Nota de análisis y opinión
La protesta en Israel contra la continuación de la guerra contra Hamas por considerar que no ayuda a recuperar a los secuestrados, va en aumento. No se trata únicamente de manifestaciones –que han vuelto a las calles aunque no en la envergadura de tiempo atrás- sino también de una vía singular de expresar esta postura: la publicación de cartas de militares ya retirados y de reservistas, dirigidas al Primer Ministro Biniamin Netanyahu.
El mensaje central no es oposición a la guerra en sí sino la convicción que ésta no sirve al objetivo de lograr liberar a los 59 rehenes que están en manos de Hamas, por lo cual sostienen que la prioridad debe ser que éstos vuelvan a casa inclusive si el precio a pagar es el fin de la guerra. Casi de más está recordar que eso depende más que nada de Hamas, pero se plantea la ecuación en estos términos ya que Hamas ha dejado en claro que si Israel no pone fin a la guerra, los secuestrado no serán liberados.
Los primeros en publicar una carta en este sentido fueron casi mil oficiales de la Fuerza Aérea israelí, la enorme mayoría ya retirados y aproximadamente un 10% aún en servicio de reserva.

Los siguieron reservistas y egresados de la destacada unidad 8200 del servicio de Inteligencia, de la artillería, oficiales de Marina y ex miembros del Mossad, incluyendo tres ex jefes del servicio: Dani Yatom, Tamir Pardo y Efraim Halevy. Y este lunes se agregaron nuevas cartas: de reservistas y ya jubilados de los paracaidistas y la Infantería, y también de egresados del programa “Talpiot” para jóvenes de excelencia, así como de oficiales retirados y en la reserva del cuerpo de Blindados. En total, se trata ya de varios miles de reservistas y retirados.
El tema ha desatado una nueva polémica sobre el complejo asunto del servicio militar, la libertad de opinión y la guerra.
LA REACCIÓN DEL PRIMER MINISTRO
Es ineludible detenerse en la reacción del Primer Ministro Netanyahu. Acusó a los firmantes de “querer fracturar nuevamente desde adentro de la sociedad israelí”, atribuyéndoles llamados a no presentarse a servicio, aunque absolutamente ninguno de los firmantes se manifestó en esos términos ni llamó a rehusar servir en la reserva.
El tema de la fractura interna supuestamente recurrente, se refiere al hecho que las duras manifestaciones de protesta contra la reforma judicial previas al ataque de Hamas el 7 de octubre del 2023, se considera que irradiaron a los enemigos una imagen de un Israel debilitado por la división interna y que eso los alentó. Y más que nada, cuando reservistas dijeron que no servirán en un Israel “no democrático”. Es indudable que esa situación aportó a la percepción de parte de Hamas de Israel como un país fracturado. Sin embargo, esto sucedió por la legislación que el gobierno trató de propulsar, que despertó amplia oposición en la ciudadanía, y que no cesó a pesar de las advertencias que recibió acerca del peligro que esto suponía. El entonces Ministro de Defensa Yoav Gallant advirtió al respecto y Netanyahu lo destituyó, en lugar de escucharlo. Y luego vino el 7 de octubre.
Cabe recordar además que si bien la organización de reservistas "Ajím Lanéshek", que encabezó en su momento la protesta y la advertencia que no se servirá en el ejército si el gobierno impone leyes que socavan la democracia israelí, en el momento de la verdad, el 7 de octubre, no hubo absolutamente ningún caso de reservistas que no se presentaron. Y "Ajím Lanéshek" canalizaron todas sus energías hasta ese momento abocadas a la protesta, no sólo al combate de sus miembros aún en edad de servir sino también a la organización de múltiples iniciativas solidarias en pro de la poblaciòn afectada por la masacre y el desplazamiento de las comunidades. Pero lo más notorio fue que muchos de sus miembros corrieron al sur cuando los terroristas aún estaban allí, y rescataron civiles que estaban encerrados en sus casas, antes deque llegue el ejército.
Netayahu también alegó que los firmantes son elementos con motivaciones políticas cuya agenda es quitarlo del poder. La carta, cabe recordar, sostiene que la guerra continúa por “intereses políticos y personales, no de seguridad”, con lo cual evidentemente se refieren al deseo de Netanyahu de preservar su coalición. Está claro que entre los firmantes de la carta de los pilotos, entre los retirados hay figuras claves de la protesta, convencidas de que Netanyahu debe irse. Entre ellos, el ex jefe del ejército y de la Fuerza Aérea Tte. Gral. Dan Halutz, los Brigadieres Generales Asaf Agmon y Amir Haskel, todos ellos ya retirados.

Pero la pregunta clave de fondo es si acaso la reacción del Primer Ministro, especialmente la acusación de llamado a no presentarse-algo que no está en absoluto en ninguna carta de protesta- es la oportuna en un momento como éste, con 59 secuestrados aún en Gaza tras 556 días de combate. Y si es legítimo que acuse a los firmantes de actuar “con financiación del exterior”- en un evidente intento de presentar sus motivaciones como ilegítimas, cuando en su propia oficina varios funcionarios están siendo investigados por sospecha de haber recibido dineros ilícitos nada menos que de Catar, socio de Hamas.
LA POLÉMICA DE FONDO
.El Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel Teniente General Eyal Zamir y el jefe de la Fuerza Aérea General Tomer Bar, decidieron retirar del servicio a aquellos de los firmantes que aún están en edad de hacer miluim, o sea el servicio de reserva en la Fuerza Aérea, por lo cual se los considera activos potencialmente aún antes de ser llamados a presentarse. Alegaron que un llamado como el publicado involucra a la Fuerza Aérea en un debate político y que por ende la debilita.

Aunque también esta decisión ha sido motivo de discusión en Israel y han circulado distintas notas de opinión criticando duramente al General Tomer Bar por la misma, en cierta medida es comprensible. Duele, pero se puede entender que el Jefe de la Fuerza Aérea deje en claro que oficiales aún en la reserva no pueden participar en una iniciativa de este tipo.
La otra cara de la moneda, también muy válida, es que los reservistas son ciudadanos, no visten uniforme, y tienen todo el derecho a expresar su opinión. El ex jefe de la FA, uno de los más duros críticos de Netanyahu, Tte.Gral. retirado Dan Halutz, dijo que es inconcebible que se quite a los reservistas el derecho a expresar su opinión, por ejemplo amenazándolos con quitarlos de las filas de la reserva, ya que eso significaría que unos 400.000 ciudadanos no pueden decir qué piensan de un tema tan cardinal como la guerra en curso y la necesidad de recuperar a los secuestrados.
No está de más recordar que la postura de los firmantes es la de la enorme mayoría de la ciudadanía israelí, según todas las encuestas de opinión publicadas en los últimos tiempos: hay que dar prioridad a la salvación de los secuestrados.