Entrevista especial al portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel Lior Haiat
Hace pocos días entrevistamos por zoom a Lior Haiat, experiente diplomático israelí, que se desempeña actualmente como portavoz de la Cancillería con sede en Jerusalem. Fue una actividad organizada por el portal Semanariohebreojai, el Comité Central Israelita y Arevim.
Lior Haiat es el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y jefe de la división de comunicaciones y prensa.
Inició su carrera diplomatica en el curso de cadetes de la Cancillería en 2001.
Fue Cónsul General de Israel en Miami y vocero de las embajadas de Israel en Argentina y en España.
Entre sus funciones en la Cancillería fue Director del Departamento de Centroamérica y el Caribe y vice vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores para los medios de comunicacion israelíes.
Tiene Licenciatura en Economía y Comunicación de la Universidad de Tel Aviv y Maestría con honores en políticas públicas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Lior es casado y padre de tres hijos.
Nos place publicar ahora la versión escrita de la entrevista, una visión optimista y positiva de la diplomacia israelí y sus logros, sin dejar de lado las problemáticas con las que lidia.
Los futuros diplomáticos: el reflejo de la sociedad israelí
P: Lior, son numerosos los temas de los que vale la pena hablar contigo, cuando de desafíos de Israel se trata. Pero quisiera comenzar por un tema puntual, que tú , como todos los diplomáticos de carrera, conoces de cerca. Hace pocos días comenzó un nuevo curso de cadetes en la Cancillería israelí, el más grande desde comienzos de los años 90 del siglo pasado. Tras 9 meses de exámenes que fueron filtrando a los 3.000 candidatos que se postularon, quedaron 25 cadetes, 10 mujeres y 15 hombres que representan en gran medida el mosaico de la sociedad israelí. Hay nativos de Israel, inmigrantes, judíos-entre ellos un miembro de la comunidad de origen etíope-, un armenio y una chica drusa.¿Que podrías contar sobre esa experiencia? No es pequeño el desafío de preparar a diplomáticos que van a representar a Israel ante el mundo, que saben de antemano que tendrán muchas cosas buenas para contar pero serios desafíos con los que lidiar.
Lior: El curso de cadetes es tal vez el curso más importante en el sector público gubernamental de Israel. Sin ninguna a duda también el que tiene más candidatos, y realmente es uno de los cursos a los que es más difícil. Alrededor de uno de cada 100 candidatos, o sea, 1%, pasa el proceso de exámenes, que dura casi un año. Ese curso es la única puerta al servicio diplomático del Estado de Israel, los hoy cadetes son los futuros embajadores de Israel, porque cada uno de ellos dentro de 15 o 20 años va a ser embajador de Israel en algún lugar en el mundo. Como me dijo en mi curso de cadetes hace 20 años uno de los ex embajadores: el curso de cadetes nunca termina, uno sabe cuándo empieza, pero seguimos aprendiendo siempre cómo es ser diplomático durante todas nuestras carreras, hasta que nos jubilamos. Cada día es un nuevo día en esa profesión que es la de ser diplomático y cada día es un nuevo día en Israel. Tenemos no solamente la suerte y el orgullo de representar a Israel sino también la responsabilidad de hacerlo en cualquier lugar en el que estamos. Un diplomático es representante del Estado de Israel 24 horas al día siete días a la semana. Siempre somos, para muchas personas en el mundo, la cara de Israel.
P: Orgullo y responsabilidad, lo describiste muy bien. ¿Qué se aprende allí?
Lior: El curso mismo dura seis meses. Dentro del curso los diplomáticos aprenden qué es el Ministerio de Asuntos Exteriores, qué es la diplomacia, algunos temas importantes en la historia del Estado de Israel, del pueblo judío, de la creación del Estado de Israel. Obviamente tratamos Medio Oriente, el conflicto israelí palestino, el proceso nuclear iraní, pero también temas como el medio ambiente, la sociedad israelí, la economía, las redes sociales, el trabajo del portavoz y mucho más. El diplomático israelí tiene que conocer bien todos estos temas para representar a Israel. Tenemos 108 misiones diplomáticas en el mundo y la mayoría de ellas son muy pequeñas, son dos o tres diplomáticos, o sea que cada uno de ellos tiene que saber hacer muchas cosas dentro de lo que es la profesión de un diplomático.
P: Yo hablaba recién del mosaico israelí y su reflejo en el curso…y no es exclusividad de este que recién comenzó. Pasa siempre.
Lior: Así es. No es casualidad que las minorías de la sociedad israelí estén representadas en el curso de cadetes. Nosotros buscamos, como ministerio de Exteriores, representar a toda la sociedad israelí. Obviamente buscamos mujeres y hombres, gente con más y menos experiencia en el mercado de trabajo, gente judía y no judía, que hablen diferentes idiomas, porque creemos que la sociedad israelí es tan diversa que los representantes de Israel deben mostrar una diversidad que represente al Estado de Israel. En los cursos han participado –y egresado exitosamente- árabes, musulmanes, cristianos, judíos, religiosos seculares o inmigrantes nuevos y viejos, de todo. Es cierto que tenemos, como has dicho, un cadete que nació en Etiopía, pero además ya tenemos creo que más de 20 representantes de la comunidad judía de origen etíope que ya son parte de nuestro servicio diplomático. Tenemos drusos… De verdad es una manera de ver el mosaico que es la sociedad israelí con sus representantes en el mundo y cada uno de ellos,cuando llega a ser diplomático, cuando trabaja en una embajada, no solamente representa al Estado de Israel sino que es el Estado de Israel y es la cara de Israel para ese país.
Aquí puedes leer una nota con jóvenes diplomáticas israelíes.
Aquí, otra linda historia diplomática israelí.
Lidiando con la hostilidad anti israelí
P: Decíamos que hay que preparar a los cadetes para no pocos desafíos en la arena internacional. Hace unos días la ONG UN Watch publicó una lista mostrando las votaciones en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU-o quizás era en la Asamblea General, ahora me vino la duda- lista en la que regímenes oscuros y dictatoriales, violadores de los derechos humanos, casi no habían sido condenados,o muy pocas veces, mientras que junto a Israel estaba el número 95. Lo menciono porque me pregunto si se puede preparar a un diplomático israelí para los nervios de acero que necesita en muchos lados. Me imagino que tú, por ejemplo cuando estuviste en la Embajada de Israel en Madrid, habrás vivido no pocas situaciones difíciles en las que habrás pensado “me salen canas verdes”. ¿Conoces esa expresión?
Lior: Conozco muy bien y estoy buscando una respuesta diplomática. Uno de mis jefes me dijo: cuando no tienes una buena respuesta diplomática, cuenta una historia. Les cuento una historia. Yo llegué al Ministerio de Asuntos Exteriores por un error, tal vez mío o del ministerio, nunca pensé que iba a terminar siendo diplomático. Estudié comunicación y economía y quería trabajar en periodismo, pero una amiga que estudió conmigo en la universidad tenía como sueño ser diplomática. Cuando se publicó el examen del curso de cadetes me llamó y me ofreció que vayamos juntos a hacer los exámenes. Era para no ir sola, porque son muy largos, de 9 horas los primeros. Yo estaba en ese momento en el servicio de reserva en el ejército. Y decía que en realidad, no tenía tiempo ni para llenar los formularios que debíamos llenar. Ella, con tal de no ir sola, completó mis formularios. Al final, yo pasé y ella no. Pasé los segundos exámenes, y después la tercera ronda, hasta que llegó un día que nos invitaron al Ministerio de Asuntos Exteriores, éramos alrededor de 40, para decirnos cuál era el curso, para el que habíamos pasado tantos exámenes. Después de media hora le dije a mi novia en ese entonces, mi esposa hoy: tenemos que salir de aquí, no me parece un buen lugar para mí. Yo tenía cabello largo, la imagen de un diplomático no era la que yo tenía de mi mismo… Me dijo que ya que estábamos ahí esperáramos al final del día para ver. Y esa noche finalmente tomamos la decisión de empezar una aventura entrando al curso de cadetes.
P: Realmente una etapa singular que te abrió a una nueva vida.
Lior: Te cuento que de los cuatro años y medio que pasé en el servicio militar, casi tres los pasé en el sur del Líbano en los 90…, y recuerdo bien esos momentos cuando estábamos desde las bases mirábamos hacia el sur y veíamos las luces en las montañas. Sabíamos que eran las ciudades, los kibutzim, las aldeas israelíes, y que estábamos ahí físicamente para defender al Estado de Israel, a nuestras familias y vecinos. ¿Por qué digo eso? Porque me llevó muchos años de ser diplomático entender que estoy haciendo lo mismo.
P: Qué lindo concepto…
Lior: A pesar de que llegué por error, tal vez ha sido mi destino. En un momento, creo que en 2006, cuando estuve como vocero de la embajada de Israel en Buenos Aires, entendí que mi objetivo es defender al Estado de Israel. Tengo un uniforme diferente, armas muy diferentes, pero el objetivo final es defender a mi familia, mis vecinos y mi patria, que es el Estado de Israel. Eso es lo que me dio la fuerza para estar en lugares muy difíciles, de verdad muy difíciles -mencionaste Madrid, y es uno de esos lugares-, y saber que yo soy la primera línea de defensa y tengo que estar ahí, porque si no estoy yo nadie va a defender a Israel de la misma manera.
Es difícil, creo que hay muchos lugares en los que hay una obsesión sobre Israel, sobre lo que hace Israel, por diferentes razones, una de ellas el antisemitismo, pero no es la única, no es siempre y hay diferentes formas. Realmente es nuestro rol como diplomáticos estar en esos lugares para mantener la seguridad de Israel en el sentido más amplio de la palabra.
Cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, recibió a los nuevos cadetes, los futuros diplomáticos y embajadores de Israel, esta semana, dijo una frase muy interesante: No solamente son el futuro de la diplomacia israelí, son el comando de la diplomacia israelí. Su importancia es más que la de cualquier unidad del ejército israelí y cualquier operación que haga una u otra agencia de seguridad, porque ustedes están ahí para mantener la defensa del Estado de Israel.
A veces son días difíciles, igual que el servicio militar, a veces son días mejores, pero siempre estamos ahí defendiendo el Estado.
P: Por eso hablaba de los nervios de acero, sin duda es una defensa clave en la arena diplomática. ¿En qué medida ves como un desafío ese intento de convencer, de explicar? ¿No es agotador a veces? Me pregunto si este tema de explicar, siempre, a Israel, es uno de los principales retos diplomáticos.
Lior: Hay que entender el rol del Ministerio de Asuntos Exteriores y la diplomacia. El rol principal es crear esos lazos entre los diferentes países, los diferentes sectores en el país. Cuando mis hijos eran más jóvenes y me preguntaban qué hace un diplomático, como es difícil explicarlo a un niño de cinco o seis años, yo decía que trabajo en construcción, que construyo puentes entre países, entre personas, entre sociedades, entre economías. Esos puentes no son puentes que uno pueda ver, pero los puede sentir.
Nuestro trabajo no es siempre explicar lo que hace Israel. Esa es la parte fácil, porque no tengo ninguna dificultad en volver a decir la verdad y otra vez y tratar de encontrar ese punto donde el otro lado me puede entender mejor. Es como un juego, vendemos un producto, es un producto interesante de vender, es un Estado que, como decía antes, es diverso y representa tanto el futuro como el presente y el pasado de la historia de la humanidad. Aun así, cuando hablamos con una persona encontramos cuál es el punto en el que se puede conectar a Israel con sus intereses. Israel tiene algo especial, que es que se puede conectar con diferentes personas en diferentes niveles, hay lugares donde se pueden crear esos puentes.
P: A mí me molesta en especial la gran diferencia que hay a menudo entre discursos y posturas hostiles en la ONU y la actitud de los embajadores que atacaron a Israel en el podio y luego, entre cuatro paredes, dicen “yo te entiendo, pero…”. ¿Ese es realmente un frente importante con el que hay que lidiar, o quizás como decía Ben-Gurion, la ONU no importa?
Lior: Es cierto, el mundo diplomático es muy hipócrita, muchas veces uno no dice lo que cree, y ciertamente a veces no dice todo lo que cree. Pero aún así hay momentos en la vida diplomática en los que uno siente que está en el lugar adecuado. Me pasó. Tuve la suerte de estar en diferentes lugares y momentos justamente en esos momentos interesantes, y gracias a Dios tenemos las redes sociales, especialmente el Facebook, que nos hace recordar todos los días qué pasó este día hace tantos años. Justo hoy me recordó que hace 13 años estuve con un candidato a la Presidencia de Estados Unidos, se llama Barack Obama, y en ese momento yo tenía la suerte de presentarlo en una rueda de prensa. Poco después ese señor, que vino a visitarnos, pasó a ser la persona más importante del mundo… La importancia de ese diálogo que había tenido con él unos minutos antes de la rueda de prensa, a lo mejor hizo un poco de diferencia en su manera de tomar las decisiones tan importantes que tomó.
La amenaza de Irán
P: Hablando de desafíos estratégicos concretos, creo que es indudable que la única amenaza existencial para Israel es la eventualidad de un Irán nuclear.¿Cuál es el aporte que puede hacer la Cancillería israelí en un tema como este, tan clave para la seguridad de Israel?
Lior: La cancillería israelí es uno de los líderes en la creación de la política del Estado de Israel frente a la amenaza iraní, y no solamente la nuclear. La diplomacia israelí está en una posición en la que puede influir en las políticas de diferentes países frente a esa amenaza. Cuando entré al Ministerio de Asuntos Exteriores el proyecto nuclear iraní ya en ese momento, en el año 2001, era uno de los temas principales de la diplomacia. Tratamos a convencer a los diferentes países de que Irán no solamente es una amenaza para Israel sino para el Medio Oriente, para la estabilidad de la región y la paz mundial. Muchos países decían “si, bueno, pero… tenemos objetivos económicos con Irán y tenemos otras amenazas que son más importantes…”.
Se dio la “suerte” que el presidente iraní elegido en 2005, ha sido Ahmadinejad-y sé que suena raro que diga “suerte”- porque él fue el primero que djo en voz alta que Irán tenía el objetivo de llegar a tener armas nucleares y con ellas atacar a Israel y otros países. Desde ese momento el mundo entendió la amenaza que nosotros habíamos entendido diez años antes. Junto a otros países, bajo liderazgo norteamericano, empezamos a crear un régimen de sanciones contra Irán que llevó al punto en el que Irán decidió negociar su proyecto nuclear con su peor enemigo, que no es Israel sino Estados Unidos. Ese momento, en el año 2014, cuando Irán anunció esa decisión, fue una victoria enorme para la diplomacia, porque con herramientas diplomáticas pudimos cambiar la política de un país. Las herramientas diplomáticas son sanciones, son presiones internacionales, son diferentes formas de convencer a otros países a organizar una coalición contra el proyecto nuclear iraní.
P: Y hoy estamos en un momento complicado, con las negociaciones en Viena para volver al acuerdo nuclear.
Lior: Hoy estamos en el mismo momento. El acuerdo que firmaron en el 2015 fue malo porque dejó a Irán con una puerta para llegar a la capacidad nuclear. Hoy, seis años después, volver al mismo acuerdo no nos lleva al mismo lugar en el que estábamos en 2015, sino que nos lleva a un peor lugar, porque Irán avanzó en esos años y el acuerdo no tiene respuestas suficientes para mantenerlo dentro de los marcos que la comunidad internacional necesita. Por eso es importante que hablemos con los países. Explicamos la información que tenemos, que no siempre ellos la tienen, nosotros tenemos información de Inteligencia muy importante que viene de Irán y mostramos pues a las partes no solamente lo que Irán dice y hace, sino también lo que puede hacer y cómo puede seguir esos procesos. También creamos nuevas coaliciones, porque Irán es una amenaza solo para Israel sino para la región, y no es solamente su proyecto nuclear, sino también su proyecto de misiles de larga distancia y el terrorismo que financia y apoya en todo Medio Oriente. Hay otros países en Medio Oriente, algunos están abiertamente del lado de Israel y otros tienen lazos con Israel pero no en forma abierta, entendemos la realidad de forma similar y entendemos también cuál será la realidad de Medio Oriente si Irán llega a tener esas capacidades nucleares.
También con Estados Unidos estamos en ese mismo momento, hablamos con nuestros aliados norteamericanos, con nuestros amigos, creo que vemos la realidad de una forma muy similar, nuestro objetivo es el mismo, que es no dejar a Irán llegar a una bomba nuclear. Tal vez no estamos de acuerdo en cómo llegar a ese objetivo, pero sí estamos de acuerdo en que el régimen iraní nunca debe llegar a tener esa bomba nuclear.
P: El presidente Biden ha dicho que durante su mandato no se va a permitir que Irán llegue a armas nucleares. La gran pregunta es cómo maniobrará, aun es incierto el resultado de esas negociaciones…
Lior: Una cosa que quiero decir: cuando miramos hacia el futuro miramos hacia un futuro tal vez diferente en la cantidad de años. El presidente Biden habló de su período, que puede ser de cuatro u ocho años. Pero nosotros no queremos que Irán tenga nunca armas nucleares, y ese es el punto. No queremos demorar el proceso sino llegar a un punto en el que el mundo acepte que Irán nunca pueda tener armas nucleares.
Quisiera mencionar otro tema que está relacionado a esto. Líbano está en una crisis terrible, económica y social, y el pueblo libanés está bajo una amenaza del grupo terrorista Hezbolá, que en vez de representar los objetivos de Líbano representa los objetivos de Irán. Espero que el pueblo libanés salga de esa crisis, porque son nuestros vecinos y queremos vivir en paz con ellos. Cuando nuestros vecinos pasan hambre, de verdad, uno no puede seguir con su vida normal. Espero realmente que la situación en Líbano cambie, que salgan de esa crisis y que puedan salir de esa situación terrible en la que los pone Hezbolá.
La región
P: Irán desestabiliza a todos aquellos países en los que se instala intentando siempre aumentar su influencia. Recuerdo que tú estuviste hace unos meses en Emiratos Árabes Unidos, creo que fue cuando viajó la primera delegación oficial israelí. ¿Te parece que la percepción de Irán como enemigo fue uno de los motores de esa paz y que recién después de firmada la paz “estallaron”-en el buen sentido del término- varios campos de cooperación?
Lior: Es parte de eso, tal vez no una parte muy grande, porque de hecho hay varias razones para los acuerdos de Abraham, el nuevo proceso de paz en Medio Oriente. Mucho antes del anuncio público sobre la firma de la paz, , que fue hace once meses,sumándose luego Bahrein, Sudán y Marruecos, nosotros ya teníamos relaciones no oficiales con esos países. Diplomáticos israelíes trabajaban en esos países, construían los puentes con esas sociedades. Durante décadas esos diplomáticos israelíes crearon, un bloque tras otro, esa realidad que convenció a los líderes de esos países de que sus pueblos están preparados para la paz con Israel.
P: Los contactos se daban por varias vías ¿verdad?
Lior: Sin duda. Una de las cosas que hemos hechos en ese contexto fue crear puentes digitales con esos países. Creamos cuentas en las redes sociales en árabe donde Israel en forma oficial hablaba con los pueblos en Medio Oriente. Poco a poco se juntaban millones de seguidores de Israel en esos países árabes que querían entender nuestra realidad. Por muchos años tanto los líderes como los medios de comunicación boicoteaban esa idea de tener acceso a lo que pasa en Israel, la realidad israelí pasaba por un filtro en los países árabes y las redes sociales nos dejaban bajar el filtro y hablar de forma directa con los pueblos. Había muchos mensajes agresivos, hay que mencionarlo también, pero poco a poco había más y más mensajes de quienes se interesaban en Israel, su sociedad, su realidad, su democracia, su economía…
P: Eso es un proceso de normalización…
Lior: La cantidad de gente de los países árabes que preguntaban sobre maneras de venir a Israel para trabajar es increíble. Cuando me enteré de esas cantidades y esos mensajes decía: tenemos algo, tenemos un diálogo que puede durar mucho más, como con algunos países que todavía no han salido a la luz, y con otros países ya era en el punto en el que esos países entendían que sus pueblos estaban preparados.
P: Y tú lo viviste personalmente.
Lior: En agosto de 2020, poco después del anuncio histórico del 13 de agosto sobre la intención de firmar la paz, recibí una llamada del director general del Ministerio de Asuntos Exteriores. Me llama y me pregunta si tengo el pasaporte preparado, ¿para qué preciso un pasaporte si el mundo está con Covid y no hay ningún lugar que podamos visitar? Y él me dijo: mañana te vas a Abu Dabi. Pensé que era una broma. Era antes de los vuelos directos, así que volamos a Frankfurt y de ahí tomar un avión de la compañía aérea de Abu Dabi, para llegar muy tarde a la noche, sin saber hacia dónde íbamos. Recuerdo al representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos que nos recibió ahí y nos dijo: te estábamos esperando, bienvenidos a vuestro país, aquí estamos para empezar una nueva amistad…
P: ¿Eso fue antes de la formalización?
R: Después del anuncio pero antes del primer vuelo directo. Llegué con una delegación anticipada, estuvimos cinco días preparando la visita de la delegación oficial. Recuerdo llegar a la terminal de Abu Dhabi esperando el vuelo directo… Antes me preguntaste sobre Irán. En ese momento, cuando llegó el vuelo de El Al, aterrizó, empezó a acercarse en la terminal, recibo una llamada del canal 12 de la televisión israelí y me dicen: “Estamos al aire, no tenemos a nadie ahí, ¿nos puedes contar lo que estás viendo?”. Un buen portavoz nunca hace una entrevista sin preparación, y yo lo hice, sin saber lo que iba a decir, sin preparar un mensaje, empecé a hablar. El 50% de la población israelí me escuchó explicando lo que estaba viendo. Eran 45º al sol, ahí afuera, y yo pensaba en ese momento que por ese día me hice diplomático, no lo entendía antes, para estar en ese momento en Abu Dhabi, ver el vuelo de El Al llegando, entender que estamos empezando una cosa nueva, que nunca ha pasado en Medio Oriente… Conté toda esta historia para decir que justo después tuve una rueda de prensa con 35 periodistas emiratíes, que todos querían hablar con el portavoz de Israel, y me preguntaban decenas de cosas y ni una tenía que ver con Irán o los palestinos. Todas tenían que ver con la amistad y el potencial de las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos.
Me pasó casi lo mismo en Bahrein y en Marruecos cuando visité esos países. Esos pueblos esperaban esa puerta. Justo hoy inauguraron los vuelos directos entre Israel y Marruecos, hace tres semanas inauguramos la embajada de Israel en Abu Dhabi y el consulado general de Israel en Dubai. Es un nuevo Medio Oriente, estamos viviendo el sueño de Shimon Peres de crear nuevas amistades y cooperaciones y realmente nuevos puentes entre los pueblos, porque cada acuerdo que firmamos es un nuevo puente, cada proyecto que llevamos a cabo es un nuevo puente, cada reunión con el nuevo embajador de Emiratos Árabes Unidos es un nuevo puente. Hoy el ministro de Asuntos Exteriores anunció que el primer embajador de Israel en los Emiratos Árabes Unidos será Amir Hayek, que es uno de los lideres de la economía israelí, que representa una relación tan normal entre los dos países, donde la economía es el motor de las relaciones.
¿Nuevo Medio Oriente?
P: No quiero arruinar ese cuadro que presentaste del nuevo Medio Oriente, porque comparto la emoción por eso y me imagino la tuya. Pero paralelamente a esas puertas que se abren también siguen las amenazas. El Canciller Lapid dijo días atrás en Europa que él comparte la idea de dos Estados para dos pueblos, o sea la creación de un Estado palestino junto a Israel, pero que ahora no es real.
¿La cancillería realmente concuerda con que es una necesidad llegar a un acuerdo con los palestinos, aunque no sea una amenaza existencial?
Lior: Somos el Estado de Israel, contradicción es nuestro segundo nombre. Es cierto, vivimos el nuevo Medio Oriente pero también vivimos el viejo, y esas dos realidades conviven. Lo vimos hace dos meses en la operación “Guardián de los Muros”. No es nada nuevo tener una operación militar en Gaza contra una organización terrorista como Hamas, pero fue nuevo porque por primera vez tenemos esas nuevas relaciones con Bahrein, con Emiratos Árabes Unidos y con Marruecos. Tuvimos esa duda de cómo el viejo Medio Oriente va a afectar el nuevo Medio Oriente que estamos construyendo, y el mensaje que recibimos de esos países fue: entendemos el problema que Israel tiene, pero no nos afecta. Y se podía ver, en los 11 días del conflicto bélico en la Franja de Gaza no teníamos un problema crítico con esos nuevos socios en Medio Oriente. No dejaron de ser pro palestinos, pero son anti terrorismo y están en contra del terrorismo de Hamas, que representa a la Hermandad Musulmana, que es una amenaza hacia esos propios países. Esas dos realidades conviven.
Lo que dijo el canciller representa la opinión de la cancillería, pero es más que eso. Como diplomáticos nuestro rol es solucionar los conflictos, no hay nadie que quiera más que Israel que ese conflicto con los palestinos se solucione. Pero al mismo tiempo mantener los objetivos de seguridad del Estado de Israel, porque la paz sin seguridad no existe.
P: ¿O sea que ahora no es momento para lograr ese acuerdo con los palestinos?
Lior: No creemos que sea un buen momento no porque Israel no quiera avanzar en un proceso de paz, sino porque vemos que el liderazgo palestino no puede, por diferentes razones: porque Hamas todavía tiene el poder más fuerte en la Franja de Gaza y no se puede separar a los dos, porque el liderazgo palestino actual es viejo y no es muy relevante para los mismos palestinos, es muy corrupto y no tiene muchas capacidades para avanzar en un proceso nuevo. En estos momentos queremos un avance en el proceso de paz pero entendemos que ese avance no es una cosa que dependa de nosotros. Tenemos que tomar las decisiones sobre cómo mantener la situación lo menos violenta posible, no dejar a los extremistas, los terroristas palestinos, llevarnos a un lugar que afecta tanto a la sociedad israelí como a la palestina.
Y voy a decir más: esos conflictos bélicos afectan también a las comunidades judías en el mundo, porque cada uno de esos conflictos genera más antisemitismo, crea más actividades antisemitas en el mundo, y esas amenazas que nosotros vivimos en Israel nuestros hermanos la viven en cualquier lugar del mundo. Tenemos una responsabilidad también ante las comunidades judías en ese aspecto.
Israel y el mundo judío
P: Es importantísimo que hayas mencionado el tema de la relación con el mundo judío.
Lior: Así lo creo. Voy a mencionar una cosa, no sé si todos conocen. El anterior presidente de Israel, Reuven Rivlin, habló de las cuatro tribus que tiene la sociedad israelí. Es una teoría que él creó que decía que la sociedad israelí está divida en cuatro: los seculares, los religiosos nacionales, los ultraortodoxos y los árabes. Como presidente él trataba de crear esos puntos de encuentro entre las diferentes tribus. Y yo creo que tenemos una quinta tribu, las comunidades judías en el mundo, y nosotros también tenemos que crear ese punto de encuentro entre los judíos del mundo y los de Israel. Lamentablemente ese puente, que es también nuestra responsabilidad, tenemos mucho que hacer para construirlo mejor, para que los judíos en Israel conozcan mejor la realidad de cómo es ser judío en el mundo.
Yo tuve esa experiencia tanto en Argentina como en España como en Miami, que son comunidades judías muy diferentes una de la otra, pero hay una cosa que me impactó: los israelíes no entienden cómo es ser judío por elección, como lo suelo llamar. En el exterior, creo que cada uno tiene que elegir cada día ser judío, mientras que para los israelíes viene en forma natural. Toda la vida en Israel es una vida en la que el judaísmo viene sin ningún esfuerzo. Para los judíos del mundo cada día es una decisión nueva. Hoy elijo ser judío y mañana elijo otra vez, elijo mandar a mis hijos a un colegio judío, ser parte activa de una comunidad judía y tener el judaísmo como parte de mi identidad, de la historia que cuento a mí mismo, a mi familia y hacia afuera.
Nosotros como diplomáticos somos también un puente entre las comunidades judías del mundo y la sociedad israelí y creo que ahí hay un desafío en el que yo personalmente no he hecho suficiente.
P: Lior, sé que me quedan en el tintero muchos temas , y tú dominas todos. Tendremos que buscar una nueva oportunidad para abordarlos. Te agradezco muchísimo por tu tiempo.
Lior: Gracias a ti por el interés.