Este domingo viajé a la ciudad sureña de Kiriat Gat a entrevistar a Silvia Cuño, dos de cuyos cuatro hijos están secuestrados en manos de Hamas, y a conocer a Shani Goren , la joven israelí del kibutz Nir Oz que tiene también ciudadanía uruguaya, liberada del cautiverio de Hamas hace aproximadamente 50 días. Los abrazos con ambas fueron emocionantes para mí. La entrevista con Silvia será publicada por separado. En estas líneas, quisiera contar sobre el encuentro con Shani.
Las historias de cada uno de los secuestrados, tanto de quienes volvieron a casa como de quienes aún están en Gaza, nos tocan el alma. Cada uno es un mundo entero. Sentimos que los conocemos casi en forma personal. Pero en el caso de Shani se nos agregó una dimensión especial y única al enterarnos que había recibido también ciudadanía uruguaya, a la que tenía derecho por ser nieta de uruguayos llegados décadas atrás a Israel.
Eso, ineudiblemente, nos acercaba a ella por partida doble.
La única secuestrada uruguaya-israelí.
Pero además, Shani nos entró al corazón. Con los relatos de su mamá Tami y su hermana Shira, le tomamos cariño sin conocerla. Y admiración, por los relatos sobre lo querida que siempre fue, por su interacción con mayores y chicos, por su dedicación a educación no formal, lo cual se expresó también en cautiverio. Cuando volvió a casa Eitan Yahalomi, uno de los secuestrados, de 12 años, contó que Shani había compartido con él su comida – aunque a nadie allí le sobraba nada- y que se encargaba de tratar de ayudar a todos. Sin conocerla, pero como conociéndola, no me sorprendió nada. Recordé una frase que me había dicho su hermana Shira: “espero que Shani no esté sola, porque si tiene a quién ayudar, se sentirá mejor”. Afortunadamente, siempre estuvo con otros secuestrados.
Shani no quiere entrevistarse. Lo hará únicamente cuando todos los secuestrados vuelvan a casa. Viajamos a conocerla y a abrazarla, no a reportearla ya que sabíamos que aún no desea hacerlo.
“Cada día en cautiverio es un infierno. Hay que devolver a todos ya, enseguida”, nos dijo. “Yo sé cuánto sigo pensando en todos y sintiendo que mi vida no puede retomarse plenamente en tanto no estén todos mis amigos, vecinos y los demás secuestrados de regreso en Israel. Y pienso que todos los que quedaron ya están allí prácticamente el doble de días que yo. Es terrible”.
Shani irradia seguridad, firmeza y frescura, tiene una amplia sonrisa y un buen sentido del humor. Nos parece muy natural y sin poses ni vueltas. Le comentamos- y ella ríe- que la imaginábamos más grande y que es más “chiquita” que la idea que nos habíamos hecho por las fotoss. Resumimos el tema recordando que “el perfume viene en frasco chico”.
Nos cuesta imaginarla cautiva, presa de terroristas, limitada y obligada a acatar limitaciones que le son impuestas. Es más fácil imaginarla organizando e impartiendo instrucciones a los demás sobre cómo es mejor actuar. Pero allí no era dueña de su destino.
Nos cuenta sobre los distintos sitios en los que estuvo secuestrada, sobre la única noche en un túnel y quién la “cuidó”. Por respeto a su deseo de hacer declaraciones recién después que todos vuelvan, no revelaremos detalles al respecto. Sólo diremos que era muy consciente de los peligros que constituían no sólo los terroristas sino también los civiles palestinos, a los que veía como amenaza al captar su actitud tanto al entrar a Gaza como en los traslados de un lugar a otro.
Eso no la sorprendía demasiado, ya que habiendo crecido desde niña en el kibutz Nir Oz bajo la amenaza de los cohetes vecinos, nunca se había hecho grandes ilusiones de convivencia. Y ahora menos.
En camino a Gaza vio la gran destrucción y los cuantiosos daños en Nir Oz. No habrá sido nada sencillo pasar el cautiverio así. La esperanza era volver lo antes posible pero todo se prolongó más de lo pensado…y ahora la amargura es saber que los demás ya están 100 días en manos de Hamas.
La angustia se mezcla inevitablemente con el alivio personal. Fue reconfortante ver a Tami, su mamá, sonriendo ampliamente con su hija al lado. Shira, la hermana de Shani, con quien estuvimos muchas veces en contacto en los últimos meses, se disculpa que justo cuando llegamos ella tiene que viajar. Va a Tel Aviv, donde desde el sábado de noche, durante 24 horas, hay concentración ciudadana con discursos y música de artistas solidarios en la “Plaza de los Secuestrados”.Es propio de los liberados y sus familias : seguir luchando también por los demás que aún no han regresado.
Le deseamos a Shani el mayor de los éxitos y una reinserción plena en una vida normal lo antes posible. Antes de despedirnos y de preguntarle si nos autoriza a escribir sobre este encuentro, aunque para la entrevista tengamos que esperar, hay un tema que Shani misma trae a colación: Uruguay. “Me emocioné mucho cuando al volver me contaron sobre lo que hizo Uruguay para ayudarme y sobre el interés de tanta gente allí en mi situación”. Y agrega: “Quiero aprovechar que a través tuyo mis palabras llegarán a mucha gente en Uruguay y agradecer públicamente por todo, que ha significado mucho para mi”.