Por Maguie Weisman
N. de Red: Maguie, autora del texto que reproducimos a continuación, es afortunadamente una querida amiga personal desde hace muchos años. Este sábado compartió en el grupo de nuestra generación de la Escuela Integral, unas líneas sobre la vivencia especial que había tenido en la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv en la víspera de Pesaj. Decidió que este año señalaría la fecha junto a otros ciudadanos que seguramente en su mayoría no conocía, y a familiares de secuestrados que se hicieran presentes, para destacar el valor de la solidaridad y la lucha por recuperar a los 59 rehenes que aún están en manos de Hamas en Gaza. Tras leer sus líneas, sabiendo además de cuánto tiempo y esfuerzo dedicó desde el estallido de la guerra a acciones voluntarias, le pedimos que convierta su comentario personal compartido con amigos, en una nota para publicar.
Este es el resultado.
Indudablemente este es un Pesaj distinto a muchos anteriores.
Es que este año más que nunca, sentimos el verdadero significado del valor de la libertad, que es además uno de los nombres de esta festividad tan importante del calendario judío: Jag haJerút en hebreo, o sea la fiesta de la libertad.

Sentimos el valor y la necesidad de despojarnos de cadenas que volvieron a ser parte de nuestra vida diaria en el último año y medio, porque tanto tiempo después de la masacre del 7 de octubre y el comienzo de la guerra, 59 secuestrados siguen privados de libertad en Gaza, en manos de los terroristas.
Hablar ahora de la falta de libertad. No es una mera metáfora sino la triste realidad de lo que está sucediendo en este momento en los túneles de Gaza.
Como todos los años en todo el mundo las familias judías conmemoran la salida de la esclavitud en el Egipto de los Faraones a la libertad, de la oscuridad a la luz .
Este Pesaj el fuerte deseo de apoyar a los familiares de los secuestrados que me acompaña siempre, me llevó a tomar una decisión importante: pasar en la Plaza de los Secuestrados, en ese lugar tan simbólico, la noche del Seder de Pesaj.
A medida que iba comentando mi intención con algunos amigos, varios se fueron sumando a la idea.

Y así emprendimos camino a la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv, llevando buena comida para la cena.
Lo que menos me imaginaba es que iba a haber tanta gente, que íbamos a ser tantos con el mismo sentimiento: compartir y apoyar. En realidad-ahora lo comprendo- ese compartir también nos daba fuerzas a nosotros mismos.

Formamos una mesa de amigos que se fueron sumando apenas escucharon la idea de hacer la cena en la plaza al aire libre
Y lo más emocionante es que hubo gente que empezó a acercarse, gente que no conocíamos.
Le ofrecí que se siente con nosotros a un señor mayor, a una señora que estaba sola, a dos soldados y un nuevo inmigrante de Florida que hace solo siete meses que había llegado a Israel desde Estados Unidos, y que pasaba por primera vez Pesaj lejos de la familia . “No pensé que pasaría la fiesta con una nueva familia en un lugar como éste”, comentó.

Dos personas oriundas de Sudáfrica me preguntaron de dónde conozco a toda la gente que estoy invitando a sentarse con nosotros y se asombraron al responderles que hasta el momento que se sentaron con nosotros eran desconocidos

Hubo quien tocó el piano y guitarra toda la noche y hubo quienes tomaron los micrófonos y cantaron esas canciones tan queridas que nos acompañan a lo largo de los años y de las diferentes vivencias de cada época.
Fue una noche muy emocionante. Fue un Seder de Pesaj compartido por cientos de personas con un mensaje e intención singulares. Como de fondo había un deseo tan fuerte y tan intensamente compartido, todos nos sentimos parte de una gran familia.

Alguien propuso seguir haciéndolo todos los años…pero todos esperamos que el próximo Pesaj estén todos de vuelta en casa y que el cautiverio sea una pesadilla de mucho tiempo atrás.
Este Pesaj el deseo tan ferviente de libertad y de liberación se hizo sentir en todo el mundo en las diferentes mesas de familias judías..
Que ese deseo se haga realidad .. y lo más pronto posible
Y que tengamos un Pesaj lo más feliz posible.