aún, las andanadas de cohetes se efectúan desde zonas urbanas
Desde hace milenios, los judíos han sido víctimas de falsas acusaciones que sirvieron para justificar persecuciones y masacres. Esos prejuicios trascendieron en el tiempo, adaptándose a distintas épocas hasta el presente y han sido adecuados a la creación de una narrativa interesada en generar aversión hacia los judíos y hacia “el judío entre las naciones”, Israel. Una de las patrañas más trilladas es la del crimen ritual, que señala a los judíos de matar a niños cristianos con el fin de usar su sangre en la preparación del pan ácimo o matza, para festejar Pesaj o Pascua.
Así, los cabecillas de las bandas palestinas Hamas, Yihad Islámica, Fatah, FPLP, utilizan de distintos modos a los chiquillos con el propósito de culpar a Israel. En 2017, Ismail Haniyeh, líder de Hamas, dijo: “Los niños son herramientas para ser usados contra Israel. Los sacrificaremos por el apoyo político del mundo”.
Tras los operativos antiterroristas israelíes para frenar ataques contra sus civiles, estos movimientos publican fotos de jóvenes que murieron en los enfrentamientos; luego, en sus redes sociales encontramos fotos de ellos mismos, como combatientes, portando metralletas. De hecho, según estudios acerca de los niños-soldados, sólo en Gaza hay cerca de 20.000 infantes que participan en las hostilidades contra Israel y unos 300.000 que están siendo adoctrinados. Además, el régimen de Abbas es responsable del adoctrinamiento en favor del martirio, sumando la incitación en los textos escolares, en los programas infantiles de la TV palestina y en los campamentos vacacionales; todos son proyectos que siembran odio a Israel y a los judíos.
Durante los lanzamientos de miles de cohetes que, desde hace años, Hamas y Yihad Islámica, disparan sobre ciudades israelíes, un 30% falla y estalla en Gaza, causando daños a los gazatíes; peor aún, las andanadas de cohetes se efectúan desde zonas urbanas, usando a los pobladores de escudos humanos.
Hace unos 60 años, Golda Meir, como en un acto premonitorio, afirmó: “La paz llegará, cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”. La imprudente formación en la violencia que reciben millares de niños palestinos, enredándolos en el infinito círculo del crimen y el terror, nos hace vislumbrar un futuro sombrío.
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