Por primera vez desde su creación en 1992, el partido de izquierda MERETZ-el más de izquierda de los grupos sionistas en el parlamento israelí- quedó fuera de la Kneset. Esto se confirmó al casi finalizar el escrutinio de los votos, faltando el cómputo de tan sólo unos pocos miles que ya no pueden cambiar ese resultado.
El partido recibió el 3.16% de los votos pero el así llamado “ajúz jasimá”, o sea el mínimo de votos requerido para poder entrar al Parlamento, es 3.25%. Le faltaron algo menos de 4.000 votos. Ya hubo elecciones en las que obtuvo una cantidad algo menor de votos que ahora, pero como en ese momento el mínimo por ley era más bajo, resultó electo. Cuando un partido logra pasar ese porcentaje, entra con 4 diputados.
“Esto es una tragedia para el partido, para el Estado de Israel y para mí personalmente”, declaró Zehava Galon, quien encabezó el partido años atrás y volvió a hacerlo meses atrás de cara a estas elecciones. En Meretz comentan que el peor escenario que podían imaginar era que esté en la Kneset el partido de los seguidores del rabino extremista Meir Kahana, y el propio Meretz quede afuera.
Este fracaso de Meretz, que recibió cerca de 150.000 votos y no entró, sumado al del partido extremista árabe Balad, que recibió unos 136.000 y también quedó fuera, hizo que se pierda enorme cantidad de votos de partidos opuestos a Netanyahu, lo cual fue un golpe para el bloque en general. De todos modos, cabe señalar que Balad no apoya a Netanyahu pero tampoco a la coalición de Lapid, dado que se opone totalmente a los partidos sionistas.
Tratando de analizar lo sucedido y la gran decepción que se siente ahora en Meretz, su veterano diputado Musi Raz comentó: “Esto también tiene mucho que ver con lo que pasa en el mundo a nivel general, por la decepción de la gente del socialismo”. En una entrevista Ynet radio comentó que además -y es lo central en Israel- “no hemos logrado convencer sobre lo justo de nuestras posturas, y en Israel hay un cambio demográfico, con una generación joven mucho más religiosa que antes”.
Pero en Meretz muchos sienten que la responsabilidad principal es del primer ministro saliente Yair Lapid. "Hizo una campaña en pro de la votación por su partido Yesh Atid, para que sea el más grande, y yo advertí que eso iría en detrimento de los socios del bloque y terminaría dañando a todos". declaró Zehava Galon. Al parecer tiene razón. Lapid obtuvo unos 840.000 votos traducidos en 24 escaños, mientras que el laborismo bajó a sólo 4 y Meretz quedó afuera.
Opinión
El hecho que en el nuevo Parlamento israelí, la Kneset número 25 que se inaugurará el 15 de noviembre, no tendrá entre sus filas a Meretz,debe ser motivo de pesar para todo el país. Más allá de las posturas políticas de cada ciudadano, consideramos que también quienes están en las antípodas de Meretz , es digno que reconozcan su aporte a la vida parlamentaria de alto nivel y de lucha por los derechos del individuo en la sociedad.
Meretz hizo siempre política principista limpia, sin corrupción, defendiendo valores de libertad individual y derechos de las minorías. En su mirilla, contrariamente a lo que algunos creen, en su accionar diario, no estaba solamente el conflicto con los palestinos y su lucha por lograr la creación de un Estado palestino independiente que viva en paz con Israel. Prestó atención a muchos tipos de batallas, oponiéndose siempre a intentos de coerción religiosa, a iniciativas que consideraban nocivas para la población y defendiendo valores de convivencia democrática y desarrollo social.
El diputado Yaakov Asher del partido Yahadut HaTorá comentó este jueves que aunque politicamente el hecho que Meretz no entró a la Kneset ayudó a su bloque, le es importante destacar que "a nivel personal hemos tenido numerosas instancias de cooperación en un sinfín de propuestas de ley e iniciativas sociales".
No siempre concordamos con el estilo ni de sus jefes ni de todos sus diputados. En absoluto. Pero eran una presencia clave en un país democrático como Israel. Justamente al aumentar el peso de fuerzas conservadoras, Meretz sería muy necesario en la nueva Kneset.