En comunidad

El mensaje de Uriel Teitelbaum de Bnei Akiva desde Shnat

 

Este año en Israel ha sido una experiencia profundamente enriquecedora. Como joven de 18 años, vine a través de un programa de Bnei Akiva y he tenido la oportunidad de vivir en un kibutz, recorrer el país haciendo el programa “Shvil Israel” (en cuyo marco se recorre a pie gran parte del país)  y otros paseos y, ahora, pasar más de seis meses estudiando en Yeshivat HaKotel, en Ierushalaim, Jerusalem. 

Vivir este tiempo en Israel, especialmente en un momento tan único y desafiante, me ha permitido ver este país desde una perspectiva que nunca hubiera imaginado.

Desde el primer día, lo que más me sorprendió fue cómo la vida aquí está llena de una energía vibrante. En Ierushalaim, siento una conexión increíble con la historia y con el presente, en una ciudad que siempre está llena de movimiento y vida. A pesar de los

desafíos que enfrentamos como país, en mi día a día no siento miedo. Más bien, veo cómo las personas continúan con sus vidas, haciendo tfilá (oración) en el Kotel, estudiando, trabajando y disfrutando de cada momento con una determinación que inspira.

El tiempo que pasé en el kibutz me enseñó otro aspecto importante de Israel: la comunidad y la solidaridad. Ver cómo todos colaboran para mantener la vida en marcha, incluso en medio de dificultades es la clave que debemos tener como pueblo, dado que es momento de estar más unidos que nunca. 

Los paseos por todo el país me mostraron la increíble diversidad que existe aquí, tanto en paisajes como en personas, y cómo cada rincón de Israel tiene una historia que contar.

En Yeshivat HaKotel, siento la responsabilidad de estar tan cerca de uno de los lugares más sagrados para Am Israel (el pueblo de Israel). Cada día, mientras estudio con vistas al Kotel, pienso en las generaciones que estuvieron antes que nosotros, enfrentando desafíos aún mayores, y cómo, a lo largo de los siglos, Am Israel ha continuado con fortaleza y persistencia.

He aprendido que, aunque hay dificultades, también hay una increíble capacidad de soñar y avanzar. Israel es un país que siempre mira hacia adelante, que no se queda atascado en el pasado, sino que constantemente busca cómo mejorar y crecer a futuro.

Vivir este tiempo en Israel me ha enseñado la capacidad de reinventarse, de celebrar la vida incluso en los momentos más difíciles, y de encontrar belleza y significado en cada rincón de esta tierra tan especial.

Este año que comienza, Rosh Hashaná nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre todo lo vivido, sobre los retos que hemos enfrentado y los logros que hemos alcanzado.

Que sea un momento de renovación para todos, en el que podamos vernos fortalecidos, tanto individualmente como en comunidad, y que podamos construir un futuro lleno de paz, salud y prosperidad. Que Hashem nos inscriba a todos en el libro de la vida, y nos conceda un año de bendiciones, crecimiento y unión. 

Shaná Tová Umetuká.

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