Desde hace pocos días – y hasta fin de mes- se expone en el Museo Nacional de Artes Visuales una muestra titulada “La herida más profunda”, en la que 21 artistas israelíes manifiestan su sentir desde los horrores del 7 de octubre, cuando el asalto terrorista de Hamas al sur de Israel. El énfasis se pone en los crímenes cometidos contra la mujer.
Evidentemente, hay quienes no aceptan que se escuche – en este caso se vea- los planteamientos de Israel , víctima del terrorismo al que algunos de sus críticos prefieren presentar como victimario. Ese es el trasfondo de la carta hecha pública por un grupo de varias decenas de personas del arte de Uruguay, cuya terminología acusando a Israel de “asedio y matanza del pueblo palestino”, sin condenar la masacre ni mencionar con media palabra al terrorismo, deja en claro cuál es su línea y cuál la ideología que los guía . Esto, aunque evidentemente presentan su crítica como motivada por un deseo de equilibrio en la muestra y de mostrar “una perspectiva completa del conflicto”.
Son varios los argumentos del grupo que dejan en claro su hostilidad anti israelí, su desconocimiento o decisión de hacer caso omiso de los hechos y su clara tendenciosidad. No entraremos en ello.
Aquí, dado que la carta critica al MNAV por exponer la muestra y de hecho al Estado uruguayo – bajo cuya égida funciona la Dirección de Cultura del MEC que incluye a dicha institución cultural- consideramos que lo más relevante es dirigirnos a Mariana Wainstein, que encabeza precisamente la Dirección de Cultura.
Y le solicitamos comparta con nuestros lectores su reacción ante la carta en cuestión. Wainstein es clarísima: “Mi reacción es de desagrado ante una visión indudablemente autoritaria, censurante e intolerante, casi te diria fascistoide”. Y explica: “Lo primero: quemar los libros…Todo lo contrario de lo que son las politicas culturales que tienen por encima de todo la defensa de la libertad”.
Pero probablemente la parte más importante de su comentario sea la referente a la realidad en el museo desde la apertura de la muestra. “ Convengamos también que la realidad es que la gente que viene al museo viene con calma a ver esta ventana abierta al arte de la ilustración israeli que el museo ofrece durante veinte dias. Esa es la realidad que estamos viviendo a diario. Y eso es Uruguay, la gente viene, se interesa, pregunta y suponemos que tienen distintas ideas, pero allí están, para mirar y sacar sus conclusiones”.
Wainstein no olvida que “muestras mas polémicas han estado varios meses” y que es lamentable que haya quienes no quieran que ésta esté ni 20 días.
“Los museos no están para agradar , los museos no son mudos. Lo ideal es ir sl al museo con curiosidad y no con prejuicios”.
Conversamos con la Directora de Cultura más allá de su comentario formal ante nuestro planteamiento. Es notorio que quiere poner énfasis en el hecho que la muestra está abierta, que mucha gente la visita y que la intención es aportar a la sociedad, no entrar en polémicas.
Eso no significa, sin embargo, que haya que aceptar cualquier crítica. Wainstein recuerda que “hay gente intolerante que no tuvo problema en que en la exposición Rumores y Clamores del sur en el Espacio de Arte Contemporáneo haya banderas palestinas y diversas consignas, durante tres meses, pero ahora no aceptan que durante 20 días estén estas muestras de arte israelí”.
En nuestras palabras, y no la suyas, los críticos de la muestra no buscan equilibrio ninguno. Numerosos de sus planteamientos dejan en claro que su intención es criminalizar a Israel. Al no condenar ni una vez los horrores de la masacre, pierden toda legitimidad para presentarse como figuras de la cultura con los valores bien puestos para decidir qué está bien y qué está mal.
La nota en detalle sobre la exposición “La herida más profunda”, la publicamos por separado.