Este lunes temprano a la mañana fueron hallados los restos del Presidente de Irán Ebrahim Raisi y el Ministro de Relaciones Exteriores Hossein Amir Abdollahian quienes perecieron en un accidente de helicóptero junto a otros dos altos funcionarios del régimen y a la tripulación. Y tras confirmada su muerte en forma oficial por Teherán, la pregunta es si acaso cambiará algo en la situación general de Irán, especialmente en lo que se refiere a su política exterior. Escribiendo estas líneas desde Israel, lo central es plantearse si acaso la desaparición de Raisi y Abdollahian significará un cambio para bien en todo lo relacionado a la guerra de Irán contra Israel a través de sus proxies, que se ha intensificado significativamente desde el mes de octubre.
Pues no, según diferentes expertos que se han manifestado al respecto en los medios de comunicación israelíes- tanto el General (ret) Amos Yadlin (ex jefe de la Inteligencia militar israelí y analista estratégico) como el Dr. Raz Zimmet (experto en Irán del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional)y el Profesor Eyal Zisser, experto en Medio Oriente de la Universidad de Tel Aviv, lo sucedido no tiene por qué incidir en la política iraní en la región.
Tanto el Presidente Raisi como el Canciller Abdollahian eran considerados de línea especialmente dura en cuanto a su percepción de Israel e inclusive sus posturas antisemitas, habiendo-por ejemplo- desmentido el Holocausto en dfierentes oportunidades. Pero no eran ellos las piezas claves en el diseño de la política de Irán respecto a Israel, el apoyo a Hezbolá- brazo de Irán en Líbano- , a los hutíes en Yemen y las milicias chiitas en Irak. Lo apoyaban indudablemente pero quien toma las decisiones claves en Irán es el lider supremo Ali Khamenai.
En el caso de Israel y el apoyo a los aliados de Irán para que le ataquen constantemente en los últimos meses, la línea general la marca Khamenai – como en todos los demás temas de fondo que son claves para el régimen- y la implementación y decisiones concretas las toman las Guardias Revolucionarias de Irán y la fuerza Al Quds que es parte de las mismas. Y nada indica que algo vaya a cambiar al respecto.
En lo que sí cabe suponer podrá incidir la muerte de Raisi, es en el hecho que Khamenai parece que lo destinaba como su eventual sucesor. Khamenai tiene 85 años y si bien no tiene un heredero formal ya nombrado como tal, veía en Raisi al principal candidato – así afirman los expertos- ya que lo consideraba especialmente fiel a él y a la línea del régimen. No en vano le llamaban “el verdugo de Teherán”, ya que siendo él el Fiscal general, envió a la horca a cerca de 30.000 opositores al régimen.
Según el Dr. Raz Zimmet, de los seis presidentes que se desempeñaron como tales desde 1989 cuando Khamenai asumió como líder supremo de Irán, Raisi era el más cercano a él.
Su papel principal giraba en torno a temas de sociedad y economía, no de política exterior.
Pero hay otro plano, un tanto más general y menos definido :al vivirse en Irán una crisis como la actual, por la cual a raíz de la muerte de Raisi habrá que llamar a elecciones dentro de 50 días para elegir al nuevo Presidente, no es de descartar que haya ciertas dificultades para manejar todo como antes a corto plazo, o que se sienta que hay una situación de emergencia a la que prestar atención, que influya en el resto.
Pero el propio Khamenai ya dijo públicamente que “todo sigue en buenas manos” y que el timón no se desvia.
Si bien este tipo de situaciones pueden ser en principio la oportunidad para que elementos internos opuestos al régimen traten de desestabilizarlo, el puño de hierro de los mecanismos internos de seguridad que controlan a la ciudadanía es tal, que difíilmente esta constelación actual se convierta en el comienzo del fin del régimen de los Ayatollas.
