Así nos cuenta sobre su vida, su historia y su visión en esta nueva etapa en Uruguay
Guila Rotenberg (27) llegada hace muy poco a Montevideo con su familia, es la esposa del rabino Ionatan, con quien tiene 3 hijos, Amijai, Tóhar y Taliá.
Creció en Petaj Tikva y al contraer matrimonio hace 5 años y medio, se mudó con su esposo a Ieruham, donde Ionatan estudiaba en una ieshivá.
A los 18 años decidió aportar a la sociedad y el país realizando lo que en hebreo de conoce como “sherút leumí”, o sea servicio nacional, tocándole trabajo con niños con necesidades especiales. Al finalizar esa etapa estudió primer y segundo título en Educación Especial y al mismo tiempo hizo un curso de acompañamiento instructor de novias y asesoramiento a parejas.
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Este es su relato:
Hace poco que llegué a Uruguay y ahora recuerdo que ya cuando empecé a salir con Ionatan él mencionó la idea de salir de shlijut, como enviados especiales a una comunidad judía en el exterior. La idea la mantuvimos siempre, hicimos cursos preparatorios y decidimos esperar a sentir que estamos maduros para ello, para salir y hacer algo significativo en pro de la comunidad a la que lleguemos.
Cuando surgió la oportunidad de llegar a Yavne, ya de la primera conversación con el Presidente y la comisión Directiva quedamos encantados con esta comunidad impresionante en la que tan bien nos sentimos. Llegamos a una comunidad que tiene las herramientas para atender todos los ciclos de la vida judía, desde 1 año de edad y hasta la edad de jubilación, lo cual incluye marcos de estudio, sinagoga, un lugar para estudiar Torá , panadería, catering, movimiento juvenil, todo . Pero más que nada, una comunidad cálida que da mucho amor.
Nuestra partida a esta misión constituyó para nosotros el cierre de un círculo ya que mi esposo había estado aquí de niño. Sus padres fueron shlijim en Uruguay hace 25 años, como directores de Yavne, eran activos en la comunidad y siempre transmitieron en el seno de la familia la conciencia sobre la importancia de una misión de este tipo. Las historias y anécdotas sobre Yavne en Uruguay siempre acompañaron a la familia.
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Por otra parte, no fue fácil dejar Israel en un año tan desafiante. Tras largos meses haciendo todo tipo de cosas para aportar, desde mi casa, mientras mi esposo daba su parte en el servicio de reserva en las Fuerzas de Defensa de Israel, sintiendo ambos que el pueblo de Israel necesita que cada uno ponga el hombro como mejor puede, no fue sencillo tomar la decisión final de emprender un camino distinto y salir al exterior.
Pero entendimos que la guerra y todo lo que está pasando el pueblo de Israel es parte de un proceso muy largo de redención y crecimiento nacional. Y que también los judíos de la diáspora constituyen una parte significativa de todo esto. Eso nos ayudó a entender que salir a esta misión no es menos importante que ir a los miluim, la reserva militar, y que constituye un aporte importante y con mucho sentido para el pueblo judío en un momento desafiante como el actual.
Claro que en Israel los desafíos no han terminado. Y la verdad es que vivenciarlos a la distancia es a veces más duro que pasarlos personalmente dentro de Israel. Pero con la perspectiva desde el exterior se siente muy fuerte. Nosotros sentimos que la ayuda de Ds en todo este proceso complejo y al mismo tiempo importante que estamos viviendo, es muy significativa.
Quisiera destacar algo muy importante: la comprensión que en este momento es imprescindible que haya unidad y que sepamos agradecer lo bueno que tiene cada uno , la luz que cada uno encierra, porque cada uno nos da fuerzas para iluminar el camino. También aquí en Uruguay.
Y ahora, tan cerca de Rosh Hashaná, en los días de la piedad y las slijot, las plegarias por el perdón del Altísimo, intentamos marchar por el camino del gran Rabino Abraham Kuk y volver a la luz que existe en cada uno de nosotros. Partiendo de ello, tratamos de lograr ver la luz también en quienes nos rodean, para llegar a Rosh Hashaná como si fuéramos uno, con un solo corazón.
Rosh Hashaná, el primer día del nuevo año, nos da la posibilidad de renovarnos y de empezar todo de nuevo, de dejar atrás todo lo que hicimos y ahora podemos hacer mejor, entendiendo que nuestra identidad compartida se construye con lo mejor de cada uno.
Los preparativos para Rosh Hashaná son para nosotros una oportunidad especial. En este jag, en esta fiesta, deseamos profundizar nuestro vínculo con nuestra nueva comunidad. Estamos convencidos de que a través de la experiencia compartida del jag, podremos enriquecer nuestra vivencia e incidir positivamente en nuestro entorno.
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Mudarse a un nuevo país es un viaje de renovación. Y esta fiesta es un excelente punto para comenzar. Esperamos ansiosos participar en las comidas conjuntas con otras familias, organizar eventos comunitarios y cooperar en proyectos significativos, logrando con todo ello entablar vínculos cálidos y fuertes, para sentirnos plenamente parte de la familia Yavne.
