Por Rav. Raul Rosenblatt
Fuente: aishlatino.com
Rosh Hashaná es el momento de soñar. Acá te cuento cómo hacerlo.
A pesar de que Rosh Hashaná es un día de juicio, el sentimiento predominante de la festividad es el amor, no el temor. Es un día de profunda conexión, no un día de estrés y tensión. Es un día para sentir la presencia de Dios en nuestras vidas más que cualquier otro día del año, excepto en Iom Kipur.
En la tradición judía, las festividades no son días elegidos al azar, sino que son realidades espirituales. Son estaciones del alma humana integradas en el tejido del tiempo desde el comienzo de la creación. Si nos enfocamos en ellas, es fácil crecer. Los dos días de Rosh Hashaná son mis días favoritos del año. La oportunidad de conexión, elevación y entendimiento se extiende hacia el nuevo año. Es tu oportunidad de dejar el pasado donde pertenece y empezar de nuevo. Son días de rejuvenecimiento espiritual, claridad de propósitos, intenciones nobles y visión inspirada. Son días para soñar con un futuro mejor para ti y para el mundo. Un sueño tan vívido que te motivará a hacerlo realidad en el nuevo año. Rosh Hashaná es el momento de soñar ese sueño.
Aquí hay tres ideas que te ayudarán a aprovechar al máximo Rosh Hashaná.
1. ¿Qué significa juicio?
Rosh Hashaná es llamado el "Día del juicio". ¿Qué significa esto? Muchas personas piensan que el juicio se refiere a evaluar el año que pasó. Esto es un error por varias razones. En primer lugar, si ese fuera el caso, no hay nada que puedas hacer respecto al año que pasó. No hay forma de cambiarlo. Por lo tanto, podrías quedarte todo el día en la cama.
Además, el Talmud usa la metáfora de las "ovejas pasando frente a un pastor para ser juzgadas". Un pastor no juzga a sus ovejas por sus comportamientos previos. Él las mira tal como son en ese mismo momento.
Rosh Hashaná no tiene nada que ver con lo que fuiste en el año que terminó, sino que tiene que ver con quién planeas ser en el nuevo año. Por lo tanto, date a ti mismo tiempo y espacio para reflexionar. Encuentra tiempo para calmar tu mente y considerar quién eres y quién quieres ser. Deja a un lado lo que piensas sobre ti mismo y comienza con una hoja en blanco.
Rosh Hashaná es un momento oportuno para esto y puedes lograr una claridad inigualable. Ábrete a esta posibilidad y aprovecha el tiempo para analizar tus objetivos y aspiraciones de vida.
2. Siente el amor de Dios
El mes hebreo antes de Rosh Hashaná se llama elul. Esta palabra es una sigla formada por las primeras letras de las palabras de una frase del Cantar de los Cantares: "Yo soy para mi amado y mi amado es para mí". Elul es un momento para tratar de sentir el amor de Dios por la humanidad con mayor profundidad e intimidad. No hay mejor manera de prepararse para Rosh Hashaná que tomando conciencia de cuánto Dios te ama. Esa es la esencia del día.
Sólo puedes encontrar ese amor de Dios en tu propio corazón. Todo ser humano sólo por haber nacido tiene derecho a conocerlo y sentirlo, es algo que está programado dentro de su alma. Si no lo sientes, no hace falta inventar la rueda. Es como estar buscando a un amigo perdido hace tiempo. Lo mejor que puedo sugerirte es que pases un tiempo a solas con la naturaleza, que sientas la grandeza de Dios. Que observes su sabiduría y belleza y esperes reconocerlo. Si eso no ocurre, sigue intentándolo. Conéctate con la idea de que eres una valiosa creación de Dios. Él te ama y te alienta a que seas la mejor versión de ti mismo.
3. Es incondicional
A lo largo del mes de elul hasta el final de Sucot, los judíos recitamos el Salmo 27 a la mañana y a la noche. Este Salmo es una obra de arte espiritual. Si te tomas un momento para leerlo con atención y lentamente (no te preocupes, tiene sólo 14 líneas), abriendo tu corazón a lo que dice, descubrirás que apunta a un lugar más profundo y Divino en tu interior.
El Salmo describe el anhelo del alma por tener conexión espiritual y no temer a lo que la vida pueda depararnos. Mi parte favorita es la descripción del amor y el compromiso férreo de Dios: a pesar de que me comportara tan vergonzosamente que mis padres me abandonaran, Dios nunca me dejaría. Su amor por mí es incondicional y sin límites. No hay nada que pueda hacer que comprometa ese amor. No importa lo lejos que me haya desviado, Él me espera con los brazos abiertos para apoyarme y ayudarme.
Este sentimiento de amor incondicional es una plataforma increíble sobre la cual construir tu vida espiritual. Es reconfortante, esperanzador, alentador e inspirador.
Rosh Hashaná es el momento de soñar con una vida mejor para ti, para tu familia y para tu mundo, y debes pasar el resto del año procurando que eso ocurra. Con el sueño de Rosh Hashaná y tu esfuerzo comprometido durante el resto del año, todo es posible.
