Foto de portada: Ben Farrah, Dover Tzahal
El viernes 4 de febrero de 1997, dos helicópteros israelíes se estrellaron dos helicópteros Yas´ur de la Fuerza Aérea de Israel que estaban en camino a la franja de seguridad sud-libanesa en aquel entonces bajo control de Israel, como parte de su guerra contra el terrorismo. Todos los 73 soldados y oficiales que iban a bordo, perecieron.
Al cumplirse ahora 25 años, según el calendario hebreo, volvemos a compartir una entrevista que realizamos en el último Iom Hakizaron, el día recordatorio de los caídos, a Roberto Hoffman, cuyo hijo Alejandro (Ale) fue una de las víctimas en el accidente, con tan solo 19 años. Es una entrevista que combina dolor y esperanza. Es más una entrevista sobre la vida que sobre la muerte.

Roberto Hoffman, al igual que el resto de las familias de los soldados caídos, fue acompañado en el difícil proceso posterior a la muerte de su hijo, por el Ministerio de Defensa. Luego, cambió el rol y apoya hoy a otras familias partiendo de su propia experiencia, alentando, destacado que siempre hay por qué vivir. Sharon, la asistente social que acompaña a Roberto en los últimos años, con la que hablamos unos minutos antes de realizar la entrevista, destacó que él está siempre dispuesto a ceder de su tiempo para apoyar a los demás.
Pero Roberto Hofman no es sólo el padre de Ale que ya no está. Es artista y escribe. Y aunque nos explica que hace años ya no está “de duelo”, el recuerdo está allí, presente, también en lo que escribe. Y comparte con nosotros algo que salió de su pluma hace tan solo unos días.

Con Roberto hemos conversado ya antes de esta entrevista. Tenemos claro que le gusta la vida y la ve con optimismo, lo cual nada socava de la nostalgia por su hijo. Pero también el duelo ha ido cambiando de forma.
¿Cómo vivir y seguir extrañando?
Y junto al apego por la vida hoy, están los recuerdos de Ale, el hijo al que después de muerto, su padre siente que lo conoció plenamente.
Preguntamos a Roberto si al venir con su familia de Argentina, nunca temió por los riesgos de seguridad en la vida en Israel. Responde con realismo, y comparte un cierre alentador.