Fotos: Dover Tzahal
Al finalizar este miércoles el curso de oficiales de unidades terrestres en Tzahal (las Fuerzas de Defensa de Israel) , se volvieron a vivir las ya conocidas escenas de los jóvenes satisfechos que lo lograron terminar, sus familias orgullosas y la combinación de emociones de todos los presentes.
El Primer Ministro Biniaminn Netanyahu destacó la necesidad de tener una fuerza defensiva fuerte y firme que pueda enfrentar a los enemigos de Israel y recalcó que la protección del país debe hacerse todos juntos. “Nuestros enemigos no distinguen entre derecha e izquierda, laicos o religiosos. Ni siquiera entre judíos y no judíos”, recalcó.
Nadie piensa que esa verdad significa que han desaparecido las diferencias. Está claro que no, siendo Israel un país muy dividido en el plano interno. Es más: en los últimos tiempos ha quedado en evidencia en qué medida una pequeña minoría puede causar problemas que compliquen a todo el país.
Nos referimos a los incidentes en los que en respuesta al atentado terrorista en el asentamiento Eli en el que fueron asesinados cuatro civiles israelíes, algunos cientos de hombres residentes en asentamientos aledaños tomaron la ley en sus manos, atacando violentamente aldeas palestinas.
No representan al medio millón de judíos que viven en Judea y Samaria, pero manchan a todos y al país.
Por eso, fue clave el mensaje que transmitió el Comandante en Jefe de Tzahal, las FDI, Teniente General Herzi Halevi .
“El terrorismo y sus graves consecuencias llevan a algunas personas a cometer actos moral y legalmente prohibidos. Un oficial que ve a un ciudadano israelí con la intención de arrojar una botella incendiaria a una casa palestina y se abstiene de intervenir, no puede ser un oficial”.
No menos importante fue el entusiasta aplauso con que reaccionó el público, sea las familias de los flamantes oficiales.
Halevi también dejó en claro que ser un oficial en el ejército israelí, es una enorme responsabilidad.
“En la guerra de Iom Kipur, que estalló por sorpresa y exigió un alto precio de sangre, las FDI pudieron ganar gracias a la fortaleza y el ingenio de los comandantes de las divisiones de combate. No preguntaron "¿Es esta mi responsabilidad?", sino que simplemente entendieron que el liderazgo de un comandante en la batalla significa estar en estrecho contacto – con el enemigo, y también con sus subordinados”.
Y agregó la importancia del ejemplo personal.
"De mí verás y así harás" - a la luz de esta declaración de Guidón (A.J: figura bíblica) educamos a los nuevos oficiales. Quizás se escuche en él una nota de arrogancia, como si dijera - Yo soy el que sabe, pero no es así. Es la esencia del acto de mando más importante. Justo antes de que estalle la batalla, les dice a sus hombres: Allí, en la batalla, donde late el corazón y la incertidumbre es alta, mírenme y hagan lo que yo hago. Guidón comprende el gran poder del ejemplo personal y, por lo tanto, infunde confianza en sus hombres”.
Cabe esperar que todos hayan captado fielmente el mensaje.
Y que vuelvan siempre sanos y salvos a sus hogares.