Para la población del norte de Israel, evacuada desde hace más de 8 meses de sus hogares, el momento de la verdad debería haber llegado hace mucho. La exigencia al gobierno que tome decisiones claves para poner fin a la amenaza de la organización terrorista Hezbolá, que ataca desde el 8 de octubre el norte del país, es tajante e ineludible. Evidentemente, el gobierno ha preferido hasta ahora no abrir en forma amplia un segundo frente. Sí ataca duramente a Hezbolá, ya ha eliminado cerca de 450 de sus hombres y destruido varias infraestructuras,pero cuando se habla de guerra con Hezbolá, la referencia es a un enfentamiento mucho más amplio, no relativamente limitado como el actual. Sería un enfrentamiento que el Estado libanés sentiría claramente , por ser desde su territorio que Hezbolá ataca a Israel.
El Ministro de Defensa de Israel Yoav Gallant declaró que Israel se está acercando al cruce en el cual decidirá el próximo paso a dar. “No buscamos guerra pero estamos prontos para ella”, fue su mensaje central. Quizás con más énfasis que otras veces, dejó abierta la puerta a una solución negociada,pero también dejó bien claro que la guerra es una opción muy real. Dio a entender que la decisión al respecto depende en gran medida de Hezbolá, lo cual cabe suponer no gustará a la población del norte,ya que creer en promesas de Hezbolá después de lo ocurrido no es lógico. Cabe recordar que la guerra en Líbano en el 2006 terminó con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU que determinaba que Hezbolá debe alejarse de la frontera con Israel, al norte del río Litani, algo que jamás cumplió.
Y la guerra que posiblemente estalle, o mejor dicho la ampliación del enfrentamiento actual, detonado por los ataques de Hezbolá, no sería desde el punto de vista de Israel contra Líbano formalmente sino contra Hezbolá. Pero claro que dado que Hezbolá ataca desde territorio libanés, al que usa para el terrorismo, territorio del que abusa, la respuesta israelí llegaría a territorio libanés.
Pero no es un tema meramente técnico. Líbano es absolutamente responsable de la situación porque permite los ataques, no los frena.
Si Israel decide finalmente lanzar una respuesta mucho más contundente que hasta ahora contra Hezbolá, para alejarlo de la frontera con su territorio, serán destruidas numerosas infraestructuras libanesas. El mundo debe recordarlo : la responsabilidad será de Hezbolá que buscó esta situación, no de Israel.
El marco regional
En una de las sesiones de la Conferencia de Herzlia realizada la semana pasada en la Universidad Reichman, el renombrado experto en terrorismo Dr. Boaz Ganor resumió en pocas palabras parte de la complejidad de los desafíos a los que se enfrenta Israel. Y puso cada uno en su dimensión exacta: “Hamas es una amenaza táctica. Hezbolá es una amenaza estratégica. Irán es una amenaza existencial”. Claro y tajante.
Indudablemente Irán es la cabeza de la serpiente. De Teherán llega no solamente la inspiración y la ideología sino también dinero y armas. Y mientras todos hablan de la guerra entre Israel y Hamas , los Ayatollas avanzan en su programa nuclear. Ningún conflicto regional protagonizado por los proxies de Irán terminará realmente mientras funciona y tenga medios el régimen fundamentalista terrorista de la República Islámica. Pero es terrorífico tratar siquiera de imaginar cómo serían todos estos enfrentamientos si Irán llega a convertirse en una potencia nuclear. En ese sentido, bien dice el Dr. Boaz Ganor, sería una amenaza existencial.