¿Cómo fue tu ingreso a la política? ¿En tu familia militaban en política?
Empecé muy joven, tenía 14 años, quería involucrarme, hacer cosas, siempre me interesó entender cómo funcionaban las cosas y también conocer gente. Así me acerqué en aquel momento al grupo de jóvenes de la Lista 1 de Salto del Esc. Malaquina, que era conocido de mis padres. Y ahí arranqué con mi hermana y un montón de amigos pintando carteles, militando y discutiendo sobre todos los temas.
No provengo de una familia de políticos, ni de profesionales, ni de dinero, pero sí provengo de un hogar donde se respiraba a Batlle y Ordoñez y nos cultivaron el espíritu crítico y la libertad de expresión. Mi padre siempre me decía “vos no sos mejor que nadie, pero menos tampoco, así que deci tranquila lo que pensas”, él era un ser extraordinariamente abierto, como para llevarte de recorrida por los actos de todos los partidos, para que tuvieras oportunidad de ver y escuchar distintas ideas, después reflexionabamos todos en casa. Recuerdo cuando yo era muy pequeña estaba en la escuela y Uruguay retornaba a la democracia, mis padres siempre tuvieron amigos de todos los partidos y ellos eran colorados de distintos sectores. Mi madre de la departamental de Don Armando I. Barbieri y mi padre había sido de la lista 22. Después nos acompañaron en la agrupación que nosotros fundamos.
Contanos de tu ingreso a Vamos Uruguay y tu vínculo con Pedro Bordaberry. ¿Cómo fue?
En Salto en 2001 con un grupo de gente joven nos empezamos a reunir y en 2003 fundamos “batllistas para siempre” una agrupación departamental, eran épocas difíciles para el Partido, crisis del 2002, muchos colorados se iban del Partido y nosotros arrancamos ahí y en esa elección interna nos honró Pedro figurando como candidato a la Convención del Partido por Salto. Pedro ya se visualizaba con liderazgo por sus brillantes gestiones en varios Ministerios y en tiempos difíciles para el país. Luego va naciendo vamos Uruguay como agrupación nacional con su liderazgo y yo estuve en todo ese proceso. Me acuerdo que era edil y desde los congresos de ediles visitabamos varios departamentos conociendo a otros colorados que al igual que nosotros veían en Pedro una figura a seguir. Pero la verdad yo hasta ahí no era Pedrista, era y soy colorada. Realmente, como se lo he dicho a él en más de una ocasión, yo me hice Pedrista por verlo trabajar con esa honestidad, esa capacidad, esa mirada por encima de todo interés personal, ese liderazgo firme y comprensivo a la vez,.Está siempre atento a todo y aportar sus conocimientos con generosidad. Pedro refleja los valores que a mi me gustan de un político, para él primero está el país, no especula, por eso se lo extraña tanto y se lo va a extrañar aún más. Cuando él se fue, a mi me paso que me quedé como sin guía, porque si bien las personas pasan y los partidos quedan, también es cierto que no es lo mismo cualquier persona, a mi al menos me pasa que no me sale "abrazarme" con un candidato o con otro, creo que eso se tiene que sentir.
Desde muy joven tuviste mucha firmeza en tus decisiones, ¿cuantos años tenías cuando fuiste Secretaria General de la Intendencia de Salto?
Sí, firme como toda persona que se enfrenta muy joven a lidiar con mucho más de lo típico de la edad, no soy ni más ni menos que nadie. Yo tuve que empezar a trabajar de gurisa y mientras seguía estudiando, hacía política porque es algo que me apasiona. Así que tuve que aprender a administrar el tiempo y ser firme, es parte de la vivencia.
Yo salí Edil suplente con 25 años, con 29 fui Asesora de Juventud de la Intendencia, Edil titular con 31, con 36 asumí la diputación por Salto a la cual renuncié para asumir la Secretaría General de la Intendencia, porque teníamos un plan de gobierno y compromisos que habíamos asumido con la gente, que debían implementarse desde ahí. Con 40 salí de vuelta diputada y me retiré con 43 de lo electoral, en 2017 cuando se fue Pedro.
Contanos de esa etapa de tu vida.
Mira, yo soy una persona agradecida, tuve oportunidad de hacer, de trabajar en cargos ejecutivos y legislativos, que son muy diferentes. En la Secretaría General de una intendencia tenés muchas oportunidades de hacer cosas, de ejecutar, y en mi caso tenía en el primer cajón del escritorio el Plan de Gobierno que habíamos sometido a consideración de la gente y debíamos cumplir. En esa época me preparé en planificación estratégica y en gobiernos departamentales y el haber estado casi diez años en la Junta me permitió trabajar muy bien. Lo bravo de esos cargos es que la dedicación es tan excesiva que es difícil amalgamar todo con lo familiar, así que la administración del tiempo es vital.
¿Cómo lograste trabajar en política, ser diputada cuando no había cupos para las mujeres?
Trabajando, militando y ocupando los lugares. No hay otra manera. La cuota es una herramienta necesaria, es un medio, no un fin en sí mismo, por eso siempre hay que estar atentos. Pero además yo estoy convencida que tener la capacidad de involucrar a ambos géneros en la política es una decisión inteligente que cualquier líder inteligente del género que sea debe contemplar.
Para mi es muy obvio que sobre el mismo tema, las miradas de ambos géneros se complementan y eso enriquece cualquier decisión que se deba tomar. La sociedad debe verse reflejada en sus representantes políticos, porque la política es eso representar a otros. Por eso deben estar ambas miradas siempre. Hoy por ejemplo, en mi departamento la representación femenina se ha visto disminuida y eso que hay cuota. Porque hecha la ley hecha la trampa. Entonces no hay que engañarse de que la existencia de la cuota de género va a dar lugar a participación femenina, es sólo una herramienta necesaria. Pero para llegar, las mujeres debemos luchar, ocupar un lugar en la mesa de decisiones y encabezar las listas, lo cual muchas veces es difícil.
A la hora de formar pareja, ¿qué tiene que tener un hombre para acompañar a una mujer que hace campaña y recorre el país?
Yo tuve mucha suerte porque mi marido la verdad que me ha acompañado en todo, pero también ya me conoció militando. En cualquier relación debe primar el respeto y el entendimiento de los proyectos de vida individuales y los de pareja y familia. Como todo en la vida, me parece que no hay recetas únicas, hay que ser un equilibrista a diario para poder hacer lo que a uno le gusta y no perder lo más importante que es la familia, los amigos, los afectos, que al final del día es lo único que tenemos.
¿Qué pensas del feminismo y del rol de la mujer en la política?
Yo creo en la participación de la mujer y en la fuerza de las mujeres. Todas somos diamantes que hay que hacer brillar para sacar lo mejor de nosotras, a veces no lo podemos hacer solas y por eso es necesario trabajar en eso. En mi caso, formé parte de un grupo maravilloso de mujeres que incursionamos en política con valores y convicción, cientos en Salto, integramos redes partidarias. Hoy, ese espacio está diluido y es de los espacios que más extraño de mi alejamiento de la actividad política. Las mujeres somos una fuerza de construcción necesaria para mejorar las cosas.
¿Cómo conciliaste la labor de madre con tu carrera política? ¿Qué le podes decir a las chicas jóvenes sobre la maternidad y el trabajo full time?
Ser madre es lo que más quería y más quiero en la vida, mis hijas María Victoria y Sofía son mi vida, así que por ellas dejo todo sin dudar. Yo tuve la siguiente dicotomía y era que me decían que “lo importante no es el tiempo con tus hijos” sino “la calidad del tiempo con ellos” y yo lo creí por algún tiempo. Después me di cuenta que no es así, que la cantidad del tiempo también cuenta, así que hay que amalgamar todo. Así que mis hijas han sido parte también de mis espacios de trabajo de estudio, de recorridas por el interior, porque hay que adaptarse a todo. No soy quien para decirle a las jóvenes cómo encarar el trabajo y la maternidad, pero hay que hacer el esfuerzo y algunos días nos sentiremos bien, otros cansadas, otros culpables y otros orgullosas, pero es parte de encarar los desafíos diarios.
¿Cómo es ser mujer en el Parlamento? Hay momentos que tienen los hombres sin mujeres, cuando van a pescar por ejemplo, o cuando se juntan a tomar? ¿cómo se vive como mujer esos temas? ¿Lo llamarías discriminación o exclusión?
Bueno yo sinceramente nunca me sentí discriminada pero puede tener que ver con mi manera de ser, no suelo ofenderme con facilidad si no me invitan a algo por ahí ni me entero. Lo importante es estar en los momentos en que hay que estar para poder opinar, después que cada uno se junte con quien se sienta más cómodo.
En la actividad política para lograr la participación de más mujeres trabajamos mucho en derribar barreras culturales por las cuales muchas mujeres no se sumaban. Pueden parecer cosas sencillas, pero fueron imprescindibles por ejemplo, que las reuniones tuvieron hora de inicio y cierre, los espacios para que puedan ir con sus hijos, porque optimizar el tiempo es algo que a las mujeres nos sirve hacer para poder estar en varias cosas a la vez.
¿Cómo fue ir a la Casa Blanca invitada por Hillary Clinton? ¿Qué me podes contar de esa experiencia?
Fue en 2013, con un grupo de 17 mujeres latinoamericanas que fuimos capacitadas en un plan del gobierno de Estados Unidos y de la Secretaría de Estado de Clinton sobre liderazgo y rol de la Mujer. Esa oportunidad única de aprendizajes, fue de las vivencias más enriquecedoras que he tenido. Las conclusiones de ese viaje son: involucrar a las mujeres en cualquier actividad es una decisión inteligente. También que las mujeres no tenemos techo, podemos lograr lo que querramos pero para eso necesitamos trabajar en equipo y conseguir “socios” que entiendan y respeten nuestro potencial. Y por último que en todos lados del mundo hay problemas comunes a las mujeres y a las niñas, que no estamos solas en las luchas comunes, que siempre hay alguién que ya recorrió el camino y nos puede servir de inspiración o de mentor. En esa actividad habían mujeres de más de 100 países de todas partes del mundo, muchas con desafíos iguales a los nuestros y otras con problemas tan graves que ni nos imaginamos, desde hambre, guerras, exilio o personas mutiladas por minas. En lugares asi, nos damos cuenta que vivimos en un país con problemas y con desafíos pero que todo debería ser controlable y deberíamos estar mejor.
¿Te retiraste de la política demasiado pronto? SIento que faltan mujeres como vos en política, con tu preparación y tu coraje. ¿En algún momento pensas volver?
Te agradezco tus palabras, hay muchas mujeres valiosas. Yo me retire porque sentía que debía hacer eso y estoy muy cómoda lejos de la actividad política electoral, aunque sigo siempre con un ojo puesto ahí, haciendo mis lecturas mis análisis que a veces comparto con amigos del Partido. Yo amo la política y creo que es una herramienta fantástica de transformación social, es la herramienta adecuada para hacer cosas. Pero también soy parte de proyectos colectivos, no soy mi propio proyecto político y la verdad con la salida de Pedro del ruedo y con transformaciones en mi grupo local que yo no compartía, no sentí que era momento para continuar. A veces uno siente que no está aportando y hay que dejar el lugar a los que creen que lo van a hacer mejor no importa la edad. Como te dije creo en la política como instrumento al servicio del bien común y en los proyectos colectivos, por lo tanto me alegro de haberme ido cuando me fuí y estoy muy cómoda en la actividad privada y con mi familia. Las familias sufren mucho el acompañamiento a quienes estamos tan expuestos, la gente muchas veces cree que por diferencias ideológicas puede pasar cualquier línea y eso duele mucho. Se han roto códigos en la política y muchas veces se discute sobre las personas y no sobre ideas o sobre una gestión, creo que también el abuso de las redes sociales y las “campañas sucias” hacen daño al sistema, pero más daño a las personas y a las familias.
Recuerdo haberte visto enfrentar a la prensa cuando Coutinho en un momento desapareció que me generó una profunda admiración hacia vos, si queres nombrar ¿cómo es, en las dificiles, estar en política o cuando se esparcen rumores sobre tu vida personal?
Yo he sido dura en política discutiendo ideas, enfrentando situaciones que no me parecían justas, pero no contra las personas, no contra los adversarios, sin embargo a mi y a mi familia nos tocó vivir episodios duros en la campaña electoral del 2015. Te voy a contar una anécdota: Un día estaba trabajando en la secretaria general y me llamo mi padre, que tenia casi 90 años, me pidió que fuera, era rarísimo porque el siempre esperaba que yo fuera no me llamaba si no era urgente. Así que fui en seguida, me sentó y me dijo, "¿es verdad todo eso que están diciendo de vos? yo quedé helada porque pensé mi padre no puede dudar de mi!" le dije "NO Papá" "Bueno entonces salí y defendete, defende tu trabajo, tu apellido y a tu familia que es lo unico que tenes" y asi lo hice. Él tenía razón, hasta ahora con mi marido, mi MADRE, mi hermana y mis amigas siempre recordamos eso, porque cuando uno actúa honestamente tiene que defender su honestidad.
Gracias, Cecilia por abrir tu corazón.
Dra. Cecilia Eguiluz
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