Israel

En Nir Oz, uno de los peores escenarios del horror de la masacre

Visitar hoy el kibutz Nir Oz deja ineludiblemente una fuerte sensación de contradicción. Aún puede apreciarse en el lugar la belleza bien lograda del kibutz,por sus árboles y flores plantadas por doquier en lo que su gente explica no fue casualidad sino un plan bien claro para permitir que inclusive en un día muy caluroso la sensación en sus senderos sea de frescura y buen aire. Pero ni eso, ni el  parque de diversiones para niños que a primera vista parece haber quedado bastante entero, pueden ocultar ni disimular el horror.

En primer término porque es clave saber que  más de la cuarta parte de sus miembros fueron asesinados o secuestrados. La cuenta es dura y simple. Eran  415, de los cuales 117 fueron  fueron asesinados o secuestrados, o sea el 28% del kibutz. Los muertos son 49, de los cuales 9 son cuerpos retenidos por Hamas en Gaza. De los secuestrados, 40 volvieron a casa en el marco del alto el fuego hace más de 50 días. Otros 28 miembros de Nir Oz siguen secuestrados y se espera que estén con vida, pero nadie puede asegurarlo. Los que volvieron en noviembre saben cuánto sufrieron y pensar que desde entonces pasaron otros más de 60 días, les quita el sueño. Es indudable que los secuestrados la pasan hoy peor aún que antes.

 

La muerte en Nir Oz  la podemos imaginar…la sentimos hablando con sobrevivientes de aquel sábado negro 7/10…la palpamos al entrar a las casas quemadas sabiendo que en los cuartos de seguridad civiles perdieron la vida en el sitio en el que pensaban estarían protegidos.

Pero la destrucción, que va de la mano de la muerte, la vemos. Más del 60% de las casas del kibutz están destinadas a ser demolidas por el grado de los daños sufridos que las hacen irreparables. ¿Cómo empezar de nuevo?

Pero hasta que se llegue a esa etapa hay mucho por recorrer. Primero hay que recuperar a los secuestrados que aún están en Gaza.

Sharon Aloni Cunio, quien estuvo secuestrada durante 52 dias junto a su esposo David y sus  pequeñas mellizas Yuli y Emma de 3 años, nos habla desde lo que era su casa. Entre lágrimas.

 

Cuenta sobre las penurias vividas, los días que sus hijas lloraban de hambre y su deseperación por no poder ayudar. Sobre la separación de una de ellas durante 10 días. Y sobre la desgarradora despedida de David cuando ella estaba por ser liberada. “Me pidió que no lo olvidemos , ni a él ni a todos los demás”, cuenta Sharon cuando logra leer del papel que tenía preparado sin ahogarse en llanto.

 

Y sólo de mirar el sitio en el que habla, sabiendo que allí era su casa y hoy es una estructura carbonizada, nos preguntamos cómo puede seguir adelante.

Y habla de la angustia que la envuelve constantemente, temiendo que el próximo video que Hamas difunda, haciendo terrorismo sicológico, sea con su esposo David, el amor de su vida, tal cual lo llama una y otra vez.

Estuvimos en la guardería del kibutz, de la que fue secuestrada Mia Goren, que tantos niños crió allí con alegría y ya no volverá con vida de Gaza. Su muerte fue confirmada hace ya cerca de dos meses. Uno de los 12 niños de este año era Kfir Bibas, que el 18 de enero cumplió su primer añito en cautiverio. Su jardín fue simbólicamente adornada con globos anaranjados como el de su cabello. Pero Kfir no está. Tampoco su hermano Ariel de 4 años y sus padres Shiri y Yarden, todos secuestrados de su casa en Nir Oz.

“El sábado 7 de octubre, Mia fue temprano a la guardería para preparar todo porque al día siguiente los niños volvían de vacaciones de Sucot”  contó su sobrino Amir Alfassa.

 

“Allí la encontraron las alarmas, de allí se la llevaron los terroristas que la hallaron escondida debajo de una de las camas, no antes de balearla”. Durante mucho tiempo la familia estuvo en total incertidumbre, sin saber si estaba viva o muerta. Hace unos dos meses se confirmó lo peor. “Sus cuatro hijos, mis primos, no pueden siquiera cerrar este capítulo de duelo porque el cuerpo de su madre está en Gaza. Quisieran poder sepultarla junto a su esposo, que fue asesinado aquí”.

 

Al frente de la guardería, el Profesor Hagai Levine, quien encabeza el equipo médico del foro voluntario de las Familias de los Secuestrados, detalla todo lo que Kfir tendría que haber recibido a su corta edad. Todo lo que no tiene y puede dejarlo seriamente dañado para siempre…si es que está con vida.

Frente a la casa quemada de Yojeved (85) y Oded (83) Lifshitz , su nieto Daniel recuerda a qué dedicaron sus abuelos su vida.

“Se abocaron siempre a trasladar pacientes palestinos de Gaza a tratamiento médico en Israel, siempre buscando qué hacer para que el mundo sea mejor”, dijo con rostro serio y dolorido. Contó que habló con funcionarios cataríes sobre los problemas de salud de varios secuestrados, no sólo de avanzada edad. Y exhortó a un alto el fuego inmediato para tratar de recuperar a los secuestrados. Su abuela volvió a Israel 17 días después de su secuestro, al igual que Nurir Cooper (79). Pero sus esposos permanecen secuestrados en Gaza.

Así se ve hoy la casa.

 

 

Uno de los hijos de los Cooper, Srulik Kalvo-adoptado a los 8 años por Amiram y Nurit- recalca que su padre es la persona de mayor edad aún secuestrada. Y explica por qué la tragedia cruza los límites de cada familia. “Cuando uno vive en una comunidad de la que más de la cuarta parte desaparece, el dolor es interminable. Durante varias semanas, cada día nos levantábamos a otro funeral, todo el escenario de la vida en la que creciste, cambió”, explica.

Srulik y su hermana

 

También él habla de la ayuda a los vecinos palestinos. “Este kibutz siempre fue una comunidad que buscó la paz y ayudó a niños y mujeres de Gaza como si fueran de su propia familia. Y ahora nuestros seres queridos, casi sin comida, están en túneles húmedos y oscuros en Gaza. No puedo ni imaginar cómo puede tratar mi padre de sobrevivir a su edad en esas condiciones, sin tener siquiera una aspirina”.

Junto al comedor de Nir Oz, que la  comunidad frecuenta, están las casillas de correo de cada familia. Una de las mujeres del kibutz decidió pegar autoadhesivos con las palabras   “asesinado” o “secuestrado” según la situación. Demasiados…Sólo dos aparecen con “liberada”, Yojeved Lifshitz y Nurit Cooper. “Esto fue hecho pocas semanas después de la masacre”, explica Nurit Lahav, vocero de Nir Oz. “En noviembre afortunadamente volvieron 40 de nuestros secuestrados, pero ya no lo actualizaron. De todos modos, faltan muchos más”.

Conversamos con Irit Lahav, quien se disculpa que no puede responder en español, pero sí en portugués.

 

 

La comunidad de Nir Oz fue recibida con los brazos abiertos por la ciudad de Kiryat Gat, en el nuevo barrio Carmei Gat. En las calles colocaron carteles dándoles la bienvenida. Les equiparon las casas que serán su residencia temporaria por un tiempo largo, con todo lo necesario para el diario vivir. Están agradecidos. Pero falta lo principal: el hogar que perdieron, las muertos que no volverán y los secuestrados que aún están en Gaza.

Ana Jerozolimski
(01 Febrero 2024 , 04:44)

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