Yishai Sarid
Nació en Tel Aviv en 1965, es abogado y escritor. Su novela El poeta de Gaza fue traducida a ocho idiomas y ganó el gran premio de Novela Negra Extranjera en Francia (2011), y El Tercero fue un best seller en su país y ganó el premio Bernstein.
¿Por qué elegir este libro?
Porque trata el tema del trauma de la Shoá. “Quise escribir una historia sobre la naturaleza de la memoria”, dice el autor.“Es decir, cómo recordamos hoy día la Shoá, cómo esa memoria influencia nuestra vida y cómo es manipulada por aquellos en el poder”.
Elegir este libro no implica que diga la verdad revelada, sino todo lo contrario.
En forma de carta, el autor va contando qué le pasó hasta llegar a ese momento. El horror se lo comió como ser humano. Esto lo lleva a una obsesión casi enfermiza y asfixiante por conocer con exactitud cada mínimo detalle ocurrido en los campos de exterminio.
Sarid critica los viajes de los jóvenes y sus recorridas por los campos, envueltos en la bandera, la hatikva y los rezos. En mi opinión, aquí hay una crítica a cómo encara Israel el tema de la Shoá.
Mientras que el personaje se va enamorando de la eficacia alemana en el proceso de muerte de los campos, el autor esboza una crítica hacia el perdón de los israelíes hacia Alemania que los hace ir de vacaciones allí y en cambio una posición bien diferente frente a los polacos.
El narrador muestra el dolor ante el horror y como su proceso personal lo lleva a salirse del discurso oficial, y realiza preguntas bien difíciles.
Conforme estas visitas guiadas se multiplican, el protagonista se va dando cuenta de que se ha convertido en una especie de relator de la memoria oficial y se rebela ante ese papel. Hay un hecho que le hace darse cuenta que la memoria se puede convertir en un monstruo, la opinión de un adolescente, de uno de los grupos que guiaba, que plantea tranquilamente que creía que «para sobrevivir también tenemos que ser un poco nazis». Este concepto es tremendo, porque es de lo que se acusa a los israelíes en su vínculo con los palestinos. NADA QUE VER CON LA REALIDAD.
ESTO NO ES ASI. EN ESTO SE SOSTIENE LA NARRATIVA PALESTINA.
¿Qué significa la expresión “El Monstruo de la Memoria”
¿La Shoá sigue existiendo: en cada hueso sin desenterrar, en esos edificios en Polonia, en cada edificio que era judio y hoy es una sucursal bancaria. La Shoá es una herida que aún está abierta..
Hay distintos tipos de banalización o utilización:
●Se utiliza para dar a los jóvenes un sentimiento de unidad nacional.
●La memoria se puede transformar en un monstruo.
●Critica el uso que se hace de la Shoá, por ej, con la empresa de videojuegos que quiere su asesoramiento
●Los miembros de IDF al planear un acto en Auschwitz, es una pose, un acting, casi una profanación
¿Cuáles son los puntos culminantes del libro?
- Estudiantes secundarios: se los lleva para que conozcan la historia y se sientan vencedores. “Piense en que ellos ahora entran a la tzava” Pone de manifiesto la relación de Israel con Alemania y la diferencia con Polonia.
- Cuando habla el alumno que “se puede ser un poco nazi”, es el autor nos hace un guiño.
- Jasidim: otro recorrido, piensan que por algo pasó la Shoá. y visitan los lugares donde estuvieron sus Rabinos a los que le rinden homenaje..
- Turistas: van para ver las atracciones del lugar.
- ¿Y el director alemán? Claramente va a filmar y lo mira al protagonista con desprecio, por eso el desenlace.
¿Acaso se ha convertido la memoria en un espectáculo?
El autor plantea preguntas incómodas y pone al lector frente a sus propios monstruos: La banalidad no se reduce solo al ámbito escolar, pues el protagonista también lleva a cabo una ruta por los campos con diferentes políticos y altos cargos, que le piden asesoramiento para la conmemoración del aniversario de la Conferencia de Wannsee —en la cual los gobernantes de la Alemania nazi tomaron las decisiones pertinentes a la “solución final de la cuestión judía”—. Los burócratas parecen más preocupados por la puesta en escena que por lo ocurrido, más allá de los límites de la oficialidad: “Podía llegar con ellos hasta cierto punto, pero nada de profundizar. Solo tenían en mente su misión”. Sarid no solo cuestiona la institucionalización de la memoria histórica, sino la mercantilización de la misma, ya que el protagonista también se ve obligado a trabajar para un grupo de turistas de tercera edad que tenían la visita a los campos incluida en un paquete vacacional. El colmo de la banalidad tiene lugar cuando advierte, por sus comentarios, que estos turistas preferirían estar en un Ikea en lugar de escuchando su explicación.
¿Cómo evoluciona el protagonista?
Comienza siendo un joven que estudia Historia con poco entusiasmo y se especializa en estudios de Shoá como único camino.
Se especializa en la parte “mecánica”, de procedimientos (es una buena forma de evitar involucrarse emocionalmente) Se lo critica al principio por la falta de emoción con la que relata la historia. Al pasar a visitar constantemente los campos, se involucra hasta lo sobrenatural (oye voces, participa en un minian antes de entrar a la cámara de gas); viste como un judio polaco de preguerra
Va empezando a repudiar la banalización o la trivialización de la Shoá. Hay cierta crítica a Yad Vashem en cuanto a institución que respalda y sanciona cualquier proyecto.
Textos citados
“¿Quién de vosotros salvaría a un chico desconocido y mugriento que llamara a vuestra puerta por la noche, arriesgando así vuestras vidas y las de vuestros hijos?, les pregunté después por la noche, durante la reunión que teníamos siempre en el hotel. Silencio absoluto.
Después oí unos cuchicheos. Sus cerebros procesaban las posibilidades. ¿Cómo saldríais de una situación como esa? Y ese chico no es de vuestro pueblo, les recordé, no es de vuestra religión.
No lo conocéis de nada. No tenéis ninguna obligación para con él. Excepto por el hecho de que sois seres humanos. Unos pocos levantaron la mano. ¿Estaríais dispuestos a morir por él? Y se lo puse todavía más difícil: ¿estaríais dispuestos a que os pudieran llegar a quemar la casa con vuestros hijos dentro? En ese momento, por lo general, bajaban la mano. No hay nada que caracterice a un Justo de las Naciones, les dije, y apenas encontraréis en la lista a ninguna persona famosa, ni de éxito, ni a ningún genio ni gran intelectual. La mayoría fueron personas corrientes.”
Conclusiones
●La importancia de la Shoá en la construcción de identidad en el judaísmo.
●Recuerdo un folleto de Jabad que decía que la Shoá era el espejo retrovisor del auto, y que había que mirar también para adelante para la construcción de identidad.
●Mercantilización de los sobrevivientes.
●Se entiende porque este libro no ha gustado al Yad Vashem.