La Madera Insensata - Consagrando el Animal Interno - El Contador de Historias - Preparativos para Purim
No. 296
Truma
Horario de velas en Montevideo
28 de febrero 19.05
LA MADERA INSENSATA
Por Tali Loewenthal
A solas con D-os en el Monte Sinaí, Moshé aprendió los detalles de la construcción del Santuario, el Templo portatil descripto en la lectura de la Torá de esta semana. Este iba a ser el centro espiritual para los judíos, y eventualmente para todo el mundo: el lugar donde la Shejiná, la Presencia de D-os, se revelaría.
El Santuario fue construido con pesadas tablas de madera fijadas verticalmente. Cada tabla estaba sostenida en su base por dos pesados bloques de plata. La tabla se insertaba en ellos. Las tablas verticales estaban revestidas con oro y aseguradas fijamente una junto a la otra. Esas tablas formaban las paredes del Santuario, mientras que varias capas de cortinas formaban el techo.
Dentro del Santuario estaba la Menorá, la Mesa y un Altar para el incienso, todo hecho de oro. Detrás de una cortina hermosamente bordada estaba el Santo de los Santos, conteniendo el Arca de oro. Dentro estaban las tablas de zafiro con los Diez Mandamientos grabados en ellas, que Moshé trajo del Sinaí.
El Santuario construido por Moshé existió hace mucho, y en la forma del Templo será reconstruido nuevamente en Jerusalem. Pero hay también un Santuario interno, dentro del corazón de cada hombre y mujer. Los detalles del Santuario físico descripto en nuestra parashá nos ayudan a comprender cómo podemos construir este Santuario interno, para que la Presencia de D-os se revele allí también, dentro nuestro.
La madera de acacia con la que estaba hecho el Santuario tiene en Hebreo un nombre extraño. Se puede traducir como “madera insensata” (atzei shitim - Shemot 26:15).
Esto nos ayuda a comprender el propósito del Santuario, y de la vida.
Hay un nivel de comportamiento común, civilizado. Esta es la norma. Un comportamiento más bajo y cruel significa actuar de una forma más baja que lo normal: esto es insensatez. Todo pecado y mal proviene de este tipo inferior de insensatez.
Pero hay también otro tipo de insensatez, que implica ir por encima de la norma. Esto es llamado “insensatez sagrada”. A través de la fe, dedicación, devoción y amor, la persona va más allá de su nivel común. El o ella da un paso que puede ser excepcional. Imagine a una persona decidiendo ponerse tefilín todos los días, o cambiar toda su cocina para hacerla verdaderamente kosher.
El Judaísmo está basado en el poder generado por dichas decisiones. Hemos sobrevivido por miles de años por el poder de esta “insensatez sagrada”, nuestra disposición, ocasionalmente, de ir más allá de la norma de la racionalidad convencional. El salto adelante que con esto logramos redime los errores y excesos de nuestra más baja y desagradable insensatez. El mal se convierte en bien, la oscuridad en luz. Es a través de este proceso que construimos nuestro Santuario interno.
Es por este motivo que el Santuario fue construido de madera de acacia, “madera de insensatez”. A través de la búsqueda de avanzar e ir más allá de la razón común en el reino de la insensatez sagrada, transformamos nuestra insensatez tosca y mundana en algo espiritual. De esta forma revelamos la Shejiná, la Presencia de D-os. Ella ilumina el Santuario de nuestro corazón, nuestro hogar, nuestra vida y en última instancia, desde el Templo en Jerusalem, a todo el mundo.
CONSAGRANDO EL ANIMAL INTERNO
"Debes hacer el Altar [Exterior]." (Shemot 27:1)
El Altar Exterior era usado para ofrendar tres tipos de animales: bovino, ovino y caprino. Los sacrificios animales que ofrendamos en nuestros santuarios personales internos son las diversas facetas del lado “animal” de nuestras personalidades. Nuestro “ganado” interno son nuestros impulsos a ser confrontacionales, de oponernos a las directivas del lado Divino de nuestras personalidades. Nuestra “oveja” interna son nuestros impulsos a ser conformistas, a seguir la corriente en busca de comodidades porque somos demasiado débiles para afirmar nuestra naturaleza Divina. Nuestras “cabras” internas son nuestros impulsos a ser testarudos, a rechazar descaradamente cambiar nuestras nociones preconcebidas.
“Sacrificamos” nuestro animal interno al renunciar a nuestra orientación animal hacia la vida. “Salpicamos su sangre” y “ponemos su grasa” en el altar al reorientar nuestro entusiasmo (sangre caliente) y placer (grasa) hacia la Divinidad. “Quemamos” nuestro animal interno en el altar al permitir que el lado Divino de nuestra personalidad consuma nuestros instintos animales.
El hecho que el altar de sacrificios estuviese situado fuera del Tabernáculo, en el patio, nos enseña que refinar el lado animal de nuestras personalidades es un prerrequisito para entrar en el ámbito de la santidad y de la conciencia Divina, representados por el Tabernáculo mismo.
Reshimot 108.
Éxodo (Shemot) 25:1 – 27:19
Como la Torá relatará más adelante, cuando los judíos se convencieron de que Moisés no iba a bajar del Monte Sinaí, cometieron el pecado de hacer un becerro de oro. Algunos del pueblo adoraron este becerro como un ídolo; y como resultado D-os retiró Su presencia de todo el pueblo. Para restablecer Su presencia, D-os les ordenó que construyan una “casa” portátil, consistiendo de una tienda como santuario (el “Tabernáculo”), un patio alrededor y varios elementos puestos en lugares específicos dentro del santuario y su recinto. La séptima sección del libro de Éxodo comienza con la orden de D-os al pueblo judío de contribuir (Terumá en Hebreo) para la construcción de este Tabernáculo.
EL CONTADOR DE HISTORIAS
Por Tuvia Bolton
Antes de fallecer, Rabí Israel Baal Shem Tov reunió a sus discípulos, revelándole a cada uno la misión que debía cumplir. A Jaim, uno de sus alumnos, le dijo que debía ir de un pueblo a otro, relatando historias del Baal Shem Tov. Un poco desilusionado, Jaim preguntó hasta cuándo debería seguir con esto. "Te vas a dar cuenta solo," – fue la respuesta. Después de que el Baal Shem Tov falleció, Jaim comenzó a contar las historias de su maestro por todos lados donde viajaba.
Un día, cuando llegó a cierto pueblo, oyó sobre Reuven, un hombre que literalmente "pagaba" por escuchar historias del Baal Shem Tov. Jaim fue llevado a lo de Reuven y este lo invitó a que pasara el Shabat con el y le contara historias. El viernes después de la comida, Reuven y sus invitados prestaron atención a Jaim, esperando oír algunas de sus historias. Algo raro ocurrió y Jaim no recordaba ni una sola historia. Sonrojado, explicó que necesitaba descansar del viaje y que al otro día les contaría varias historias. Shabat al mediodía, sin embargo, ocurrió lo mismo. Otra vez, se disculpó y pidió otra oportunidad a la tarde. La tarde también pasó y Jaim no consiguió recordar ni una historia.
El Shabat terminó, todos se fueron y Jaim ya estaba en la estación de tren para irse, cuando de pronto ¡se acordó una historia! Excitadamente corrió hacia Reuven para contársela.
"Un día – comenzó -, acompañé al Baal Shem Tov a un pueblo a pasar Shabat. Llegamos un jueves y nos sorprendimos al encontrar el mercado vacío y desolado. Cuando preguntamos que estaba ocurriendo, nos respondieron: ¿Acaso no saben ustedes que hoy es Greena Dorneshtag (jueves verde)? ¡El sacerdote antisemita de la ciudad incita a sus congregantes y luego los manda a matar a los judíos!
Mi Rebe me miró, y me envió a decirle al sacerdote que "Rabí Israel Baal Shem Tov quería verlo". Temblando, me acerqué al sacerdote mientras daba un discurso fogoso a una gran multitud, y le di el mensaje. Muy asustado me dijo que vendría enseguida luego de su discurso.
Cuando volví al Baal Shem Tov, me dijo: "Dile que venga ahora". Esta vez, el sacerdote se excusó ante la gente y me acompañó. La historia termina que los dos se encerraron en un cuarto por un largo rato pero no se que pasó allí adentro - Concluyó Jaim.
Totalmente sacudido, Reuven dijo a Jaim, "ahora yo tengo una historia para contarte. Crecí toda mi vida como un gentil. Envejecí y me hice miembro del clero y luego me convertí en el sacerdote de esta ciudad. Sin embargo, me inquietaba un sueño donde el Baal Shem Tov me decía que soy judío y que regresara a mis raíces.
Ignoré los sueños y continué con mi trabajo. Sin embargo, ese jueves cuando usted apareció con el mensaje del Baal Shem Tov, me asusté mucho. "El Baal Shem Tov me habló y me dijo quién era yo realmente, y cuáles eran mis responsabilidades. Ahí mismo, resolví dejar la Iglesia y regresar a mi religión. Rabí Israel me dijo que cuando alguien viniese y me contase esta historia, ese sería el signo de que mi arrepentimiento había sido aceptado. Es por eso que siempre buscaba oír historias acerca del Baal Shem Tov. Cuando usted vino y no podía recordar ninguna historia, estaba destruido - mi arrepentimiento todavía no había sido aceptado. Ahora, sus palabras me trajeron alivio. ¿No me reconoces?
PREPARATIVOS PARA PURIM
Recordar
Antes de Purim viene Shabat Zajor, el Shabat del Recuerdo, cuando leemos de un rollo de la Torá en la sinagoga como los amalekitas nos atacaron con un odio sin sentido. La Torá nos exhorta a nunca olvidar este mal, y "erradicar la memoria de Amalek". Dado que Hamán era un descendiente de Amalek, hacemos esto antes de Purim. Es una obligación que viene una vez al año, asi que asegúrese de estar allí.
Ayunar
Para salvar a su pueblo del exterminio, Esther arriesgó su vida al presentarse frente al rey sin permiso. Pero primero les pidió a los judios que ayunen con ella durante tres días. Más tarde, cuando los judíos enfrentaron a sus enemigos en el dia anterior a Purim, nuevamente decretaron un dia de ayuno y plegaria.
Es por esto que tenemos el "Ayuno de Esther" el día anterior a Purim. Si Purim cae un domingo, el ayuno se realiza el jueves anterior.
Ayunar el fácil. Si usted es saludable y ya tiene la edad de bar o bat mitzvá, no coma ni beba desde el alba al anochecer.
Detalles técnicos:
- No ayune si está embarazada o amamantando. Si esta enfermo, consulte con un rabino. Pero incluso si está exemto de ayunar, evite los aperitivos y los dulces.
- Se puede levantar antes del alba y comer algo, en la medida que haya tenido esto en mente antes de ir a dormir.
- Intente ir a la sinagoga para los servicios del día. Tanto durante las plegarias de la mañana como de la tarde agregamos plegarias especiales de dias de ayuno, y leemos de la Torá.
Medio Shekel
En la tarde del Ayuno de Esther, o antes de leer la Megilá, damos tres monedas de denominación de un medio, por ejemplo tres monedas de medio dolar, para caridad. Representan el medio shekel que cada judío contribuía anualmente al Templo.
En muchas sinagogas se ponen platos con medios dólares de plata, de forma que todos puedan comprarlos para usarlos para observancia de esta costumbre. Muchos dan tres medios dólares por cada miembro de su familia.
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