Para los periodistas israelíes que viajaron a Catar a cubrir el Mundial, por más conscientes que sean de todos los antecedentes, de las flagrantes violaciones de los derechos humanos en el emirato y el atrevimiento de las promesas incumplidas –como por ejemplo la prohibición de la venta de comida kasher que judíos observantes puedan consumir- es natural que la misión que están cumpliendo sea visto como algo histórico. Catar no tiene actualmente relaciones diplomáticas con Israel-las tuvo años atrás- y toda apertura que se logra que pueda quizás vaticinar otra senda de diálogo en la región, suele emocionar a los israelíes que durante décadas vivieron aislados en su propio entorno. Eso cambió radicalmente hace tiempo, pero no terminó del todo por cierto.
Pero en medio del ambiente festivo por el Mundial , ineludiblemente, los periodistas israelíes se topan con la realidad de los extremistas enemigos de Israel, con los ataques verbales más que nada de palestinos pero también de otros árabes, aunque no se animan a lanzar ataques físicos. Lo contó claramente el periodista Moav Vardi de KAN, que informa a la radio y televisión públicas.
Publicó en su cuenta de Twitter el comunicado que sacaron palestinos residentes desde hace años en Catar, que identificaron el logo de KAN y lo hicieron circular para “advertir” a los palestinos no hablar con periodistas que llevan micrófono con ese logo.
Reveló también otra página en la que jóvenes y mujeres cataríes “luchan” contra la normalización de relaciones con Israel afirmando que la "culpa" es de los que permitieron la entrada de israelíes.
Esta situación propia de retrasados oscuros, la vivió ante las cámaras también Ohad Hemo, el destacado cronista de asuntos palestinos de N12, enviado a menudo a misiones especiales a distintos destinos.
La mejor palabra que se nos puede ocurrir para describir lo que él vivió esta semana, es “patético”. No por su desempeño por cierto, sino por la actitud de unos hinchas libaneses a los que se acercó a hablar, saludó en árabe y filmó. Cuando le dijeron que son de Líbano, él dijo que es de Israel. Las sonrisas desaparecieron, se dieron vuelta con gestos de rechazo, le dijeron que él no tiene lo que hacer ahí, que no hay Israel sino Palestina.
Ohad, que evidentemente quería perpetuar la escena captada por su camarógrafo, les dijo: “Ustedes dicen Palestina, yo digo Israel”. Uno de los tres libaneses, que era el que hablaba, dejó en claro por qué muchos en el mundo árabe están como están, e Israel está afortunadamente a años luz de distancia. “¿Israel? Israel no existe. Sólo Palestina”, dijo muy serio.
Apretando aquí puedes entrar a la página de N12 en la que está insertada la filmación que hemos descripto.
Llegó de Líbano, un país arruinado por los terroristas de Hizbala que cumplen la agenda de Irán, por políticos corruptos que roban a su propia patria, donde la situación económica se ha deteriorado terriblemente en los últimos años y la sensación del ciudadano promedio es de estado fallido y destrozado, y dice que “Israel no existe”. Se lo dice a un periodista llegado del país que es una potencia tecnológica y científica, un país que va a a la vanguardia en muchas áreas, que también comparte sus conocimientos con aquellos vecinos que están dispuestos a ello.
Pobre hincha libanés.
Absolutamente patético.