Fotos: Fuerzas de Defensa de Israel
Es bastante común que las noticias circulen en los medios en forma simplista y que se presente lo más notorio sin explicar el trasfondo, de modo que conduce a conclusiones equivocadas. Y eso, no necesariamente cuando hay una intención explícita de distorsionar la realidad. La situación en el sur de Líbano desde la entrada en vigencia del alto el fuego entre Israel y la organización terrorista Hezbolá-aunque fue firmado de hecho no con ésta sino con el gobierno libanés- es un ejemplo claro.
Por un lado, han sido recurrentes los informes sobre ataques militares de Israel a diferentes blancos en el sur del Líbano. También este domingo por la noche-de hecho ya comienzo de lunes en Israel- se reportó sobre ataques a varios puntos simultáneamente. Y un comunicado del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel confirmó que algunos de los blancos atacados habían sido un lanzacohetes, una infraestructura militar y rutas a lo largo de la frontera entre Siria y Líbano que estaba siendo usada para hacer llegar armas a manos de Hezbolá.
Por otra parte, salvo un incidente puntual el 2 de diciembre, no ha habido en los últimos aproximadamente 45 días informaciones sobre lanzamiento de misiles, cohetes y drones desde territorio libanés hacia Israel.
Si no se explica la situación en detalle, la primera impresión sería que Israel viola el alto el fuego mientras que Hezbolá lo cumple. Pues la realidad es otra.
Israel dejó en claro de antemano, en las negociaciones para lograr un alto el fuego, que éste no incluiría únicamente los disparos en sí sino todo movimiento militar de Hezbolá que apunte a rearmarse, organizar sus infraestructuras o trasladar armas y cohetes-por dar sólo algunos ejemplos- así como también volver a instalarse en aldeas sud-libanesas que bajo la apariencia de sitios civiles, constituían de hecho enormes depósitos de misiles y comandos de guerra, prontos para atacar la Galilea.
Pues han sido numerosos los casos en los que todo eso ocurrió, aunque no haya habido disparo de misiles hacia las comunidades del norte de Israel, y es ante eso que reacciona Israel. Según los comunicados militares, antes de lanzar los ataques en cuestión, Israel informó sobre las amenazas detectadas al mecanismo contralor creado para el alto el fuego, en el que participan Estados Unidos y Francia, ya que la prioridad sería que el ejército de Líbano se ocupe de neutralizar las amenazas en cuestión. Cuando no lo hace, Israel entra en escena.
En las últimas semanas, han sido numerosos los sitios en los que Israel halló enormes cantidades de armas y hasta lanzacohetes prontos para ser usados, atacando numerosos blancos de infraestructuras militares de ese tipo.
Este es el trasfondo del hecho que hace ya varios días se da a entender claramente-y parece que Israel ya lo ha notificado inclusive a Estados Unidos- que el ejército israelí no se retirará totalmente del sur libanés al cumplirse los 60 días pactados para ello. Mucho dependerá de la rapidez con que el ejército de Líbano entre en escena realmente, tal cual se comprometió Beirut, para frenar a Hezbolá.
Formalmente, la explicación israelí es clara, según se la ha planteado en un comunicado del portavoz militar tras los ataques de este domingo después de medianoche local: “Las Fuerzas de Defensa de Israel continúan actuando para remover cualquier amenaza al Estado de Israel e impedirá cualquier intento por parte de la organización terrorista Hezbolá de reconstruir sus fuerzas, de acuerdo a los entendimientos del alto el fuego”.