Primera parte: La guerra contra Hamas
Reunirse hoy, junto a otros colegas de la prensa internacional, con el Ministro de Defensa de Israel Yoav Gallant, es estar ante uno de los protagonistas centrales de la historia actual de Israel. Es ampliamente considerado la voz más responsable del gabinete encabezado por el Primer Ministro Biniamin Netanyahu. Centrado, firme, claro, decidido y al mismo tiempo no aventurero.
Gallant aborda los distintos desafíos con los que lidia hoy Israel: la guerra contra Hamas en Gaza, los secuestrados en manos de Hamas, la ayuda humanitaria a los palestinos , el papel de las Naciones Unidas – concretamente de UNRWA – y también, en otro frente, la situación de guerra “de baja intensidad” con Hezbolá a ambos lados de la frontera entre Israel y Líbano
En esta nota, el tema es lo relacionado a la guerra contra Hamas en Gaza.
Tras proyectar unos minutos de las imágenes del horror, una corta selección de las atrocidades cometidas por Hamas en el sur de Israel, no sorprende la afirmación del ministro Gallant: “Puede que el 7 de octubre sea una memoria distante para algunos, pero nosotros no dejaremos que el mundo lo olvide”.
Habla repetidamente de “compromiso”. El suyo propio, como israelí, como ministro de Defensa, como descendiente de sobrevivientes del Holocausto, estimando que ninguna otra cosa que haga en su vida pública será más importante que el objetivo que debe cumplir ahora: “La misión de mi vida es ganar esta guerra”, recalca.
Las metas son claras: “Destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamas, traer a los secuestrados a casa y permitir que nuestros ciudadanos y comunidades del norte puedan volver seguros a sus casas y a los kibutzim y ciudades del sur”.
Gallant recalca repetidamente un mensaje especialmente importante al recibir a corrresponsales de medios extranjeros. “Estamos luchando por los mismos valores”, dice mirando a los periodistas. “Nadie en el mundo libre aceptaría un ataque brutal como el que sufrimos el 7 de octubre. Nadie ha visto algo similar siquiera a un ataque tan duro, desde la Edad Media”. Reitera el mensaje de otra forma: “Estamos en el frente del mundo libre. Nuestra lucha contra la organización terrorista Hamas es un choque entre civilizaciones”.
Desde el punto de vista interno israelí, un tema central es el de los 134 secuestrados aún en manos de Hamas en Gaza. Gallant recalca : “Estoy comprometido a traer a los 134 secuestrados a casa”. No entra en la discusión interna acerca de un acuerdo con Hamas para lograr la liberación de los rehenes pero sí recalca que “Hamas responde solamente a presión militar”.
Hace una corta referencia al muy especial operativo de días atrás en el que unidades de élite israelíes rescataron con vida a Luis Har y Fernando Marman del corazón de Rafah y afirma que “fue un gran éxito y no dudaremos en actuar cuando sea posible para traer a los secuestrados a casa”.
Un desafío singular
Gallant explica la dimensión del desafío de la guerra contra Hamas.
“Ningún ejército del mundo ha tenido que lidiar con una arena tan compleja”, afirma. “Una red de túneles cavada a 20 y hasta 60 metros de profundidad, una población civil usada cínicamente por Hamas, la situación de los secuestrados, industrias terroristas subterráneas , centros de comando y control en zonas civiles y poblaciones desplazadas en Israel”, detalla.
A esa complejidad objetiva en el terreno se suma la dimensión de la crueldad y extremismo con que Hamas irrumpió a Israel. “No querían solamente matar israelíes el 7 de octubre sino también ciudadanos extranjeros , cristianos, musulmanes, beduinos y otros”, aseguró. “Y no querían solamente matar o violar a nuestra gente sino también filmar las atrocidades y enviarlas en tiempo real a las familias, para atemorizar y disuadir. Pero se equivocaron”.
Nadie duda que esas imágenes infundieron temor en todos aquellos que las vieron, especialmente en los casos horrendos en los que los terroristas usaron los celulares de sus víctimas para contactarse con sus parientes y mandarles imágenes de su propio asesinato. Pero al decir “se equivocaron”, Gallant se refiere a otra cosa, a que Hamas pensó que con su ataque desmoronaría al pueblo de Israel y no imaginó con cuánta firmeza reaccionaría.
La razón está clara.
“Esta guerra tiene un componente existencial. A fin de vivir en esta región, de garantizar nuestro futuro, debemos alcanzar los logros de la guerra, debemos disuadir y garantizar la seguridad nacional”.
Según Gallant, “los grupos terroristas entienden cuáles son nuestras habilidades y cuál es nuestra determinación a lograr nuestras misiones”.
Y nuevamente va al fondo del tema, de la esencia de lo que está en juego: “Hamas no tomó en cuenta que es difícil arrastrar a una democracia a la guerra, pero que una vez que luchamos, somos fuertes y estamos unidos. Esto es exactamente lo que ocurrió en Israel”.
¿Cómo se lucha?
Gallant sostiene que Israel maneja la guerra de acuerdo a un plan de trabajo ordenado y avanza en las distintas etapas según los logros operativos en el terreno. Recalca que Israel apunta a los terroristas y a su infraestructura militar y que los esfuerzos operativos se enfocan en la infraestructura de los túneles, blancos de alto valor y centros de comando. Pone énfasis en el hecho que “las Fuerzas de Defensa de Israel toma medidas extraordinarias para evitar bajas civiles, y opera de acuerdo al Derecho Internacional”.
Uno de los temas más discutidos en las últimas semanas es la eventual entrada de Israel a Rafah, la última zona en la que aún no se ha operado, la parte más meridional de la Franja de Gaza. Allí, la problemática es doble . Por un lado, el hecho que más de un millón de palestinos buscaron refugio en Rafah al ser evacuados de otras regiones en las que Israel combatió y por otro, la ubicación de Rafah, pegado a la frontera con Egipto cuyo gobierno teme un aluvión de refugiados palestinos que pasen la frontera y huyan hacia Egipto.
El Ministro de Defensa deja muy claro que Israel está planeando detalladamente los futuros operativos en Rafah “que constituye un significativo bastión de Hamas”. Explica que de los 24 batallones armados que tenía Hamas, 18 ya han sido desmantelados . Y se sabe que de los que quedan, 4 están en Rafah. Es lo que Gallant llama “el próximo centro de gravitación”.
¿Y ahora qué?
Gallant no entra en temas políticos-ni internos ni regionales-, así como tampoco en el tema de las presiones norteamericanas de las que mucho se ha escrito últimamente. Lo que más destaca respecto al futuro es simplemente que “cuando la guerra haya terminado, ya no habrá Hamas como fuerza militar en Gaza”. Recalca que “mantendremos libertad de operación en Gaza para combatir el terrorismo y los remanentes de resistencia, así como para interceptar cualquier tipo de amenazas contra Israel”.
Es categórico: “Los terroristas de Hamas tienen dos opciones: morir o rendirse. Si los terroristas nos atacan, los combatiremos. Tenemos cuenta abierta con ellos, en nombre de las víctimas y del resto del mundo”.
Uno de los temás más discutidos en la opinión pública y el espectro político israelí, es el hecho que el Primer Ministro Netanyahu ha rehusado tratar a fondo en el gobierno “el día después”. Gallant no menciona esa polémica, pero su mensaje es tajante: “El principio que nos guía para el día después de Hamas, es que ni Israel ni Hamas controlarán Gaza”.
Es categórico: “Israel no va a controlar Gaza”.