Fotos: Andrés Aksler
El 26 de diciembre, la Plaza Trouville fue el escenario del ya clásico encendido de la menora pública organizado por JabadUruguay, una tradición que lleva casi 40 años iluminando Montevideo.
La ceremonia arrancó con el encendido del shamash (la vela piloto) a cargo del gran comunicador uruguayo Robert Rocha. Después, el honor de encender la primera vela y recitar las bendiciones fue para Idan Pitel, un jayal uruguayo exalumno del Rambam Day School, que lo hizo acompañado por el Rabino Mendy Shemtov. Para la segunda vela, fue el turno del Contador Jorge Silberberg.
La plaza estuvo llena de alegría y cosas ricas: había sufganiyot (esas donas que son una bomba de felicidad), menorot, velas, monedas de chocolate, el clásico juego de Januká y, obvio, Januká gelt para los más peques. Todo esto con música y un ambiente súper festivo.
En el encendido de la janukiá, también hubo un momento especial para pedir por el bienestar de los rehenes y la pronta vuelta a casa de los soldados que están dando todo por la seguridad de Israel y del pueblo judío en el mundo.
Dato importantísimo: este año se celebran 50 años desde que Jabad empezó a instalar menorot públicas en todo el mundo. La primera fue levantada en Filadelfia por el Rabino Abraham Shemtov, emisario del Rebe. Hoy, hay más de 15.000 menorot públicas iluminando ciudades por todo el globo.
El mensaje detrás de estas menorot es claro: no alcanza con iluminar nuestras casas; también hay que llevar esa luz a las calles, compartiendo los valores y la energía de la Torá allá donde estemos.
Para reflexionar un poco: el segundo día de Januká nos enseña que siempre podemos sumar más luz. Si ayer encendimos una vela, hoy encendemos otra y seguimos iluminando. Es una invitación a no conformarnos con lo que logramos ayer, sino a crecer día a día. En la vida diaria, esto significa dar más, estudiar más, hacer más mitzvot y así transformar el mundo, un poquito más cada día, de oscuridad a luz total.
¡Januká Sameaj!
