Israel

Sobre el alistamiento de ultraortodoxos a Tzahal

Por Andy Faur.  Dr. En Educación, sociólogo y educador.

Después de 76 años se rompe el círculo vicioso...(de privilegios, discriminación y desigualdad)

El tema es muy complejo y por supuesto no se puede resumir en un breve artículo como este. El objetivo del mismo es aclarar los principales puntos, dilemas y aproximaciones que conlleva este tema tan controvertido que despierta grandes pasiones y conflictos en la sociedad israelí.

 

Introducción

El pasado 25 de junio de 2024 fue un día histórico para el Estado de Israel. Ese día, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) dictaminó que el Estado tiene la obligación de reclutar al servicio militar a los alumnos ultraortodoxos de las ieshivot, hasta ahora exentos del mismo, ante la falta de todo marco legal que lo impida.

Cita del dictamen de la C.S.J.: "A falta de un marco legal adecuado, el poder ejecutivo no tiene potestad para ordenar no aplicar la Ley sobre el Servicio Militar a los estudiantes de las escuelas talmúdicas… el Estado debe actuar para aplicar la ley".

El tribunal de la C.S.J. compuesto por 9 jueces (composición amplia y numerosa, usada para temas complejos o controvertidos), es la instancia judicial superior del país, a la cual incluso el gobierno (Poder Ejecutivo) y la Knesset (poder legislativo) tienen la obligación de subordinarse. 

La C.S.J. dictaminó por unanimidad que a partir de ese momento todos los jóvenes en edad de ser reclutados al ejército, deberán hacerlo, incluso aquellos que estaban exentos por ser su "oficio" el estudio de la Torá.

 

Un poco de historia

Todo comienza ya en las vísperas de la creación del Estado de Israel, cuando David Ben Gurión, futuro primer ministro del novel estado, establecía conversaciones y negociaciones con el sector ultraortodoxo, liderado entonces por el Jazon Ish, para sumarlos a la causa sionista y la futura creación de un estado para el pueblo judío.

Las conversaciones rondaban alrededor de varios temas que iban a definir cuáles serían las características básicas del futuro estado judío y de cuál sería el destino de los contados estudiantes talmúdicos respecto a su participación en los distintos estamentos y organizaciones del estado en construcción.

Es para mencionar aquí el alistamiento voluntario de decenas de jóvenes ultraortodoxos en la Guerra de 1948, con la bendición de sus rabinos y líderes espirituales, entendiendo el peligro inminente y la necesidad de combatir junto a sus hermanos no ortodoxos, con los cuales compartían un destino y un futuro en común...

En los primeros años del Estado, siendo ya Primer Ministro de Israel, Ben Gurión firmó el decreto de exención de reclutamiento a Tzahal – las Fuerzas de Defensa de Israel- a 400 bajurei ieshiva – estudiantes de academias talmúdicas, del sector ultraortodoxo. 

En el año 1958, año en que se formaliza la exención a través de la fórmula "Toratám Omanutám – “la Torá es su oficio", Ben Gurión dejó en claro por otra parte sus dudas de fondo al respecto.  Así escribió en una carta destinada al rabino principal ashkenazi Itzjak Halevi Herzog, en donde le pregunta: "Es ante nada una enorme cuestión moral, si es correcto que el hijo de una madre anónima muera defendiendo al país y el hijo de otra madre anónima estudie en su ieshiva seguro y tranquilo, cuando la mayoría de los jóvenes israelíes sacrifican sus vidas…"

El sistema se mantuvo por un largo período de tiempo, con un pequeño incremento a 800 exentos anuales a partir del año 1968.

Pero la "Gran revolución" de la exención, vendría en el año 1977 junto a la gran transformación política de Israel, con la llegada al poder del partido Likud y su líder, el legendario Menajem Beguin, luego de 30 años de hegemonía laborista.

Cuando Beguin se disponía a formar su gobierno necesitaba del apoyo de los sectores ultraortodoxos (el partido ashkenazi Agudat Israel; Shas, el sector sefaradí, no existía como partido político todavía).

Con una pequeña fuerza electoral, pero a sabiendas de su enorme poder y dependencia de Beguin para formar gobierno, Agudat Israel aprovechó la oportunidad y una de las condiciones que puso para formar parte del gobierno fue la anulación de los cupos de exención del ejército de todos los bajurei ieshiva, los jóvenes que estudian en las ieshivot, quedando así sin limitaciones.

Esos 400 pioneros de la exención, se convirtieron hoy en más de 12.000 jóvenes al año en edad de reclutamiento, que no cumplen con el servicio militar "obligatorio" como el resto de sus congéneres laicos, tradicionalistas o religiosos modernos.

 

Prisioneros del sistema: el círculo vicioso

La exención se da a estos jóvenes entre los 18 y 26 años, que durante dicho período no pueden tampoco trabajar o hacer otra cosa más que "estudiar" en la ieshivá, ya que de otra manera perderían su derecho a recibir el subsidio de estudios y el resto de los beneficios subyacentes.

Según los cálculos más conservadores, no más del 50 % de los bajurei ieshiva estudian realmente en las ieshivot, el resto están sólo registrados en las mismas, no llegan a las clases, trabajan en trabajos informales o deambulan por las calles. En los marcos ultraortodoxos son definidos como "periféricos" o "caídos" de la red de ieshivot, que en definitiva terminan siendo la mayoría de los exentos.

Cita del dictamen de la C.S.J.: "Las disposiciones de la Ley de Servicios de Seguridad se aplican por igual tanto a los estudiantes de la ieshivá como a otras personas designadas para el servicio, y ya no hay ningún fundamento en la ley para distinguir entre los dos grupos. A pesar de esto, el Gobierno quería distinguir a nivel de aplicación de la ley entre individuos en función de su afiliación grupal. Se determinó que, al hacerlo, el Gobierno dañaba gravemente el Estado de derecho y el principio según el cual todos los individuos son iguales ante la ley"

Estos jóvenes, pertenecientes al sector ultraortodoxo de la población, son también prisioneros del sistema y nadie, en definitiva, les pregunta sus opiniones o preferencias y siguen un camino predeterminado por sus líderes, desde su nacimiento.

Este sistema los tiene atrapados por todos los frentes, ya que al no contar con estudios y conocimientos generales o habilidades laborales básicas de inserción a la sociedad, están completamente a merced de la ayuda de sus instituciones y organizaciones comunitarias. Al casarse a una edad muy joven, tener muchos hijos, no poder salir a trabajar o sustentarse, dependen en forma exclusiva de los subsidios que les puedan conseguir dentro de sus comunidades.

Obviamente estamos hablando de beneficios que se otorgan en forma selectiva a cierta parte de la población, cuando el sector productivo y económicamente aportante no los recibe.

Cabe mencionar en este punto, que desde hace algunos años hay un creciente movimiento centrípeto y una no despreciable cantidad de jóvenes o parejas jóvenes que, a pesar de la gran dificultad, intentan romper este círculo vicioso de dependencia y pobreza  y salen a estudiar y trabajar para lograr una mejor calidad de vida y ser parte integral de la heterogénea sociedad israelí.

De  todos modos es justo mencionar que tanto líderes políticos y rabínicos del público haredi como los estudiantes mismos en las ieshivot, sostienen que su oposición al servicio militar pasa por el hecho que temen que eso arruine el mundo del estudio de la Torá. Sostienen que éste preservó al pueblo judío durante milenios y debe continuar.

 

Y ahora….

Hasta antes de esta sentencia, el Gobierno de Netanyahu y gobiernos anteriores habían prorrogado repetidamente la exención, pero ninguno ha sido capaz de aprobar una ley que la haga permanente, o que permita un reclutamiento, aunque sea limitado, de hombres ultraortodoxos al servicio militar.

Cita del dictamen de la C.S.J.: "En el estado actual de cosas, el no cumplimiento de la ley sobre el servicio militar crea una gran discriminación entre quienes están obligados a hacerlo, y aquellos para con quienes no se toman medidas para movilizarlos…En este momento, en mitad de una guerra difícil, la desigualdad de la carga es más marcada que nunca y requiere la aplicación de una solución duradera"

Con esta decisión, el gobierno actual, está metido en un verdadero embrollo, ya que, por un lado, tiene que acatar la orden judicial y comenzar a reclutar a los jóvenes ultraortodoxos al igual que el resto de los ciudadanos en edad de servir y, por otro, su principal soporte político son los dos partidos ultraortodoxos – Shas y Agudat Israel – que, por supuesto, se oponen terminantemente a esta orden y ponen en vilo la estabilidad y continuidad del gobierno de Netanyahu.

La gran pregunta es si acaso será este tema tan polémico el que ponga fin a la coalición de Netanyahu.

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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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