Son producto del constante esfuerzo científico y tecnológico
Como es sabido, la segunda ola de la pandemia ha atacado fuerte a Israel, acompañada de numerosas críticas al gobierno por su manejo de la crisis a distintos niveles, pero esto nada tiene que ver con el gran esfuerzo científico y tecnológico que se despliega a distintos niveles para combatir el Covid-19. Universidades, centros de investigación, empresas privadas y distintas unidades de las Fuerzas de Defensa de Israel se han abocado a la búsqueda de diferentes patentes que ayuden en la lucha contra el virus, sea para la detección, la protección o la descontaminación, entre otras vertientes.
Compartimos aquí dos de las que nos parecen más interesantes.
Protegiendo espacios cerrados
Uno de los elementos más conocidos del comportamiento del virus, según se ha publicado ampliamente, es que resulta mucho más probable contagiarse en espacios cerrados que al aire libre. En realidad, eso no es una singularidad del Coronavirus. La Organización Mundial de la Salud dijo que en espacios cerrados, el aire puede contaminar 5 veces más que a la intemperie. Evidentemente, es imposible evitar totalmente estar en espacios cerrados, ante todo porque uno vive en una casa, no al aire libre. Y menos aún en tiempos de pandemia, cuando la indicación es precisamente salir lo menos posible.
En eso ha pensando el startup Aura Air, que ha desarrollado un purificador de aire capaz de matar el Coronavirus en forma casi absoluta, con una eficiencia de 99.99%. La compañía asegura que desinfecta destruyendo virus, bacterias, moho y componentes orgánicos volátiles, eliminando gases y captando cualquier partícula del aire, inclusive diminutas, de no más de 0.3 micrones.
El dispositivo funciona el aire con un sistema de 4 etapas de purificación monitoreado en tiempo real. Cada una tiene una función. El pre-filtro capta las partículas más grandes, insectos, polvo y otras partículas grandes. El segundo filtro, con componentes de carbón y cobre, es la segunda etapa y las dos últimas logran destruir las proteínas de las membranas de las células matando directamente parásitos, virus y bacterias.
“Nuestro nivel de desinfección y purificación es uno de los más altos logrados hasta ahora”, declaró el Director General de Aura Air Aviad Schneiderman, revelando que se ha realizado una prueba en el Centro Médico Sheba –Tel Hashomer y se hará otro próximamente en una escuela.
El túnel mágico
Bueno, mágico no...pero casi. Se trata de la combinación entre una tecnología ideada por dos investigadores de la Universidad de Bar-Ilan que produjeron un fuerte desinfectante y la idea que desarrolló la empresa RD Pack, de utilizar ese desinfectante en un túnel por el que gente accede a un espacio cerrado.
El túnel puede ser colocado en una gran diversidad de lugares a los que accede mucha gente: hospitales, aeropuertos, escuelas, centros comerciales, bases militares, estaciones de policía, mercados, fábricas, edificios de oficinas, paradas de autobús, estaciones de trenes y muchos más.
Sobre el desinfectante mismo, ya hemos escrito tiempo atrás, y lo puedes leer aquí.
Lo clave es que el desinfectante está basado en agua, tiene sal y pasa un proceso electroquímico que, tal como dicen en Bar Ilan, lo convierte en “cien veces más fuerte que el ácido hipocloroso pero al mismo tiempo mucho más seguro”.
Quienes lograron convertir agua corriente común en una sustancia capaz de matar virus fueron el Dr. Eran Avraham, el Dr. Izaak Cohen y el Profesor Doron Aurbach, del grupo de electroquímica en el Departamento de Química y el Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados en la Universidad de Bar-Ilan.
Y la idea de la empresa RD Pack (de la ciudad de Karmiel) de desarrollar un túnel en el que se pueda usar ese producto para desinfectar la ropa y las partes del cuerpo expuestas de quien pasa por él, completa el logro. Un prototipo ya funciona a la entrada del estadio Bloomfield en Tel Aviv. Se parte de la base que el virus permanece sobre las superficies durante cierto tiempo y puede desde allí pasar a otras, provocando el contagio.
Una pompa de agua ubicada a los costados del túnel capta cuando una persona entra y automáticamente “dispara” el desinfectante rociando a la gente durante 15 segundos, desinfectando sin causar daño ninguno. Cuando los sensores captan que el túnel está vacío, se interrumpe la acción.