En base a todos los estudios médicos realizados a los secuestrados que fueron liberados de Gaza en noviembre del 2023 en el marco del alto el fuego con la organización terrorista Hamas, del seguimiento tanto físico como emocional, sicológico, hecho desde entonces, el Ministerio de Salud de Israel elaboró un duro informe que presenta a las Naciones Unidas. Se trata de Alice J. Edwards, Relatora Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Cabe recordar que fueron secuestradas de Israel 251 personas, de las cuales el 91% eran civiles. El 62% de los secuestrados eran hombres y el 38% mujeres. Había 19 niños de entre menos de un año (Kfir Bibas, que tenía menos de 9 meses) y hasta 11 años. También 16 menores de entre 12 y 17 años.
El grupo más grande era de adultos de entre 19 y 59 años, 157 en total. También 38 mayores de 60, entre ellos varios en la tercera edad. En el caso de 25 personas, cabe suponer que ciudadanos extranjeros, no se determinó la edad.
Todo esto se refiere a lo sufrido por los secuestrados que estuvieron en manos de los terroristas durante aproximadamente 50 días hasta que regresaron a casa. Es imperioso recordar que otros 100 secuestrados siguen ahora en Gaza, estimándose que por lo menos algunas decenas están vivos, y que transcurrieron ya 450 días desde su secuestro, lo cual no puede menos que haber agravado la situación de todos. Entre los 100 aún en Gaza, hay dos niños de 1 y 5 años (los hermanos Bibas) y varias mujeres jóvenes, por cuyo destino se ha temido en especial todo este tiempo, además de varios hombres de avanzada edad de quienes no se supo nada desde su secuestro o desde hace muchos meses. Hay jóvenes con enfermedades crónicas identificadas y diagnosticadas claramente.
Este informe no es un mero resumen. Es un llamado de alerta. Y más que nada, ´deriva del mismo un acta de acusación. No sólo contra los terroristas sino también contra la propia ONU que no ha hecho nada y que ha optado por acusar reiteradamente a Israel.
A continuación, reproducimos la mayor parte del informe.
Violencia física y sexual contra hombres, mujeres y niños
Las mujeres, hombres y niños que regresaron del cautiverio informaron que sufrieron graves abusos físicos y sexuales, como palizas, aislamiento, privación de alimentos y agua, marcas a fuego, tirones de pelo y agresiones sexuales. Además, algunos de ellos informaron que los captores los agredieron sexualmente o los obligaron a desvestirse.
Tortura mediante la negación de tratamiento médico o la causa intencional de dolor durante el tratamiento
1. A los rehenes se les negó tratamiento médico por lesiones agudas causadas durante el 7 de octubre y posteriormente, además de por afecciones crónicas no tratadas. Las fracturas, heridas de metralla y quemaduras fueron tratadas de manera inadecuada, lo que provocó complicaciones que requirieron cirugías adicionales, que podrían haberse prevenido con la atención adecuada. A su llegada a Israel, se les brindó a los secuestrados que regresaron tratamiento intensivo.
2. Los captores también torturaron a los heridos, realizándoles procedimientos dolorosos sin anestesia.
3. Muchos rehenes también sufrían de enfermedades crónicas no tratadas (por ejemplo, insuficiencia cardíaca, diabetes, hipotiroidismo), lo que provocó un deterioro médico grave a corto plazo, como presión arterial baja, bradicardia e hipotermia. En un caso, un rehén murió por complicaciones médicas no tratadas. Además, varias mujeres mayores necesitaron tratamiento urgente para salvar sus vidas debido a hipertensión e hipotiroidismo no tratados.
Hambruna, mala nutrición y reclusión de rehenes en duras condiciones sanitarias
4. Aproximadamente la mitad de los rehenes devueltos describieron haber sido deliberadamente privados de comida durante su
cautiverio. Se les dio una dieta pobre, lo que a menudo los llevó a un hambre que empeoró con el tiempo. Además de una nutrición inadecuada, se los mantuvo en espacios oscuros, lo que aumentó el
riesgo de deficiencia de vitamina D. Esta desnutrición resultó en una pérdida de peso promedio de 8 15 kg (10-17% del peso corporal), y los niños perdieron un promedio del 10% y, en un caso extremo, una niña perdió el 18% de su peso corporal.
5. Una mala nutrición puede provocar sarcopenia, un retraso en la recuperación de heridas y fracturas y un debilitamiento del sistema inmunológico. La desnutrición también afectó negativamente a la función cognitiva y la salud mental y, en el caso de los niños, puede obstaculizar el desarrollo y el crecimiento.
6. Los captores intentaron mejorar la apariencia y el peso de algunos de los rehenes antes de liberarlos. Aquellos que recibieron alimentos en exceso antes de regresar a Israel corrían el riesgo de sufrir síndrome de realimentación y desequilibrios electrolíticos como hipocalemia, hipomagnesemia e hipofosfatemia, en particular entre los rehenes de edad avanzada. En casos con antecedentes médicos complejos, estos trastornos electrolíticos pueden poner en peligro la vida. Además, a los rehenes se les negaron medicamentos esenciales y tratamiento para sus lesiones, lo que condujo al riesgo de trastornos metabólicos generalizados.
7. La mala calidad de los alimentos y del agua, combinada con las condiciones insalubres, provocó un aumento de la morbilidad entre los rehenes. Muchos sufrieron diarrea, dolor abdominal y, a veces, estreñimiento. Tenían acceso limitado a las duchas y regresaron con infecciones de la piel, incluida dermatitis.
8. Se detectaron infecciones en los cultivos del hospital (Clostridium, Salmonella, Vibrio, Shigella, Giardia, E. coli). A algunos se les diagnosticó fiebre Q. Dos de los secuestrados que regresaron sufrieron un caso agudo de la misma. Varias de las mujeres mayores desarrollaron trombosis venosa profunda debido a la edad, afecciones médicas preexistentes sin medicación y falta de movilidad durante el cautiverio.
Abuso psicológico de los rehenes
9. El secuestro de niños, mujeres, hombres y ancianos de sus hogares es un hecho traumático, que suele ocurrir después del asesinato de familiares o amigos cercanos. En algunos casos, los niños fueron secuestrados sin sus padres o después del asesinato de sus padres. Los terroristas causaron una destrucción generalizada, ya que los rehenes presenciaron cómo quemaban sus casas y cómo se producían violaciones y saqueos en sus comunidades. Los cautivos fueron transportados a Gaza en vehículos abiertos, a menudo junto a los cadáveres de los asesinados.
Durante el viaje sufrieron palizas, humillaciones y violencia verbal, física y sexual.
10. El cautiverio tenía por objeto torturar psicológicamente a los rehenes, quebrarles la moral y hacerlos más fáciles de controlar. Su cautiverio estuvo marcado por un intenso trauma: separación de la familia, inmovilización, traslados arbitrarios y frecuentes y exposición a más violencia. Algunos cautivos presenciaron el asesinato de otros cautivos, lo que profundizó aún más su sensación de impotencia y desesperanza.
11. Durante su cautiverio, los rehenes fueron sometidos a menudo a aislamiento, condiciones sanitarias deficientes, grave negligencia médica, falta de sueño, inanición, abuso sexual, violencia, amenazas y lavado de cerebro a través de medios de comunicación diseñados para quebrantar su espíritu y hacerlos sumisos.
12. Los equipos médicos y psicosociales que trataron a los rehenes devueltos informaron de graves consecuencias para su salud y bienestar. Muchos mostraron cambios bruscos de humor, y algunos mostraron signos de hipomanía al regresar, seguidos de una depresión extrema solo unas horas después. Incluso aquellos que parecían fuertes al principio mostraron dificultades para adaptarse a la realidad, a veces experimentando episodios disociativos.
13. Algunos rehenes devueltos tenían ansiedades paranoides, temiendo represalias contra sus seres queridos que aún estaban
cautivos si hablaban de sus experiencias. La incapacidad de compartir su trauma con factores terapéuticos, hizo más difícil procesarlo.
14. Los rehenes que han regresado han estado experimentando la "culpa del superviviente", sintiéndose responsables de haber sido rescatados mientras sus seres queridos permanecen en Gaza. Esta culpa retrasa su regreso a la rutina y la rehabilitación. Algunos desean volver al cautiverio para ayudar a los que han quedado atrás, sintiendo que no están "rehabilitados" mientras sus seres queridos sigan allí. La preocupación por los que quedan es insoportable para ellos y sus familias.
15. Muchos de los rehenes que regresaron experimentan miedo, inquietud, desapego emocional y confusión. Algunos tenían miedo de salir de sus habitaciones, incluso en las áreas protegidas del hospital. Lucharon por dejar atrás comportamientos del cautiverio, como apenas comer y descuidar la higiene. Otros acaparaban comida, temiendo no tener suficiente para el día siguiente,a pesar de saber que esto era irracional.
16. Los rehenes que regresaron también informaron sobre pesadillas severas y privación del sueño, tratando de evitar repetir las pesadillas. Algunos experimentaron desconexión de la realidad, luchando por aceptar su presencia en el hospital israelí como algo real, en lugar de un sueño del cautiverio. Evitaron todo lo que les recordara sus experiencias traumáticas, incluidos ciertos alimentos.
17. La mayoría de los rehenes que regresaron no tenían un hogar al que regresar y, al llegar a Israel, se enteraron de la muerte de familiares y amigos, la destrucción de sus hogares y el colapso de sus comunidades. Muchos se encontraron sin el apoyo que tenían antes, lo que ha dificultado considerablemente su recuperación y rehabilitación. Esto se ve agravado por la permanente sensación de amenaza, ya que el alto el fuego se ha derrumbado y ellos siguen sufriendo disparos con cohetes desde Gaza y la guerra en el frente norte.
18. Los equipos médicos y psicosociales creen que los rehenes que han regresado necesitarán recursos sustanciales y un tratamiento personalizado para tener éxito en su rehabilitación y reintegración. Está claro que mientras no se libere a los que aún están en cautiverio, la rehabilitación e integración de los rehenes que han regresado no se llevará a cabo de manera óptima, si es que se lleva a cabo.
ANEXO 1
No se revela la edad ni el género de los niños para proteger su identidad
1.Dos de los niños que estuvieron juntos durante el cautiverio informaron que los mantuvieron atados y los golpearon durante todo el tiempo que estuvieron en cautiverio. Se encontraron señales de ataduras, cicatrices y marcas que coincidían con traumas.
2.Además, dos niños pequeños tenían marcas de quemaduras en las extremidades inferiores. Un niño afirmó que las quemaduras fueron el resultado de una marcación deliberada con un objeto caliente. Tanto el niño como los adultos que estaban con él en cautiverio describieron el incidente como un evento de marcación intencional, no un accidente. Fue descrito como una experiencia extremadamente traumática.
Casos de violencia física y sexual contra mujeres y hombres
3. Una de las rehenes que regresaron describió haber sido atacada sexualmente a punta de pistola por un terrorista de Hamás. En varias ocasiones, los captores obligaron a mujeres de todas las edades a desvestirse mientras otras, incluidos los captores, observaban. Algunas mujeres informaron que los captores las agredieron sexualmente. Además, algunas mujeres informaron que las ataron a camas mientras sus captores las miraban fijamente.
2. Otra mujer, herida durante el ataque, estuvo recluida en un lugar de aislamiento oscuro durante 30 días, atada e incapaz de moverse. No tuvo contacto con el mundo exterior, recibió una cantidad inadecuada de comida y agua y no recibió tratamiento para su lesión. Otras mujeres también denunciaron haber sufrido inanición y malos tratos por parte de sus captores.
3. Los hombres sufrieron graves abusos físicos, como inanición continua, palizas, quemaduras con hierro galvanizado (marcas a fuego), tirones de pelo, confinamiento en habitaciones cerradas con una cantidad limitada de comida y agua, aislamiento con las manos y los pies atados,y negación del acceso al baño, lo que los obligaba a defecar sobre sí mismos.