Mundo Judío

El por qué de mi libro sobre Betar en el levantamiento del ghetto de Varsovia

N. de Red: Mariano Sommer es uruguayo-israelí, licenciado en Ciencias Políticas e Historia del Medio Oriente por la Universidad de Tel Aviv y magíster en Comunicación Política por la Universidad de Bar Ilán. Fue madrij y director del movimiento juvenil Betar Uruguay en 2008.
Ya en Israel, ocupó diversos cargos en la Dirección General de Betar Mundial, incluyendo el rol de director educativo entre 2018 y 2021. Actualmente se desempeña como director para América Latina y del área de liderazgo en el Departamento de Actividades Sionistas para la Diáspora de la Organización Sionista Mundial.

 

Esta semana presenté en la NCI de Montevideo, junto a Mauricio Bergstein y Edgard Bruckman como panelistas, y el periodista Sergio Gorzy como moderador, mi libro “La historia jamás contada, Betar y el ZZW en la Segunda Guerra Mundial”.

Mariano, Edgar Bruckman, Mauricio Bergstein, Sergio Gorzy
Sergio Gorzy, Rita Vinocur, Mariano Sommer y Mauricio Bergstein

 

La idea de escribir un libro sobre Betar y la Organización Militar Judía (ZZW) nació hace años, al ver que en los marcos educativos judíos apenas se conocía su historia. Como educador y participante de los viajes del Majón leMadrijim a Polonia, me impactaba que para visitar la Plaza Muranowska —escenario de la mayor batalla del levantamiento del Gueto de Varsovia— tuviera que pedir permiso especial. Allí lucharon los jóvenes de Betar y del ZZW, pero su historia fue relegada por décadas.

El centro de Betar en el gheto de Varsovia, calle Muranowska 7. La foto fue tomada en un momento de los combates. Se puede ver soldados con los cascos nazis.

 

El libro, que terminé en septiembre de 2023, se basa en gran parte en los testimonios y estudios de Jaim Lazar y Moshe Arens. Sin embargo, como parte del pueblo de Israel, mi realidad cambió con los ataques del 7 de octubre. Pasé 130 días en la reserva del ejército, en el sur, junto a Roni Kaplan, vocero de las FDI. Desde el primer día trabajamos para llevar la voz de Israel al mundo hispanoparlante, compartiendo la tragedia y la lucha por sobrevivir.

Durante ese tiempo, el libro quedó en pausa. Volví a pensar si era pertinente rescatar una historia marcada por divisiones ideológicas, en un momento donde lo que más necesitamos es unidad. ¿Acaso tiene sentido volver a hablar de grietas dentro de nuestro pueblo cuando enfrentamos enemigos tan feroces desde fuera?

La respuesta me llegó en una visita al Kibutz Beeri, días después de la masacre. En una casa del barrio Kerem, completamente arrasado por el fuego y el terror, una bandera de Israel seguía flameando en el techo. Esa imagen me atravesó. Me recordó a la Varsovia de 1943, cuando durante cuatro días una bandera azul y blanca fue izada sobre los techos del gueto en plena rebelión.

La bandera en Beeri

 

Hoy, como entonces, con el dolor, la muerte y la destrucción, también aparecen héroes. Jóvenes que luchan por su pueblo, que arriesgan todo para salvar vidas. Este libro recoge parte de esa historia. Es una historia difícil, de silencios y exclusiones, pero también es una invitación a reparar. A reconocer que la bandera de Israel fue izada tanto en Varsovia como en Beeri, por jóvenes de todos los sectores ideológicos, y que todos nuestros héroes merecen memoria.

 

El libro no es solo un homenaje a los combatientes de Betar, el Irgún y el ZZW, sino también un aporte educativo único en español, dirigido a las nuevas generaciones. Presenta el movimiento fundado por Zeev Jabotinsky, su expansión por Europa y el rol de sus jóvenes en la resistencia durante la Shoá. Pero más allá de los datos, busca sembrar una reflexión: no podemos contar la historia dejando afuera a quienes también lucharon por Am Israel.

 

Tenemos la obligación moral y educativa de no volver a excluir, de no invisibilizar historias ni nombres. Debemos comprometernos a que en los futuros libros de historia se incluya a todos los nuevos héroes del pueblo de Israel, sin importar su procedencia, ideología o función. La memoria colectiva se construye con integridad, y el legado que dejemos será el cimiento de la identidad judía del mañana.

 

Porque estamos escribiendo la historia del mañana. Y en esa tarea, los jóvenes tienen un rol esencial: educarse, preguntar, conocer y asumir la responsabilidad de construir una memoria colectiva honesta y completa, que honre a todos los que lucharon por el pueblo de Israel.
Y nuestra responsabilidad es hacerlo con verdad, con justicia y con unidad.

Como dijo Pavel Frenkel, líder del ZZW, antes de salir a luchar en Varsovia:
“Por supuesto que lucharemos con armas en nuestras manos y la mayoría de nosotros caerá. Pero viviremos en la vida y el corazón de las futuras generaciones y en las páginas de su historia.
Estaremos vivos mientras viva la historia judía.”

Hoy, esa responsabilidad nos pertenece. Contemos su historia con dignidad, con fidelidad y con compromiso, para que nunca más nadie quede fuera del relato de nuestro pueblo.

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