Hace ya aproximadamente una semana que los islamistas sunitas opuestos al régimen central de Damasco lanzaron un sorpresivo ataque a tropas del ejército sirio y comenzaron a avanzar prometiendo “liberar” el país. La sorpresa no ha dejado de acrecentarse, dado el rápido ritmo de avance de estos elementos jihadistas, que en pocos días conquistaron el distrito de Alepo, la segunda ciudad de Sira que constituye su principal centro industrial y comercial, el distrito de Idlib, también Hama-la cuarta ciudad del país- y se encaminan hacia Homs.
Esta situación es dramática dentro de Siria, peligrosa para el régimen del presidente Bashar el-Assad , pero también para Israel. Este es al parecer el trasfondo de la reunión de urgencia del gabinete del Primer Ministro Netanyahu.
Un primer pensamiento podría ser que todo lo que precipite el desmoronamiento del régimen sirio sería bienvenido ya que es una pieza clave en el eje chiita encabezado por Irán, que financia y arma a los peores enemigos de Israel. El problema es que la alternativa, los jihadistas que combaten a Assad, no son demócratas amantes de la libertad y de Sion sino extremistas islamistas, tan fanáticos como Irán y Hezbolá, pero del otro lado del Islam, el sunita.
En un sendo análisis escrito en la página digital Ynet el gran comentarista de asuntos militares Ron –ben Yshai señaló que hay tres peligros principales para Israel que derivan de la situación actual.
El más inmediato es que en el continuo avance de las fuerzas sunitas radicales , estos elementos logren tener bajo su control armas estratégicas de importancia , misiles de diferentes tipos y hasta instalaciones como las del complejo industrial militar en la zona de a- Safira no lejos de Alepo, donde fabrican misiles con tecnología iraní y podría haber inclusive armas no convencionales guardadas por Assad para cualquier eventualidad. Ben Yshai no descarta en absoluto que estos elementos radicales ya tengan esas armas en su poder, y que en algún momento, las usen contra Israel.
Otro peligro es que Irán y Hezbola, a pesar de su debilitamiento , envíen tropas a Siria para defender al régimen de Damasco y que eso constituya una nueva base de instalación iraní en Siria, algo que Israel está combatiendo hace años pero que de intensificarse podría ser una complicación. Lo mismo con las milicias chiitas pro iraníes que operan según la línea de Teherán, y que ya han sido un problema para Israel.
Y por último-por ahora- existe en el horizonte también en peligro que el régimen sirio caiga, que los insurgentes sunitas tomen control del país y que con eso Siria se convierta en otro estado fallido como Yemen, al que se pueda dominar en forma total de acuerdo a los designios de Irán, que se instalaría sin demora en la frontera siria con Israel y agravaría todos los fenómenos que existen también hoy.
Esto, en el análisis certero de Ron Ben Yshai.
Cuando estalló este nuevo capítulo en Siria, con extremistas de un lado y de otro enfrentados, se oyeron en Israel voces- no oficiales sino en la opinión pública- augurando a ambas partes que tengan éxito, una forma sarcástica de decir que los extremistas se maten entre ellos y así no pueden dedicarse a atacar a Israel. Suena interesante pero no es muy realista. En cualquier momento, el odio anti israelí se puede imponer y los logros que un bando consigue a expensas del otro pueden ser canalizados contra Israel.