Entrevistas

La joven colombo-israelí Rebeca González de Bohbot espera el regreso de su esposo secuestrado

“Me quedó con la promesa que me hizo: que va a volver”

Rebeca González (33), se enamoró del Judaísmo aún antes de conocer al joven judío Elkaná Bohbot que años después se convertiría en su esposo y padre de su hijo Reém, hoy de cuatro años y medio. Visitó Israel, aprendió hebreo, estudió y se convirtió al Judaísmo , y al decidir radicarse en el país, empezó un capítulo singular de su vida que la colmó de felicidad.

 

 

Hasta el sábado 7 de octubre. 

Aquel día oscuro, su esposo Elkaná estaba trabajando en el festival de música NOVA cercano al kibutz Reím, próximo a la frontera con la Franja de Gaza, cuando numerosos hombres armados de Hamas irrumpieron al lugar y cometieron una masacre que cobró la vida de aproximadamente 400 personas. En total, 1200 personas fueron asesinadas ese día en el sur de Israel por Hamas. Decenas fueron secuestradas del festival NOVA . Elkaná entre ellos.

 

Tras su secuestro, previa intervención de su esposa Rebeca, nacida en Colombia, el Presidente Gustavo Petro-con quien Rebeca se reunió- decidió concederle la ciudadanía colombiana.  Rebeca está en contacto con las autoridades nacionales de su país natal, con la esperanza que eso ayude a su liberación. Y no tiene dudas: todos deben ser liberados, y su esposa Elkaná, que sufre de asma y sufrió duros golpes en la nariz durante el secuestro, debe ser considerado un caso humanitario, aunque en Israel se comenta que a esta altura, tras casi 500 días de cautiverio, todos son ya humanitarios. 

A ello se agrega-Rebeca está convencida de ello- el hecho que Elkaná es padre de un niño pequeño y que los derechos internacionales de los niños determinan claramente que deben poder crecer con sus padres.

Este es el testimonio de Rebeca, que nos recibe en su casa en Mevaseret Tzion cerca de Jerusalem y  abre su corazón.

La entrevista original la realizamos para el diario El Tiempo de Colombia.

 

 

P: Rebeca, tu esposo es uno de los secuestrados que no está en la lista de los que deben ser liberados en el marco de la primera parte del alto el fuego. Quisiera ir al principio y preguntarte cómo te enteraste de algo tan duro como el hecho que Elkaná  estaba secuestrado?

R: El 7 de octubre fue un día de gran incertidumbre. Nadie entendía lo que estaba pasando, era como una película de terror. Yo me enteré por medio de uno de sus amigos, Roy, que me llamó al mediodía y llorando me decía que fuera fuerte. Lloraba y lloraba y yo me imaginaba que tenía a mi esposo muerto a su lado allí en Nova. Le pedí que me diga qué había pasado y finalmente me dijo que Hamas había subido a Telegram un video con secuestrados. Me lo mandó y allí vi claramente a mi esposo, con sus ojos azules, asustado, enojado, en shock. Sus prendas estaban desgarradas. Estaba con otros cuatro hombres en una habitación oscura. Entendí que mi esposo estaba secuestrado. 

 

P: Ni sé cómo preguntarlo….¿qué sentimiento embarga el corazón en ese momento?

R: Nosotros  pensábamos al principio, al ver que había mucha gente desaparecida, que era algo que iba a durar dos semanas, máximo un mes, y los iban a traer de vuelta. Hay muchos momentos de todo este tiempo, que no recuerdo. No sé si comí, no sé cómo me levanté de la cama, no sé quién vino a cuidarme. Hubo cosas que hice automáticamente. Es un profundo dolor saber que a mi esposo  en este momento le están lastimando, le están haciendo daño. Pasaron  muchas cosas por mi mente pero me dije que Dios él va a regresar, que tiene que haber una razón por la que se lo llevaron con vida y no lo mataron en ese instante.

Y está claro que para mí saber que está con vida es la esperanza, porque sé que lo voy a volver a ver. El secuestro no es irreversible como la muerte. Pero claro que también hay mucha incertidumbre, si va a volver, si no, si va a resistir todo este tiempo. 

 

P: Lo duro, claro está, no es sólo no tenerlo con ustedes sino saber que está pasando una experiencia muy dura.

R: Sin duda. Si él sigue con vida y si él está allá, está pasando por la prueba más grande de su vida, la estamos pasando todos. Pero está la fe de que él va a volver. Y no puedo rendirme, tengo que estar fuerte.

 

P: ¿No hay días en los que sientes que se pierde la fuerza de luchar y esperar tanto?

R: Hay días en los que me despierto y no quiero seguir en esta lucha, en los que me pregunto cuándo uno puede soportar. Pero si esta es la lucha que me toca, la seguiré luchando. No me voy a rendir hasta que mi esposo vuelva.

 

P: ¿Durante todos estos meses has recibido alguna señal de vida de Elkaná?

R: La señal de vida real es el vídeo de Elkaná y otros secuestrados, en Gaza. Pero además  en junio fueron rescatados por el ejército cuatro secuestrados en un operativo especial-Noa Argamani, Andrei Kozlov, Shlomi Ziv y Almog Meir Jan- y resulta que Almog aparecía también en aquel video. Así que cuando volvió a Israel nos contó lo que pasó ese día, dónde los encontraron, detrás de arbustos en los que se habían escondido. 

Nos contó que los dejaron encerrados en la habitación unas dos horas, que todos estaban en shock. Y que luego se los llevaron, los separaron y los grabaron aparte. 

 

La mañana del secuestro

P: Aquella mañana  ¿Elkaná alcanzó a enviarte algún mensaje?

R: Te diré que mi suegra habló con Elkaná cuando al levantarse y prender el noticiero, entendió que estaba ocurriendo un problema de seguridad en la zona en la que él estaba, de la fiesta.  Elkaná le respondió que todo estaba bien, que había un problema de seguridad por el cual estaba ayudando a personas a salir del lugar, que todo iba a estar bien. Le transmitió mucha seguridad. Mi suegra decidió despertarme, me llamó, me dijo que había lanzamiento de numerosos misiles hacia la zona de la fiesta en la que estaba Elkaná. Prendimos el noticiero y fue justo en el momento cuando mostraban las camionetas blancas que salían de la franja de Gaza y entraban al  territorio de Israel. 

 

P: Me imagino tus nervios…Y allí trataste de comunicarte con Elkaná.

R: Así es. Me contestó tranquilo, no había ruido de fondo. Para mí que en ese momento, él ya estaba en situación de escape o ya estaba escondido. Me dijo que estaba ayudando a otras personas a salir de allí. No me dijo que había heridos ni muertos. Me dijo que está arreglando todo, que está terminando allí todo y va a estar todo bien.

Le dije “escúchame bien, no solamente son misiles, ... hay un ejército de Hamas en camionetas en la zona”. Y él me dijo “yo te prometo que yo voy a volver”.Ya eran más de las 8 de la mañana.

P: A esa hora él seguramente ya sabía eso porque Hamas llegó a Nova mucho antes. 

R: Así es. Él ya estaba escondido, porque había silencio. Yo recuerdo que no había ruido de fondo, así que cuando habló conmigo ya estaba escondido. Si pudiera devolver el tiempo hacia atrás, le hubiera dicho, entiérrese. Quédese ahí por mucho tiempo para que no lo encuentren, pero él hablaba con tanta seguridad…Y después yo pensé si de verdad me estoy despertando, no reaccioné quizás debidamente en el momento. Pero esa promesa que Elkaná me hizo, la llevo conmigo todos los días: que él va a volver.

 

 

Su hijo lo espera y lo necesita

P: Un tema muy importante es recordar que ustedes tienen un hijo pequeño, Reem, de cuatro años y medio. ¿Cómo lidias tú con esta situación? 

R: Él siente la ausencia de su papá. Eso está claro. Te diré que al principio, el primer mes, no quería decirle que su papá está secuestrado.   Como todo era muy reciente, de pronto decirle algo tan fuerte y que a la semana ya trajeran a su papá, pensé que era mejor que no. Pero después mi sicóloga me dijo que el niño no está viendo la guerra en el noticiero, sino que  él es víctima de la misma y tiene todo el derecho de saber dónde está su papá. Así que mediante un juego, como una obra de teatro, le fuimos explicando. Le mostramos que papá se levantó a trabajar, se levantó de la cama, cogió el carro, se preparó su café, se fue al trabajo y mientras estaba trabajando, llegaron personas que no son buenas y se lo llevaron. Esa fue toda la historia que le dijimos.

 

P: Qué situación tan difícil…

R: Para un niño no hay línea de tiempo. Mi niño me dice “mamá, mi papá se fue y yo era un bebé”. Y yo digo…han pasado casi ya 16 meses y su papá no está acá. Cuando mi esposo se fue, mi niño no hablaba todavía. Con tres años y medio, mi niño se devolvió a hablar, porque escuchaba dos idiomas. Yo le hablo en español pero claro que también le hablan en hebreo. Ahora puedo tener con él una conversación entera en hebreo.

 

P: Tuvo que madurar, entender que el tiempo va pasando. 

R: Exacto. Mi esposo está encerrado, pero el tiempo sigue, sigue pasando.  Y el niño sigue esperando para que su papá vuelva. Se le ha explicado la razón por la que su papá no está, por la que mamá está triste y la razón porque el abuelo y la abuela están tristes. Y hay que validar todo sentimiento del niño. Hay que explicarle todo. Así que siempre que en todo este tiempo hay días en los que el niño está bien, hay días en los que el niño dice quiero a mi papá, llora por su papá, quiere que su papá vuelva, su deseo es el deseo de reír, quiero el regalo más grande, quiero a mi papá, quiero a mi mamá.

No está pidiendo el juguete, no está pidiendo el carro, está pidiendo a su papá. En los dibujos del GAN, el jardín de infantes,  él pone la casa donde está su papá, el más grande, también a su mamá y a sí mismo. Y en el dibujo, el papá está dentro de la casa.

 

P: ¿Qué cosas te ha dicho Reém que te indique cómo vive todo esto?

R: A veces se despierta y solamente habla del papá. Recuerda, mi papá ama el picante, a mi papá le gusta bañarse con agua caliente. Mi papá... Mi papá... Recuerda adonde salió con él, adónde fue. Recuerda mucho a su papá, siempre lo trae todo el tiempo. Mi papá, mi papá, mi papá. Pero hay días en los que me dice “mi papá no volvió”. Y yo le vuelvo a explicar todo, vuelvo a abrazarlo, le digo que yo también lo extraño, que yo también quiero a papá. Le doy prioridad a que suelte y que libere también ese sentimiento del dolor, ese sentimiento de que lo extraña, de que lo espera, porque que hable de él, significa que está esperando a su papá.

 Ha pasado mucho tiempo. Mucho tiempo que hemos perdido de estar junto a él. Y Elkaná ha perdido mucho tiempo de ver crecer a su hijo.

 

La esperanza en el alto el fuego

P:  ¿Te preocupa pensar que no se pacte una segunda etapa del alto el fuego? 

R: Lo que yo ya quiero es estar con mi hijo acá y decirle “ahí está papá, te prometí que papá iba a volver”. Y quiero decirle “ve a correr a verlo”. El  vas a ser  el primero que va a abrazar a su papá. Así debe ser, porque él, este niño de cuatro años y medio pasó  de ser mi hijo a ser mi maestro y me enseña todos los días qué es realmente la esperanza y yo digo en qué momento como seres humanos permitimos dejar pasar las cosas y no luchar más por ellas. Él es la lucha. Él es la razón. Y  Elkaná va a ser nuestro héroe. Mi esposo va a estar escrito en los libros de historia junto a todos los que estén, porque son verdaderos héroes. Pero volviendo a Israel.

Ana Jerozolimski
(24 Febrero 2025 , 09:51)

Ultimas Noticias Ver más

Esta página fue generada en 0.1005189 segundos (8918)
2025-02-24T13:27:08-03:00