Por IONATAN WAS
La semana pasada la Nueva Congregación Israelita (NCI) de Montevideo recibió una visita especial. No fue la primera vez ni será la última, pues a partir del 7 de octubre se ha hecho una sana costumbre el recibir visitas de diversos protagonistas, de la índole que sean, desde soldados en el frente hasta ciudadanos de a pie. Así pues, medialunas y café de por medio, se realizó una de estas instancias, a lo menos gratificante. El joven activista Shai Abend fue el encargado de dirigir la charla, además de oficiar de impecable traductor.
Enrique ‘Quique’ Ronseburt fue el primero en presentarse; y no precisó traducción. Argentino, de Rosario, hace 21 años que vive en Modi’in. Hoy día trabaja en ONGs vinculadas a la computación. El día fatídico, Simjá Torá, se levantó temprano para pasear con el hijo que estaba en la ciudad de Ashdod. Pero los mensajes tempraneros le impidieron cualquier tentativa: misiles, incertidumbre, terror. Recuerda el nombre de Ofir Libstein como el primer asesinado; Ofir Libstein, hasta ese momento jefe del Consejo Regional del Néguev. Quique recuerda haber ido a buscar al hijo, con todo el riesgo conllevado.
Shiri Madar se desempeña como directora de Wikibutz, una plataforma que conecta el kibutz con la diáspora. El 7 de octubre estaba eufórica, pues andaba de casamiento en Sudáfrica. Hasta que se fue enterando de la situación, en especial la muerte de Ofir y todos sus sueños derrumbados.
Por último, Asif Izak, hijo de uruguaya, estaba por preparar el desayuno a los hijos, como era costumbre de cada sábado; pero no pudo ser.
Asif tiene tres hijos, y luego del ordeñe del amanecer en el kibutz, toca atender a los suyos, en especial los sábados. El 7 de octubre desde muy temprano empezó a recibir mensajes como todos. Pensó que pudiera ser un ataque de Hezbollá o algo del estilo. Y a media mañana ya estaba reunido en un búnker regional para evaluar la situación, mientras muy cerca escapaban las personas hacia el norte, algunos con esquirlas, otros con lo puesto; pasada una semana habría más de mil desplazados para atender. También Asif se encargó de avisar a la esposa de Ofir, antes que lo hicieran las noticias. No solo eso, sino que rápidamente lo iba a reemplazar a Ofir en el rol de jefe del Consejo. Y entonces, hubo mil batallas que combatir, al tiempo de empezar a devolver la seguridad a la población. De todos modos, Asif se lamenta: “El Ejército no estaba, algo en el contrato se rompió”.
El rol de Quique en todo este tiempo resultó fundamental. Y es que hizo de puente entre Israel y su país de origen, cambio de gobierno incluido. El 9 de octubre camino a Jerusalem recuerda a los árabes ondeando banderas israelíes; recuerda a la gente en general, preguntándose: qué puedo hacer por el otro. Quique repasa qué pasó día por día. El 12 de octubre Biden reuniéndose con los familiares de los secuestrados. Después Hamas anunciando la liberación de rehenes con doble nacionalidad. Entonces él, Quique, actuó de manera muy particular, aun sin relación con el gobierno. Consiguió el contacto del presidente Alberto Fernández, y el 15 le explicó la situación de los argentinos, y al día siguiente hubo un zoom con los familiares de los secuestrados. Quique entendió que había que sacar pasaportes como pan caliente, y contactó también con el embajador de Argentina. “Le pregunté si estuvo alguna vez en Yad Vashem, me dijo que sí, y entonces le pregunté si conocía a los Justos entre las Naciones”. Ahí vino el papeleo, listas a Interpol incluidas, hasta lograr sacar a la gente que así lo deseaba. Con el nuevo gobierno, Quique siguió (y sigue) en contacto con Milei y el equipo diplomático.
Asif Izak conoce bien Gaza. En su época de soldado solía camuflarse como árabe por aquella tierra. Eran pequeñas unidades del ejército, en una época tensa con atentados frecuentes en Tel Aviv y Jerusalem. Al entender de Asif, Gaza es un territorio desde siempre muy denso y violento, con gente sin esperanzas, a los que ni siquiera Egipto quiere recibir; gente que piensa distinto, cuya paz hubo que comprar con dinero; gente que, si alguna tuvo cierta simpatía de la izquierda israelí, ahora ya no la tiene, pues esa misma izquierda se dio cuenta que es imposible negociar. Asif dice que ocurrido el 7 de octubre ocupó no solo a Israel sino a la diáspora toda. En especial por el masivo apoyo a los soldados, del cual bromea, le quedó un cierto miedo: que con tanta comida no hicieran su trabajo; Asif recordó a los militares uruguayos y argentinos como los ‘soldados del asado’. Pero a la vez, remarca muy serio: los responsables israelíes del desastre de octubre, los altos mandos, deberán pagarlo de alguna manera.
Las charlas duraron algo así como hora y media. Para el final los tres panelistas tuvieron unas palabras de cierre. Y entre ellos coincidieron en algunos aspectos: la interacción permanente y necesaria entre Israel y el mundo judío, el punto de inflexión que marcará la guerra, y los muchos cambios políticos que se vendrán enseguida haya tiempos de paz.
