Los drusos de Israel constituyen una pequeña minoría en la población del Estado judío, sólo un poco más del 1.5% de sus habitantes, pero tienen una presencia muy importante en las Fuerzas de Defensa de Israel, con numerosos oficiales en las más variadas unidades, inclusive en los más altos rangos.
Uno de sus más reconocidos representantes es el hoy ya retirado Brigadier General Amal Assad. Nos dirigimos a él para evaluar cómo ve la situación con la que lidia Israel en la guerra contra el terrorismo, especialmente el desafío de Hezbolá desde Líbano. Cabe recordar que uno de los ataques más simbólicos lanzados por dicha organización terrorista, fue el disparo de un proyectil iraní que impactó en la aldea drusa Majdel Shams en los Altos del Golán el sábado 28 de julio,asesinando a 12 niños que jugaban al fútbol. Por lo tanto comenzamos la conversación con Amal Assad por ese punto tan doloroso para el país y muy especialmente para los drusos de Israel.
Amal Assad es hoy Director General de una empresa en el sector privado y activa en todo tipo de emprendimientos sociales comunitarios y educativos en pro de su comunidad y la sociedad en general.
P: Amal, quisiera comenzar por el terrible golpe que recibió la comunidad drusa, además por cierto de Israel en general, con la muerte de 12 niños de Majdel Shams en un ataque de cohete de Hezbolá. ¿Cómo resumiría el sentir entre los drusos?
R: Muy duro, por lo que significó y porque se enmarca en una situación general en el país. No tenía que ocurrir una tragedia así, 12 niños asesinados cuando jugaban al futbol. Es terrible.
P: ¿Siente que el duelo fue de todo el país, no sólo de los drusos?
R: Sin duda ninguna. La población judía fue parte de esto en forma muy clara. Fue duelo para nuestra comunidad y siento que también para el país en general. Muchos judíos fueron a Majdel Shams a expresar su dolor y su pésame, a abrazar a la comunidad drusa, a las familias. Lo vi también en los funerales, miles de judíos participaron, llegados de todo el país. Lo sentí también en el sinfín de mensajes de apoyo que recibí.
P: ¿Entiende que no se haya asestado aún un golpe decisivo a Hezbola para frenar sus constantes ataques a la Galilea?
R: No, en absoluto. No sólo yo. Nadie entiende las consideraciones que guían al gobierno, si es que las hay, o sea si es que son serias. Nadie puede entender que hace casi un año un país entero es atacado y casi no reacciona ante los disparos al norte. Pero además, parece que no tiene ningún plan. O sea, limitarse a reaccionar en forma puntual, eso no es un plan de trabajo. Y por ahora, nos limitamos a reaccionar, no a tomar iniciativas. Un país no puede vivir así. Debe tener una visión, estrategia, plan de trabajo.Si no tomamos la iniciativa y sólo reaccionamos a lo que hace Hezbolá, eso en esta región se interpreta como debilidad.
P: Los combatientes drusos, como siempre, han ido en primera línea también en esta guerra desatada por la masacre del 7 de octubre. Ha habido caídos drusos y actos heroicos. Debo decir, como siempre. Usted mismo, ya retirado de servicio, llegó al rango de Brigadier General.
R: Así es. La comunidad drusa, parte integral de la sociedad, ha aportado y sigue aportando mucho al Estado.
P: Su último cargo en el ejército fue comandante de la Unidad de Enlace con Líbano. Eran los años de la “Buena Cerca”, una “puerta abierta” en la frontera entre ambos países, por las que entraban libaneses a trabajar en el norte de Israel y también a recibir tratamiento médico en hospitales israelíes. Y ya entonces había terrorismo de Hezbolá.
R: Es cierto, recuerdo claramente tanto las bondades de la Buena Cerca como los atentados de Hezbolá. Si bien la mayoría estaban dirigidos al ejército, también atacaban localidades civiles.
P: ¿Qué le ha hecho Hezbolá a Líbano?
R: Lo convirtió de un país con potencial de volver a ser floreciente, con buena vida, en un bastión de terrorismo, todo lo que se puede imaginar menos vida tranquila. Recuerdo bien de conversaciones que tuve con libaneses en aquellos años, cuánto deseaban liberarse de Hezbolá que imponía el miedo y el terror entre la población para servir a sus intereses.
P: ¿Cree que la situación es reversible?
R: No sé si se puede volver atrás. Ahora es difícil verlo. Pero sí debemos entender que la guerra no solucionará nada. Debemos tratar de recurrir a la diplomacia, ver si eso funciona, a pesar de Hezbolá y de Hamas. Con ellos no hablaremos porque lo que quieren es destruir a Israel. Pero hay alrededor nuestro también elementos positivos con los que se puede hacer una coalición que se sobreponga al Eje del Mal. Sin olvidar el peso de Hezbolá, Hamas, Yihad Islámica y otros fanáticos, creo que en el mundo árabe hay millones que lo que quieren es vivir. La vida por el futuro de nuestros hijos es lo principal.
P: Ojalá lo logremos Amal. De su boca a los oìdos de Dios.
R: Ojalá.