Entrevistas

David Stav, rabino ortodoxo, con 9 hijos y yernos en los frentes de combate

Critica duramente la actitud del sector haredí contra el servicio militar

El Rabino David Stav , rabino de la ciudad de Shoham, que se identifica como "ortodoxo moderno", encabeza la organización llamada “Rabanéi Tzóhar” compuesta por aproximadamente 800 rabinos ortodoxos identificados con el sector de la población (no el partido), conocido como Sionismo Religioso. El declarado objetivo de Tzóhar es tender puentes entre los ciudadanos religiosos y los seculares en el país y también hacer accesible a todos las tradiciones y costumbres judías.

Conversamos con él hace pocos días. Comparte con nosotros su vivencia en este año de guerra en Israel y su visión del tema del no enrolamiento del grupo de los jóvenes ultraortodoxos al servicio militar obligatorio, un tema que lo exaspera y le parece contrario a la esencia misma del Judaísmo. De fondo está la emisión gradual desde este domingo 17 de noviembre de 7.000 órdenes de reclutamiento a jóvenes ultraortodoxos, por orden del Ministro de Defensa anterior Yoav Gallant, que su sucesor Israel Katz decidió mantener. El proceso llevará meses. Las primeras 3.500 serán enviadas en los próximos tres o cuatro meses. El sector más radical en la sociedad haredí ha manifestado en contra del reclutamiento y la decisión de combatir las órdenes es enfrentada a distintos niveles. Mientras tanto, en el terreno, soldados siguen cayendo en la lucha por la defensa de Israel.

Rabino David Stav (Foto: captura de pantalla de YouTube, seminario Tikva)

 

P: Rabino David Stav, hace algo más de un año, antes de Iom Kipur (el Día del Perdón) 2023, lo entrevisté sobre la polémica en Israel a raíz de cómo y dónde rezar, si está bien que se realice una plegaria con separación entre mujeres y hombres en un lugar público en una ciudad muy abierta como Tel Aviv. Y hoy eso parece del siglo pasado porque pocos días después fue la masacre, el ataque a Israel y estalló la guerra. ¿Cómo ha pasado usted este último año?

R:  Este año fue quizás el más difícil de mi vida, pero no lo digo sólo por mí sino por todo el Estado de Israel. Hace más de un año que estamos en guerra. Y en lo personal, eso significa para mí un año en el que he tenido a mis nueve hijos y yernos enrolados. Algunos en el servicio militar obligatorio, o sea el regular, cuatro en la reserva, dos están en Líbano, uno en servicio permanente (kéva), otro en la formación inicial, de todo. Es una realidad muy difícil. 

P: Que se vive a lo largo y ancho de Israel.

R: Sin duda. Hay varios cientos o decenas de miles de familias que ya han servido en las reservas durante 100, 200 o 250 días... y no estoy seguro de que la gente entiende a fondo lo que eso significa. Negocios colapsan, mujeres y niños en la casa sin que el esposo y padre esté…es muy difícil. Y evidentemente lo más difícil es la situación con la que lidian familias de duelo. Hace unos días sepultamos en la localidad de Shóham, donde vivo, a otro joven, otro niño prácticamente, que cayuó en Líbano. Fue la novena víctima de Shoham desde el comienzo de la guerra: siete combatientes y dos asesinados en el festival de música Nova. Así que cuando recuerdo que la vez pasada hablamos de las disputas religiosas y ahora lidiamos con esto, vuelven las proporciones correctas…

P: Como persona, como judío religioso y como rabino en Israel, teniendo en su familia nueve reclutados  ¿qué siente respecto a los esfuerzos del gobierno por promulgar una ley que exima en forma permanente a los jóvenes ultraortodoxos del servicio militar? 

R: Es muy duro lidiar con esto. Considero que en este punto, el gobierno en realidad está traicionando al público que envía al campo de batalla. Hay un grupo de veinte diputados que no sirvieron en el ejército pero envían a nuestros hijos a luchar y toman las decisiones sobre la guerra. Esto me resulta intolerable desde un punto de vista moral y de análisis racional. Es inconcebible.  Lo veo nada más ni nada menos que como un crimen moral contra el Estado de Israel y el pueblo de Israel. Y al sector haredí les recuerdo que desde el punto de vista judío, no pueden actuar así cuando vuestros hermanos precisan tanta ayuda. Es inaceptable.

Todo habitante judío de Israel tiene la obligación moral, a mi criterio la orden de Dios, de servir en el ejército para proteger a Israel. No puede haber excepciones, y claro que no en tiempos de una guerra tan dura como ésta en la que hay un clamor público porque se necesita más combatientes.

Cuando es necesario ir a la guerra para salvar vidas, nadie puede estar exento. Y la que estamos librando, es una guerra sagrada, por la vida de Israel, por su defensa. Es lo que en hebreo se llama “miljémet mitzvá”. Y en esto nadie está exento.

P: ¿Cómo se sale de este embrollo?

R: En primer lugar, realmente creo en esta nación. El pueblo es mucho mejor que sus líderes. Yo creo que cuando todos los muchachos que están luchando regresen de la guerra, del ejército, de la reserva, y vuelvan a la vida civil, no permitirán que esta realidad continúe. Y las cosas cambiarán. Cuánto tiempo tardará, no lo sé. No sé si será un año, dos o tres. Pero realmente creo en nuestro pueblo, que busca mucho más la unidad que el gobierno. 

P: Pero usted no está llamando a la gente a salir violentamente a las calles ¿verdad? Creo que “los soldados volverán de la guerra y  no permitirán que esto continúe”, requiere aclaración.

R: Lo expresaré de manera positiva. Creo que hay un gran despertar en la ciudadanía para querer cambiar la situación. No sé si esto se manifestará en manifestaciones o protestas callejeras, o en otras salidas políticas o públicas o sociales. Pero realmente no puedo imaginar que el país siga en el camino actual porque tengo claro que el público quiere otra cosa. No me refiero a política sino a conducta moral, a poder conectarse, a abrazar para terminar con las disputas. 

P: ¿Usted siente ese anhelo en el seno del público con el que está más conectado, como rabino? Jóvenes, también observantes, religiosos.

R: Por supuesto. Es natural que lo siento ante todo en las comunidades con las que estoy conectado. Yo creo que al menos el 80% del pueblo de Israel quisiera ver a sus líderes hablar un idioma diferente.

P: Usted me está transmitiendo algo que siente entre comunidades religiosas. Y eso deja en claro que hay muchas cosas que nos conectan a todos, observantes y no religiosos. 

R: Absolutamente. No tengo ninguna duda.

 

“ No estoy enojado con Dios”

P: Mencioné antes la entrevista anterior sobre las disputas alrededor de Iom Kipur del 2023, y no puedo dejar de preguntarle, dado que Iom Kipur es día de balances, cómo fue el suyo este año.

R: Iom Kipur es, como sabemos, un día en el que muchos judíos no sólo reportan sino que también se dirigen con quejas a Hashem, a Dios. "¿Por qué merecemos esto? ¿Por qué obtuvimos lo que obtuvimos?". Debo decir que yo no.  No tengo quejas ante Hashem , bendito sea sino que me concentré en ver cómo hacer para el año próximo sea mejor. Mis reclamos son contra nosotros mismos, no contra Él. Y siento que tenemos mucho que agradecer al Altísimo.

P: ¿En serio? ¿Después de los horrores que ocurrieron?

R: Sí , porque si Hezbolá hubiera iniciado el 7 de octubre lo que planeaba hacer al mismo tiempo junto con Hamas, hoy no estaríamos llorando 1700 muertos sino 20.000. Hemos podido lidiar con Hamas en Gaza y después con Hezbolá en Líbano. Claro que el precio es terrible, sumamente doloroso. Estamos hablando poco después de volver yo de otra visita de duelo. Nada ahora es fácil. Sólo digo que todo podría haber sido muchísimo peor, cien veces peor. 

 

P: Pero en su relación con Dios ¿usted se permite a veces enojarse con Él?

R: No estoy enojado, estoy llorando. No estoy enojado con él, estoy pidiendo clemencia. Durante las oraciones de Rosh Hashaná, lloré como nunca antes había llorado. Créame que hablé decenas de veces ante las diferentes comunidades y cada sermón empezaba con llanto y terminaba con llanto, en el medio había llanto. Pero no me quejo, estoy rogando. También me ruego a nosotros mismos que seamos mejores.

 

P: ¿Cómo cree que todos los horrores vividos, la masacre, la guerra, influyeron en la gente de cara a Iom Kipur? Siempre hay quienes van a la sinagoga solamente una vez por año

R: Es difícil hacer afirmaciones categóricas. Conocí a la novia de un hombre que fue asesinado en la víspera de Rosh Hashaná, y su conversación fue de una gran decepción con Dios. No sé si fue a la  sinagoga. Estimo que lo ocurrido influyó en distintas direcciones en distintas personas.

P: Rabino Stav ¿quisiera agregar algo?

R: Creo que hay muchos motivos para tener esperanza. Cuando veo a los hombres y mujeres jóvenes que vinieron y dijeron "este Iom Kipur queremos rezar juntos en Tel Aviv en la Plaza de los Secuestrados" para hacer una gran oración, entiendo que tras haber superado tantas dificultades, está claro que con la ayuda de Dios superaremos también los problemas actuales.

P: Amén. Mil gracias Rav Stav.

R: A usted.

Ana Jerozolimski
(17 Noviembre 2024 , 17:40)

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