
Ayman Kabha, director del movimiento juvenil árabe israelí Ajyal , que acaba de visitar Uruguay con dos compañeros de ruta judíos de Hashomer Hatzair, nació en 1976, vive en la localidad de Barta´a y está casado con Ayala, con quien tiene dos hijos , Aban y Ayan. El lugar en el que vive tiene la particularidad de estar dividido: la parte oriental pertenece al territorio controlado por la Autoridad Palestina en Cisjordania mientras que el lado occidental es parte de Israel. Esta situación geopolítica natural incidió en él profundamente y Ayman nos cuenta que le ha hecho conocer directamente las narrativas de las dos partes, según sus términos, y la capacidad de comunicación entre ambas.
Ya de jovencito se sintió interesado por temas diversos y de adulto se abocó más que nada a la parte social. Ayman creó un grupo de estudiantes en su localidad para promover diferentes iniciativas de voluntariado, involucramiento social e influencia positiva sobre el nivel de la educación.
Ayman es hoy miembro en diversas organizaciones sociales en la sociedad árabe israelí. Es docente egresado de los estudios de Educación en Beit Berl. Enseñó varios años en escuelas del Estado. También fue durante 4 años miembro del Consejo regional de su zona, encargado de la cartera de Educación y la de Salud Pública. Hoy es el Secretario General del movimiento juvenil Ajyal.
Este fue fundado en el 2006 para proporcionar a la juventud árabe israelí oportunidades de empoderamiento a través de la educación no formal, supliendo carencias en la educación formal.

P: Ayman, es un gusto tener la oportunidad de conversar contigo. Me gustaría ante todo poder presentar a Ajyal, el movimiento juvenil árabe que diriges.
R: Te diré ante todo que Ajyal significa “Generaciones”, en árabe. Funciona en 35 localidades árabes de Israel entre ellas 3 ciudades mixtas, o sea en las que viven tanto judios como árabes. Me refiero a Lod, Ramle y Haifa. Algunas de las sucursales están en aldeas , otras en centros urbanos. Todo, de norte a sur. Y nuestros miembros son musulmanes y cristianos. En total contamos en este momento con aproximadamente 4.500 miembros de entre 9 y 18 años que activan 8 horas por semana, yendo a su sucursal por lo menos dos tardes. Todo funciona en base a un proceso educativo, con un madrij (guía) , y janijim, o sea los jóvenes miembros del movimiento que van a las actividades.
P: ¿Cuál es la meta de Ajyal?
R: El objetivo del movimiento es educar hacia identidades colectivas, educar a una vida en común, o digamos compartida, educación en valores, en temas de género y de respeto al medio ambiente. El movimiento está dirigido por un equipo líder compuesto por 11 jóvenes en diferentes cargos que se ocupan de los temas educativos, organizativos y presupuestarios al elaborar los distintos programas. Hay 35 coordinadores centrales y 150 adultos voluntarios.

P: ¿Podrías dibujar el perfil promedio de la juventud que activa en Ajyal?
R: Yo quisiera comentarte algo general sobre la juventud árabe,que en muchos casos termina 12 años de estudios, la mitad de ellos exitosamente con certificado de los exámenes de fin de secundaria, lo que en Israel se llama”bagrut” pero el 40% no encuentra trabajo. Ni estudian ni trabajan. Muchos de los sobresalientes hacen estudios universitarios en el exterior y en parte eso es por tener un bajo nivel de hebreo y porque los exámenes de admisión a la universidad son muy difíciles.
P: Para todos, sin duda.
P: Lamentablemente, hay un porcentaje importante de jóvenes árabes involucrados en crímenes y actos de violencia. Y nuestra misión es lograr que ya desde muy jovencitos, tengan una visión de futuro que les permita soñar y concretar sus sueños mediante un trabajo esforzado y positivo.
P: ¿Cómo se hace eso?
R: Varias cosas. Los fortalecemos y empoderamos a través de guías y líderes que logren fortalecer su resiliencia personal. Les damos responsabilidades y les encomendamos el manejo de proyectos e iniciativas sociales. Alentamos que vayan a estudios superiores. Tenemos para esto dos institutos especiales en los que se estudia 5 días a la semana, entre las 9 y las 17 sobre una gran variedad de temas. Se les da asesoría académica, se les acompaña académicamente en diversos cursos, se les enseña liderazgo y proporciona herramientas que los capaciten. También se organizan paseos para que conozcan el país, incluyendo instituciones de estudios superiores, y encuentros con otras partes de la población. Y se brindan cursos sobre democracia, economía , sociedad y género en la sociedad israelí.

P: Suena a muy ambicioso, gran trabajo.
R: Tenemos que hacerlo. Los jóvenes árabes viven una crisis de identidad y de pertenencia. Les falta educación crítica y humanista que los acompañe en la elaboración de sus sentimientos y pensamientos sobre su afiliación social, sobre su identidad, sobre el cambio y desmoronamiento en muchos casos de la estructura familiar de la “jamula”, o sea el clan de la familia amplia, y el fortalecimiento del individuo. También trabajamos en fortalecer la situación de la mujer. De quienes egresan de nuestro movimiento , el 70% de las mujeres van a estudiar y lo hacen por su parte el 2% de los hombres.

Ajyal y Hashomer Hatzair, árabes y judíos
P: ¿Es correcto presentar a Ajyal como un brazo o una extensión de Hashomer Hatzair o es un movimiento juvenil árabe separado que coopera con Hashomer Hatzair?
R: Oficialmente somos una sección o división árabe de Hashomer Hatzair pero Ajyal es independiente desde el punto de vista educativo y trabaja exclusivamente en las comunidades árabes. Con Hashomer Hatzair cooperamos y compartimos en base a la igualdad y el mutuo respeto, reconociendo cada uno lo singular de ambos movimientos. Realizamos proyectos conjuntos que atienden en forma igualitaria necesidades de ambas partes. Hacemos campamentos de verano conjuntos, keitanot (marcos de actividades luego del fin de las clases) también en forma conjunta, tenemos un equipo formado por líderes de ambos movimientos que piensan y desarrollan programas conjuntos. También tenemos un Centro de Justicia Social en el que ambos trabajamos. Y hemos llevado adelante juntos el proyecto de la escuela de refugiados en Lesbos, Grecia.
P: Eso fue sin duda un proyecto muy singular, emotivo, de ayuda a refugiados sirios .
R: Así es.
P: ¿Qué lugar ocupa el tema de la coexistencia en paz entre judíos y árabes en la actividad de Ajyal?
R: Yo le llamaría existencia compartida, o conjunta. El vínculo de la minoría con la mayoría es muy grande, buscando una plena integración, ser parte del espacio general, tanto en lo que se refiere a empleo como a educación y otros campos. Nosotros llevamos a cabo actividades y trabajamos educativos para hacer que el espacio judío sea plenamente accesible, por ejemplo mejorando el tema del idioma de nuestros jóvenes, reduciendo el temor y fortaleciendo su sensación de seguridad. Tratamos de que conozcan de cerca el espacio judío, organizando actividades y encuentros conjuntos, para aprender sobre la sociedad israelí con énfasis en el judaísmo. Es que en este sentido, la sociedad árabe podemos decir que en parte está desconectada, que el encuentro árabe judío no siempre es natural .
P: ¿Es prioritaria para ustedes la actividad conjunta con jóvenes judíos en Ajyal?
R: Para nosotros, este es un objetivo preferencial. Queremos que la mayor cantidad de nuestros jóvenes puedan reunirse con jóvenes judíos y en condiciones de igualdad , y hoy sentimos que eso es muy problemático, que no llegan al mismo punto.
No alcanza con estudiar sobre el pueblo judío , historia, Tanaj (Biblia), participar en manifestaciones o estar en las redes sociales, si no hay además oportunidad de vivir una experiencia auténtica, no virtual, del encuentro. No necesariamente hay que estar de acuerdo . Lo central es poder reunirse, escucharse, desarrollar un diálogo y que cada uno pueda plantear su identidad, lo que lo distingue, presentar sus sueños y concepción de mundo, y desarrollar vínculos personales o grupales con los demás . Nosotros educamos y esperamos que a través de ello puedan surgir ideas y pensamientos sobre cómo actuar juntos. Y también es legítimo no estar de acuerdo.
La vida en el mosaico israelí
P: ¿Consideras lo que une a ciudadanos judíos y árabes en Israel es más que lo que los separa?
R: Sí, pero vivimos en un país pequeño en el que hay , como dijo el ex Presidente Reuven Rivlin, 4 tribus…
P: El habló de laicos, religiosos, ultraortodoxos y árabes.
R: Así es. Hay cientos de ideas diversas y distintas definiciones de identidad. En un país cargado de tensiones internas entre comunidades, del conflicto con los palestinos , hay una sensación de inestabilidad que se impone. Y todo esto incide también en las relaciones entre árabes y judíos en la vida diaria. Hay sitios a los que yo no voy, por miedo. Y estoy seguro que lo mismo le pasa a ciudadanos judíos. Mientras la tensión se mantenga cruzando a veces niveles inaceptables, es un serio problema. Y al mismo tiempo, el vínculo entre nuestros movimientos juveniles se fortalece precisamente en crisis, porque queremos cuidar a nuestros chicos y sus familias y transmitirles la sensación de responsabilidad, que las cosas pueden ser diferentes.
P: Yo conozco no pocos árabes israelíes que destacan cuán buena es su vida en Israel, cuán especial les resulta Israel y cuán abierto es a todos. Esto no significa, claro está, que no haya problemas y cosas para corregir. No pocas. Pero me dicen que la realidad en la que viven es mil veces mejor que lo que podría pensarse al leer algunos titulares en la prensa o al escuchar discursos de diputados de la Lista Conjunta en la Kneset. ¿Qué te parece lo que te estoy comentando?
R: La vida en Israel es desafiante y lo es más aún para la minoría de ciudadanos árabes.Hay potencial de vivir a un alto nivel, hay una política de apoyo social, seguro de salud, opciones educacionales, te completan el ingreso mínimo si no puedes alcanzarlo con tu sueldo y hay ayuda a los sectores más débiles. Al mismo tiempo, siendo parte de una minoría, uno tiene que no dar el brazo a torcer y trabajar duro para aprovechar las opciones que existen porque hay competencia por las mismas fuentes de ingreso.
La sociedad árabe se ecuentra en la parte inferior desde un punto de vista socioeconómico,el promedio es que 2 de cada 10 familias son pobres. Hay bajos presupuestos , falta de tierras y programas de construcción, diversos problemas. Recientemente el gobierno desarrolló un programa quinquenal para la sociedad árabe. El primero que hubo , tiempo atrás, tuvo varios éxitos pero no fue aprovechado plenamente por motivos técnicos e internos en los consejos locales árabes que no supieron cumplir las condiciones básicas para concretarlos. Parte del problema es la falta de programas urbanos amplios y por otro lado, la falta de gente suficientemente profesional en esas municipalidades.
P: ¿En tu opinión la ciudadanía árabe quiere ser parte integral de la sociedad israelí?
R: Los ciudadanos áraes quien ser parte integral del país , una minoría con sensación de pertenencia.Yo considero que la participación del partido RAAM en la coalición, junto con partidos judíos, es una señal clarísima de ello. Los jóvenes árabes, recordemos, están al frente de la lucha contra la pandemia del Coronavirus, en los numerosos casos en los que los vemos como parte del personal médico en hospitales y clínicas. Ciudadanos árabes participan en diversos emprendimientos conjuntos. Están en numerosos servicios. Y los jóvenes están haciendo grandes esfuerzos por mejorar su idioma hebreo y poder estudiar en el país.
P: Ayman, te agradezco enormemente por esta entrevista y les deseo a ti y a tu movimiento que logren siempre educar hacia la vida conjunta en paz, sintiéndose ciudadanos plenos y felices en el país en el que vivimos judíos y árabes.
R: Que así sea.