Por Luciano Mondino
Los países occidentales deben denunciar fuertemente la brutalidad del terrorismo palestino que está actuando contra Israel en olas de violencia cada vez más brutales.
El terrorismo volvió a atacar en Israel y, como suele hacer, ha escogido las fechas sagradas. La celebración de Sucot, una fecha importante para la comunidad judía,fue profanada y enlutada para las familias que debieron lamentar la pérdida o herida de sus seres queridos luego del ataque en Jerusalén. Estas características permiten presentar al terrorismo palestino como una categoría más dentro de los grupos fundamentalistas islámicos que utilizan la propagación del terror para generar mayores daños psicológicos, como el miedo, que los daños propiamente materiales o económicos.
En la noche del último sábado, un grupo terrorista palestino abrió fuego contra un punto de control en Shuafat hiriendo gravemente a tres personas de las cuales una moriría horas más tarde en el hospital donde había sido trasladada. Noa Lazar tenía 18 años y era una joven soldado oriunda de Kibutz Bat Hefer, al norte de Israel, miembro del batallón Erez del cuerpo de Policía Militar. La familia de Noa afrontaría la celebración de Sucot con el corazón roto.
La muestra de mayor intolerancia tuvo otra vez lugar en Jenin, un territorio administrado por la Autoridad Nacional Palestina, donde los fuegos artificiales celebraron el ataque en Jerusalén, la capital de Israel, y el asesinato de Noa como sucede cada vez que un mártir termina con la vida de un israelí. Quizás la palabra mártir, escrita en cursiva, suponga sorpresa para algún desprevenido, pero en el islamismo son mártires quienes cargan con la vida de inocentes en esos ataques terroristas contra objetivos enemigos.
Esta celebración en Jenin no fue un hecho aislado. Es frecuente que en los territorios palestinos se celebren estos ataques y más si los saldos arrojan judíos muertos.Sí, esto ocurre en pleno año 2022, mientras muchos callan e intentan no hablar de los asesinados y heridos por el terrorismo palestino.
Para quienes no sigan la realidad política de Oriente Medio deben conocer que estos ataques terroristas, como los de Jerusalén, están dirigidos a todas las personas sin excepción. Incluso a la población árabe que vive en Israel, ya que fue atacado también un autobús donde iban ciudadanos árabes, y sin mencionar a los propios palestinos que son quienes padecen las vejaciones de Hamas, la Yihad Islámica y la política intrusiva de Irán.
En Palestina se celebra el asesinato de inocentes
Repartir dulces y lanzar fuegos artificiales es la reacción inmediatamente posterior a un ataque terrorista en tierras israelíes y más aún si los saldos arrojan heridos y muertos. Estas acciones no deben verse como meros hechos aislados sino como parte de una atmósfera fuertemente violenta e intolerante propagada por una parte considerable de los propios líderes palestinos contra aquellos a quienes consideran enemigos. No se debe olvidar que el martes 11 de septiembre de 2021 numerosos grupos de palestinos en Judea y Samaria y Gaza celebraron los ataques de Al Qaeda contra Estados Unidos que terminaron con la vida de casi 3000 personas.
En mayo de este año docenas de palestinos armados celebraron un funeral simbólico en homenaje a Daoud Zubeidi, el hermano de un líder de Al-Fatha. En el acto que tuvo lugar también en las calles de Jenin, pudo verse a familiares de terroristas que habían realizado ataques también en Israel días anteriores y que recibieron la bendición del grupo Hamas quien gobierna Gaza.
No puede desconocerse tampocoque, desde marzo, Israel ha sido sacudido por una violenta ola de ataques perpetrados por árabes de nacionalidad israelí y otros palestinos residentes de Judea y Samaria causando la muerte de once personas en tan solo tres semanas.
Bajo el rótulo de las ayudas humanitarias, la comunidad internacional envía muchísimo dinero a las autoridades palestinas para administrar sus territorios acusando las crisis humanitarias particularmente en Gaza. Solo por poner un caso, en junio la Unión Europea liberó más de 200 millones de euros que habían sido retenidos algunos meses atrás porque en los territorios palestinos se repartían materiales educativos con fuerte componente antisemita.
Sin embargo, ¿En algún momento la comunidad internacional reclamará la rendición de cuentas a Hamas cuyo líder, YahyaSinwar, se ha fotografiado junto con un niño portando un arma? Sin contar que en la Franja de Gaza las bases de misiles de Hamas relucen en un territorio sin agua, luz ni elecciones. Las ayudas humanitarias que el mundo envía a Palestina, desde países u organizaciones internacionales, deben estar condicionadas al compromiso fehaciente de que aquellos líderes palestinos abandonen su retórica y accionar contra la vida de los judíos.
De lo contrario esa ayuda humanitaria, al igual que los misiles, seguirá financiando la operatividad de los ataques como los que tuvieron lugar en Jerusalén el último sábado.
En esa dura y muy compleja tarea de educar para la paz, Israel además se encuentra frente a la Autoridad Nacional Palestina que es abiertamente negacionista del holocausto y que suele ser calificada por el resto del mundo como el ala moderada. Si bien han existido acercamientos y entendimientos entre la Autoridad Nacional Palestina e Israel en los últimos años, especialmente desde los Acuerdos de Oslo en la década de los noventa, los palestinos están bajo una suerte de mando bicéfalo en donde también entra Hamas, un fuerte grupo terrorista que funciona como tentáculo de Irán.
La muerte de israelíes en manos del terrorismo palestino debe ser visibilizada para terminar con el anonimato y la sombra que genera la historia tergiversada que pesa sobre el Estado de Israel y la comunidad judía. La muerte no puede ser ocultada ni mucho menos banalizada cuando se trata de vidas arrancadas por un terrorismo cada vez más frecuente y que se encuentra alimentado por mayoría de sus propios líderes que han institucionalizado el antisemitismo y el odio al pueblo judío.