El Dr. Rafael Grossi, el diplomático argentino que se desempeña como Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica, arribó este jueves a Israel para reunirse con el Primer Ministro Naftali Bennett. De fondo están por un lado las constantes y cada vez más urgentes advertencias de Israel respecto al esfuerzo nuclear de la República Islámica de Irán y por otro la preocupación de la propia AIEA reflejada en su reciente informe sobre el tema.
Irán ya tiene uranio enriquecido a un nivel del 60%-el militar es 90% muy cerca- y en una cantidad tal que precisaría muy poco tiempo para armar la bomba atómica.
Cabe recordar la base del problema: Irán continúa desmintiendo que tiene un programa nuclear con dimensión militar y en los últimos años ha violado repetidamente el acuerdo nuclear del 2015, enriqueciendo cada vez más uranio y a niveles que se acercan peligrosamente al nivel militar. Es más: días atrás, el Primer Ministro de Israel reveló material según el cual Irán ha logrado espiar a la propia AIEA a fin de sofisticar sus engaños a los sistemas de control internacioal, aunque de todo modos Irán siempre lo complica.
“Irán ha estado dedicándose a mentiras , que incluyen su engaño deliberado a la Agencia Internacional de Energía Atómica a fin de evadir sus visitas”, acusó el premier Bennett. “Irán le ha mentido al mundo y continúa mintiendo ahora. El mundo debe garantizar que Irán no emerja impune de todo esto”, recalcó el Primer Ministro. “Tengo en mis manos las pruebas de sus mentiras. Irán robó documentos clasificados de la AIEA de la ONU y utilizó la información para comprender qué es lo que la Agencia esperaba encontrar y luego inventó una historia de ocultamiento para esquivar una investigación nuclear”, acusó.
Bennett agregó: “¿Cómo lo sé? Porque logramos apoderarnos del plan de engaño de Irán hace unos años y lo tengo aquí en mis manos. Aquí, escrito en persa: cientos de páginas con el sello de la Inteligencia de Irán. En esas páginas hay inclusive apuntes a mano de altas figuras del régimen iraní”.
Y dio un ejemplo concreto de una de las notas, escrita por el entonces Ministro de Defensa Fakhrizade: “En algún momento, tarde o temprano, ellos (en referencia a la AIEA) nos peguntarán y nosotros precisamos tenr una historia que cubra todo, completo, para darles”.
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La amenaza nuclear, si Irán alcanza ese poderío, sería por cierto existencial, la más grave con la que tendría Israel que lidiar. Pero no es la única que proviene de Teherán. En su búsqueda de hegemonía regional, Irán desestabiliza regímenes en países que identifica como débiles y problemáticos, deteriorándolos a un nivel prácticamente de estados fallidos, y los usa a través de sus proxies locales como brazos del terrorismo.
A ello se refirió también Bennett hace pocos días. Sin mencionar por cierto ninguna relación de Israel con diversos casos recientes en los que fueron eliminados altos jefes de las Guardias Revolucionarias iraníes, Bennett señaló: “Durante muchos años, el régimen iraní llevó a cabo terrorismo contra Israel y la región a través de sus proxies, pero por alguna razón, la cabeza del pulpo, el propio Irán, ha disfrutado de inmunidad. La era de la inmunidad del régimen iraní ha terminado. Aquellos que financian terroristas, aquellos que arman terroristas y quienes envían a los terroristas, pagarán el precio completo por ello”.
No hace falta ninguna reivindicación oficial. La advertencia es clara.
