Como tenemos el gusto, desde hace muchos años , de conocer personalmente al Rabino Barylka y su trabajo, pensamos que su voz, desde Jerusalem, encontraría el necesario equilibrio entre la crítica necesaria en un momento difícil, y la esperanza para seguir mirando hacia adelante.
Yerahmiel Barylka, que fuera director de escuelas en Argentina y México, rabino del KKL, y del norte de Madrid, es un estudioso de la Torá, parte de cuya creación se puede encontrar en https://barylka.org/
Desde el 7 de octubre del año pasado hasta estos días, ha publicado dos obras nuevas: el Kadish, santificación del Nombre de Dios, y La Fortaleza de Rabí Akiva.
Barylka es consultado regularmente por líderes comunitarios, educadores y rabinos y dicta conferencias a adultos de habla española del mundo iberoamericano.
P: En un año tan difícil para Israel y el pueblo judío ¿cómo se hacen los resúmenes de cara a Rosh Hashaná?
R: Lo primero, es poder finalizar este año y sus maldiciones para dar paso a un año de bendiciones, como dice la bella canción sefardí Ajot Haktaná, poema que simboliza a Israel como una hermana pequeña, que debe sufrir mucho pero permanece fiel a su amante celestial.
No podremos iniciar un tiempo de reparación sin poner punto final a nuestros errores, revisando uno por uno, para enmendarlos con valentía. Necesitamos ser generosos en nuestro aporte para superar la ruptura sicológica, física, política, económica y de fe y componerlas con valentía y entrega. Para ello podemos encontrar inspiración en nuestra historia desde el primer libro de la Torá hasta nuestros días. El estudio de nuestras fuentes nos iluminará para ver de qué manera nuestros antepasados superaron su sufrir. En estas palabras nos enseñó el libro Mesilat Yesharim 1:1: "El fundamento de la bondad amorosa y la raíz del servicio puro [a Dios] es que la persona aclare y llegue a comprender como verdad cuál es su obligación en su mundo y a qué debe dirigir su mirada y su aspiración en todo aquello por lo que trabaja durante todos los días de su vida".
P: El judaísmo se vive en comunidad. Eso se manifiesta en alegrías en las fiestas a esta altura del año pero por otro lado, con todo lo que ha ocurrido, está claro que justamente por eso cada uno siente más los horrores del 7 de octubre aunque no le hayan tocado en lo estrictamente personal. ¿Cómo se lidia con esto?
R: No tenemos ningún elemento para medir el sentimiento ni el sufrimiento ni para hacer comparaciones. Tampoco es fácil reconocer lo que sucede con nosotros mismos sin ayuda de otro. Este año ha sido de duelo, dolor desgarrador y preocupación. No me he repuesto de la división del pueblo, del odio gratuito, del lenguaje soez y ordinario de políticos que se oye en todos los medios.
Inspirado en el libro citado, en mis palabras, "El que quiera velar por sí mismo debe contemplar cuál es el verdadero bien que una persona debe elegir y cuál es el verdadero mal del que debe huir... No hacer ningún acto sin antes pesarlo en la balanza de este entendimiento. Determinar qué contienen de malo a fin de renunciar a él y qué de bueno, a fin de perpetuarlo y fortalecerse en él"… Pese a nuestro dolor, alegrarnos en Rosh Hashaná, nos presenta un desafío muy difícil pero obligatorio, como nos enseña el salmista: "¡Aclame al Señor la tierra entera, sirvan al Señor con alegría, lleguen a él, con cánticos de gozo! Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera!".
P: Me pregunto si para una persona creyente y observante es más difícil ver injusticias y hechos terribles? O sea...¿te preguntás por qué Dios no los impidió? Lo planteo, claro, sin olvidar los errores de todos los responsables del 7 de octubre.
R: La división entre creyentes e incrédulos y descreídos y observantes e indisciplinados y rebeldes, se ha vuelto arbitraria.
Einstein, hablaba de Dios todo el tiempo, como si fueran viejos amigos, “Dios no haría esto, Dios haría aquello”. El gran sabio tenía la fe pura del hombre simple. Para él, Dios no juega a los dados.
Se puede ser creyente y no observante de todas las mitzvot del hombre con la divinidad y ser solidario y generoso con las personas, y ser observante de los preceptos rituales y no creer en Dios desconociendo sus preceptos para con el prójimo.
Si dices cumplir con lo que dice la Torá y en tiempos de guerra rezas mucho desde tu país de residencia, para que otros luchen en defensa de Israel, es como si te burlaras de Dios. Si aportas para que jóvenes israelíes deserten de sus obligaciones con el Ejército de Defensa de Israel para que en lugar de defender a sus hermanos y sus familias, digan que están estudiando Torá aunque no tengan capacidades sobresalientes para el Talmud, parece un sinsentido.
Por otro lado, he oído a muchas personas de este tiempo declararse como no creyentes, pero durante la guerra invocan a Dios de todo corazón para tener su protección.
Si cumplo con mitzvot para que Dios me proteja, me parece que estoy negociando con el Todopoderoso como a un político a quien debo sobornar.
Yo no tengo preguntas a Dios sino a mí mismo: ¿He cumplido con mis obligaciones dedicándome a fortalecer el país o gozar de la manera más egoísta de los favores del Estado? ¿Cuándo me tocó votar, revisé la honestidad de los candidatos, su capacidad de no mentir y de no desnaturalizar la verdad o me dejé engañar por las campañas electorales que me prometían favores? ¿Ayudo en el esfuerzo de la sociedad para reemplazar, a mi edad avanzada, a quienes están movilizados en el frente tratando de contribuir para que Israel mantenga su cordura y productividad?
P: Importantísimas y fuertes todos estos comentarios. Te agradezco muchísimo. A pesar de eso te pregunto si en este año que termina te has enojado con Dios alguna vez.
R: Dios es un programador en una secuencia de instrucciones rigurosas que solo Él comprende. Hay cuestiones que la razón no alcanza a explicar, por lo que no tiene sentido enfadarse con ellas. Si me debiera encolerizar, sería conmigo mismo por no estar a las alturas de la situación y por haber caído en las redes del desorden informativo presentadas como noticias y por haber opinado sin saber la verdad ni las opciones que teníamos.
P: En este año tan difícil ¿en qué has hallado consuelo?
R: En las maravillosas actitudes de las personas de la sociedad israelí; en la fuerza de los familiares que perdieron a sus hijos e hijas; en la entrega sin límites de médicos, paramédicos, enfermeros y profesionales de la salud, en los heridos física y psicológicamente que luchan por seguir viviendo mirando hacia delante. En los soldados y oficiales que también después de haber sido heridos volvieron al frente. En las esposas que quedaron solas con sus hijos y alentaron a sus parejas a seguir luchando. A la fuerza de los jóvenes de poder cumplir con sus deberes sin contaminarse por el medio envenenado. En los familiares de los secuestrados que no pierden su fe, y que esperan abrazar a sus hijos e hijas y sepultar en Israel a sus familiares y amigos. En los muy pocos maestros y rabinos que denunciaron sin temor los errores de algunos sectores de la población que agredieron a los vecinos inocentes. Mi consolación está en la certeza que después de esta catástrofe nos reconstruiremos y nos fortaleceremos como en otros momentos de nuestra historia.
P: Y ahora, ya cerca del jag ¿cómo te preparas?
R: El shofar y las selijot, el estudio y la escritura, la cercanía de mi familia y mis amigos, de mi sinagoga y fundamentalmente de mis alumnos me dan el marco para poder encontrar los puntos flacos que debo corregir al tiempo que me brindan la ilusión de tiempos mejores.
P: ¿Qué te parece que debe hacer el pueblo de Israel para el nuevo año?
R: Con mucha humildad, ya que no tengo más méritos que cualquiera de tus lectores, viviendo en Israel en una cultura basada en el hipertexto y en una sociedad más secular, debemos buscar inspiración en la conciencia de Dios, seguir fortaleciendo nuestra cultura basada en textos. Aumentar la alfabetización judía. Estudiar y replantear, la perspectiva que define muchos aspectos de nuestras vidas. Recordar cuáles son nuestros desafíos y nuestros objetivos, nuestra visión y nuestra misión.
Vivimos en una cultura de la pillería, y pagamos un precio, porque habiendo puesto el listón imposiblemente alto e insistiendo en nada menos que la perfección, no quedan líderes que nos inspiren. Y una sociedad sin líderes probos tiene dificultad de continuar. Debemos cultivarnos y edificar a nuevos líderes, y crear un entorno en el que puedan inspirarnos. Conectarnos mejor con nuestros prójimos y hacerles partícipes de una ética práctica fundamentada en los valores judíos, para cicatrizar las heridas que tanto dolor nos causan.
P: ¿Cuál es tu mayor deseo para el 5785?
R: Estamos todavía en medio del quiebre y la ruptura, como en otras veces en la historia. Cuando los exploradores informaron lo que vieron en la tierra prometida, fueron castigados no por mentir sino por dudar en la capacidad de conquistarla. No se beneficiaron siquiera por sus palabras, cuando intentaron quebrar la confianza. Fueron castigados y destituidos. Eran los líderes de las tribus. Con solo dos de ellos Caleb y Yehoshúa, el pueblo se rehízo y triunfó. Cuando Moshé descubre que el pueblo está ocupado con el becerro, rompió las Tablas de la Ley, y parte del mismo fue castigado. Dios le felicita por haber roto esas tablas, y después de regresar al Sinaí trae las segundas tablas que nos dieron la Ley que podemos cumplir.
El Rabí de Kotzk comentó sobre el versículo de Salmos, 51:19 " El sacrificio a Dios es un espíritu apenado, tú, Dios, no rechazas el corazón dolorido y humilde". Que nada es más querido ni tan íntegro a los Ojos de Dios como un corazón roto. El rabino Israel Salanter señala que si rompo mi propio corazón para reconstruirlo de modo que sea más fuerte y sano de lo que era, ¡eso es algo verdaderamente grande! Enseña Joel, 2:13: " En lugar de rasgarse las vestiduras, rasguen su corazón». Si nos detenemos en nuestra ropa y no penetra más profundo que eso, entonces hemos perdido el punto. Dios quiere nuestros corazones - rotos y fragmentados - porque entonces le estamos ofreciendo nuestro propio ser.
Que todos seamos bendecidos con un buen año. Un año de pureza. De paz. Del reintegro de los ausentes a sus hogares y los muertos a kever Israel, a su lugar de descanso en Israel. Un año en el que nuestros corazones pertenezcan verdaderamente a nuestro Padre Celestial para poder hacer el bien a todos, porque lo estamos necesitando como al oxígeno para nuestra vida. Un año de paz en nuestro interior. De salud y recuperación. De saber dar. De crear y cumplir con nuestras obligaciones. De esperanza y bendición. Del regreso de los desplazados a sus hogares. De los hijos a las fronteras también las espirituales.
P: Amén, amen. Gracias mil muy querido amigo. Shaná Tová Umetuká para ti y todos tus seres queridos, tu comunidad y todo el pueblo de Israel.
R: También para ti. Shaná Tová Umetuká.