No todo se revela y cabe suponer que la mayor parte de los operativos permanecen en la sombra. Pero cada tanto, por diversas consideraciones, se lo saca a la luz, y vuelve a quedar claro cuán largo es el brazo del Mossad, el servicio de Inteligencia exterior de Israel. Y este jueves ello se reconfirmó, al informarse en Israel que el Mossad logró capturar nada menos que en territorio de Irán, al cerebro de un gran plan terrorista que estaba por ser perpetrado en Chipre contra hombres de negocios israelíes.
Ya el domingo se había informado que Israel y Chipre habían frenado a tiempo un atentado e inclusive que la célua en cuestión tenía como blancos un empresario israelí, una instalación de Jabad y hoteles donde suele hospedarse israelíes. Fueron detenidos 7 miembros de la célula y 1 logró escapar.
Lo que no se había dicho hasta ahora era cómo se había logrado desbaratar el plan terrorista. Y ahora se sabe que el Mossad llegó hasta Irán para ello, deteniendo a Yusef Shahabazi Abbasalilu, quien recibía órdenes directas de las Guardias Revolucionarias de la República Islámica.
Hay varios elementos poco comunes en este caso.
Uno de ellos es indudabemente el hecho que el Mossad publicó la imagen del terrorista jefe e inclusive hizo circular por las redes su testimonio.
Más allá de los detalles mismos y muy especialmente del hecho que el terrorista haya sido capturado por el Mossad en Irán, lo muy singular de la revelación es que la propia agencia de Inteligencia publicó un comunicado al respecto. “En una misión osada única dentro de territorio iraní, el Mossad ha logrado capturar al cerebro de una célula terrorista quien luego confesó en detalle durante su interrogatorio, lo cual condujo a la exposición de la célula terrorista en Chipre y permitió desbaratarla”, decía el comunicado.
Y lo clave, ya sabido, el mensaje que acompañó la revelación: “Llegaremos a todo aquel que promueva terrorismo contra judíos e israelíes en cualquier parte del mundo, incluyendo dentro de territorio iraní”.
Esto apunta a disuadir o al menos a dejar en claro a los terroristas que no pueden estar seguros en ningún lado, tampoco en su propio país, y que Israel llegará a ellos. La esperanza es que ello les altere la calma, necesaria en general para preparar un buen plan.