La imagen que circuló ampliamente este martes fue muy simbólica. La Ministra de Salud Pública de la Autoridad Palestina Dra. Mai al-Kaila, recibiendo la vacuna de Moderna en un hospital contiguo a Ramallah. La vacuna, señalemos, la recibió de Israel, una de las aproximadamente 2.000 que fueron transferidas por COGAT –la oficina de Coordinación de las Actividades en los Territorios- a la Autoridad Palestina, para vacunar a los equipos médicos.
Israel es el único país que ha hecho llegar vacunas contra el Covid-19 a los palestinos. No lo ha hecho Rusia, ni ningún país europeo ni tampoco COVAX. Sólo Israel. ¿Alguien dice algo?
Simbólica, decimos, porque esto sucede en medio de una pandemia en la que Israel no sólo combate el virus –como todo el mundo- sino también la mentira y la distorsión intencional de la realidad. Recordemos que distintos medios de comunicación publicaron sendos artículos acusando directmaente a Israel de violar el Derecho Internacional al no vacunar a los plaestnos o dando a entender implícitamente que los discrimina, mientras sí vacuna a sus ciudadanos.
Todo ello fue escrito en distintos idiomas y medios diversos, tergiversando la verdad: no sólo que Israel no tiene obligación ninguna de vacunar a los palestinos porque los Acuerdos de Oslo determinan que es la AP la responsable de los servicios de salud a la población palestina, sino que la Autoridad Palestina ni se lo había pedido a Israel.
Las vacunas pasaron a manos de la Autoridad Palestina por la zona de Bitunya aledaña a Ramallah. Esto, mientras centenares de camiones continúan pasando todos los días desde territorio soberano israelí a la Franja de Gaza, con todas las mercaderías que necesitan en dicho territorio, gobernado por los terroristas de Hamas.
Especialmente interesante es que parecería que algunas de las vacunas entregadas por Israel a Ramallah serían transferidas este miércoles a Gaza. ¿A manos de Hamas?
Al reportarse el alto porcentaje de vacunados entre los palestinos presos en Israel por su participación en atentados, nadie salió a retractarse de las condenas a Israel por la demora en empezar dicha vacunación –demora respecto a todos los presos, no sólo palestinos- sino que por el contrario, volvieron a los viejos libelos.
El órgano oficial de la Autoridad Palestina, Al –Hayat al-Jadida escribió: “Aún hay preocupación entre los prisioneros respecto a la vacuna, especialmente a la luz de la larga experiencia histórica en todo lo relacionado a la política del Servicio Penitenciario de Israel ante los prisioneros, tanto la política de abandono médico (lento asesinato) como del uso de sus cuerpos para experimentos”.
Típico de la demonización que difunde odio creando imágenes sospechosas y turbias que nadie puede demostrar pero que envenenan mentes y corazones.
Contrariamente a lo que alegaron los palestinos en su nuevo capítulo de demonización anti israelí con la pandemia-que Israel quiere matar palestinos con el virus- Israel ayudó en forma práctica con equipos protectores para los médicos, kits de testeo y capacitaciones de equipos médicos. Y al haber transferido vacunas de Moderna a Ramallah, se agregó otro eslabón.
Israel no ha hecho todo esto sólo por consideraciones humanitarias. Eso es sí parte de la ecuación , pero también de fondo está la plena conciencia que el virus no conoce fronteras ni distingue entre israelíes y palestinos y que por el bien de ambos hay que frenarlo. En este escenario, resulta especialmente chocante ver con qué facilidad cualquier situación es convertida en una tribuna de odio contra Israel.
¿Será por eso que en la AP ni especificaron que la vacunación de la Ministra se pudo concretar gracias a Israel?